-5- Sentimientos Encontrados

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Al día siguiente

El haberla visto ha removido todo mi pasado y las palabras que me ha dicho ayer en nuestra conversación se han quedado clavadas en mí. La observaba mientras me explicaba lo que sintió en aquel momento y no podía evitar ver a la mujer que tanto ame, aquella que me entrego todo y confió en mi para que fuera su primer hombre, aquella que me haría ser padre. Estoy en la sala sentado mirando a la nada, mi mente está perdida entre estos pensamientos y realmente no comprendo la revolución que hay en mí «¿Cómo es que esto me sigue afectando tanto todavía?»

El sonido del timbre me regresa a la realidad en la que vivo haciendo que me levante del sofá y vaya hacia la puerta. Abro, y me sorprendo al verla —Amor, ¿Qué haces aquí?— Le pregunto a Ana.

—Te extrañaba guapo ¿Vamos a dar una vuelta?— Me pregunta como una niña chiquita.

Me extraña mi reacción, en otro momento me la hubiera comido a besos y no hubiéramos salido de la casa con esa cara que ha puesto recién, pero en cambio ahora solo asiento con la cabeza —Claro, vamos.— Respondo y salgo para luego cerrar la puerta y emprender camino.

[...]

Mientras caminamos por la playa la escucho hablarme de su día en el trabajo, de los problemas que tiene en su casa, y yo en cambio estoy en otro mundo, uno en el que viví hace seis años —¿Qué te sucede amor?— Me pregunta deteniéndose en el medio de la playa.

No puedo decirle que el pasado ha vuelto a golpear a mi puerta de manera literal. Mucho menos puedo decirle quien ha sido Jazmín en mi vida. Sé que es lo que debería hacer, que eso sería lo correcto, pero no puedo. —Nada guapa, solo pensando en varias cosas del trabajo... ya sabes lo del nuevo proyecto, me tiene poco distraído estoy tratando de que sea perfecto y como sabes los últimos detalles son importantes ¿Qué te parece si mejor nos regresamos a casa y me ayudas a distraerme?— Le propongo y es que quizás perdiéndome en sus brazos vuelva a ser el de antes.

Ella sin dudarlo asiente y de inmediato regresamos al edificio para ir a mi piso y nos subimos al elevador en medio de risas que trato que sean como las de siempre con ella. Las puertas del elevador se abren en el quinto piso y al salir me quedo inmóvil al ver que Jaz se está prácticamente comiendo a besos con un tipo rubio y bastante alto, supongo que debe de ser su novio. Ella abre la puerta con uno de sus brazos sobre su hombro, mientras que él con un brazo la toma por la cintura y con la otra carga una maleta. Sin soltarse entran al piso «vaya tarde que pasaran estos dos» Pienso.

—Vaya que tu nueva vecina sabe pasarla bien eh...— Dice Analía.

Mi humor cambia automáticamente. Siento mucha rabia y no me gusta sentirme así, ella es mi pasado y mi presente está al lado mío «¿Por porque me siento así? No hay forma alguna que pueda sentir celos... no, yo no estoy enamorado de ella, Jaz fue una gran historia de amor y una triste también, pero ya paso mucho de esto.»

—Si, y nosotros también cariño...— Le digo y la tomo por la cintura con fuerza dejando en claro mis intensiones.

«Es en ella en quien debo pensar. En Analía, ella es mi novia, la mujer que amo.»

La beso y ella como siempre responde de esa manera tan apasionada que tiene de ser. Entramos al piso y vamos caminando hasta la habitación sin soltarnos mientras que las prendas van desapareciendo en el camino. Es tan fácil perder el control con ella... es tan guapa. Sus uñas se clavan en mi espalda mientras que la hago mía, ella es capaz de darme paz después de que se removieran todas las heridas del pasado.

Caigo rendido en esta cama al igual que Ana en absoluto silencio —¡Me vuelves loco!— Escucho proveniente del otro lado de la pared, y no es que se escuche muy fuerte, pero se escucha. «No puede ser, su habitación no puede estar pared a pared con la mía... mucho menos tengo que escuchar mientras que él le hace el amor.»

—Tendrás que hablar con tu vecina.— Me dice Ana entre risas aun recostada sobre mi pecho.

—Si, tendré que hacerlo.— Digo muy serio.

El solo hecho de imaginarla entre sus brazos me está volviendo loco... no es posible que el solo hecho de haberla visto me haya puesto así, necesito controlar estas sensaciones. 

Por Verte Otra VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora