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—Wu está desaparecido.

Namjoon ladeó la cabeza, todavía no despertaba correctamente de sus escasas tres horas de sueño y Hoseok ya lo estaba atosigando con cosas del trabajo.

—Tengo una erección matutina —anunció al agachar la mirada y ver el bulto entre sus piernas.

—Creo que Yang esta detrás de todo esto. Además, Yeji se comunicó con nosotros esta mañana y cree que Yang planea un golpe grande a la mafia coreana, compró armamento británico hace dos semanas y ha estado en contacto constante con Defort —continuó Hoseok sin prestar atención.

—Creo que soñé con Seokjin —Namjoon bostezó y rascó su nuca estirándose sobre la cama—.¿Crees que sea apresurado pedirle sexo en la segunda noche? No quiero asustarlo.

Hoseok suspiró ajustándose los anteojos con brusquedad.

—Despierta, Nam. Si lo que Yeji piensa resulta ser cierto eso afectaría a tu negocio. Yang no es una persona de fiar. Debemos mantenerlo bajo vigilancia. Vernon llega esta noche, envía a Jungkook a Shanghai.

—No serviría de nada enviar a Jeon a estas alturas, lo necesito aquí. Yang no llevará la guerra por drogas fuera de Corea él vendrá hasta aquí, querrá destruirme en mi propio territorio —Namjoon se puso en pie, las cicatrices de azotes en forma de líneas blancas sobre su espalda se extendían como arañazos—. Dile a Saebyeol que tengo un trabajo para ella, que salga a Londres en el próximo vuelo y haga una visita al ginefóbico de Defort.

Hoseok sonrió. En ocasiones dudaba de Namjoon y su racionalidad, luego el hombre hablaba y ordenaba como si ya tuviera todo planeado en su mente y entonces recordaba el porqué era el líder del grupo.

—¿Vas a salir? —preguntó cuando vio a Namjoon quitarse la escasa ropa que llevaba dejando su enorme erección al aire.

—Voy a visitar a Lu Han —anunció—. Es obvio que Wu no esta perdido, simplemente lo están ocultando de Yang.

Hoseok pensó que aquello tenía sentido, sobre todo si Wu había hecho tratos con el idiota de Yang y ya no sabía cómo quitárselo de encima.

—Quiero que le des una tarjeta de crédito a Seokjin para que vaya a comprar todo lo que necesite para la cocina. Que Sehun lo lleve a donde quiera —siguió ordenando—. ¿El otro chico también se quedará?

Hoseok suspiró recordando que el tema de mantener a Seokjin en esa casa aún era algo que le preocupaba.

—Son muy unidos así que creo que es evidente que Taehyung no querrá dejar solo a Seokjin —respondió.

Namjoon asintió.

—En ese caso dale su propia habitación cerca de la de Seokjin, pero lejos de la de Jungkook. Creo que le tiene miedo a nuestra pequeña bestia, además, que compren más ropa y conozcan la casa —Namjoon caminó al cuarto de baño—. Jimin y tú vendrán conmigo, que Mingyu investigue si los japoneses sospechan que fuimos nosotros quienes asesinaron a los suyos. Quiero saber cuantos enemigos tengo encima ahora mismo.

Hoseok tomaba nota mental.