-19- ¿Una Segunda Oportunidad?

537 50 4
                                    

[JAZMÍN]

Tomada de su brazo después de que él caballerosamente me ayudara a bajar del auto, entramos al restaurante. Tengo la sensación de que Santiago se olvida que es un reconocido arquitecto y famoso por sus innumerables apariciones en revistas de la industria. Hace su entrada al restaurante junto a mi como si nada, y al parecer le causa gracia que la gente murmure de él y de que este aquí. Me alejo un momento cuando un joven se acerca a él y le habla de sus sueños de hacer edificios como los que él ha hecho, le pide una foto y luego Santiago continua su camino —Jaz, ven...— Me dice algo avergonzado —Lo siento mucho.— Me susurra al oído mientras caminamos hacia nuestra mesa.

—Creo que esto te traerá problemas, he visto por ahí que están pendientes de tu vida sentimental.— Le digo preocupada.

—Eres mi amiga de toda la vida. No le veo nada de malo a que nos hayan visto, ¿o sí?— Me dice como si nada y luego subimos la escalera que lleva a la terraza de este ahora lujoso restaurante.

Una vez allí, el camarero nos lleva a una mesa apartada que se encuentra en una esquina y una vez más, hace entrada la caballerosidad de Santiago quien aparta la silla para que me siente —Muchas gracias— Le digo sonriente.

—Un gusto— Responde de la misma manera.

El camarero nos ofrece un vino que pareciera ser exquisito, y nosotros aceptamos para luego él se retire —Si que ha cambiado mucho este sitio— Comento mientras observo a mí alrededor.

—Mucho...— Me responde y sé que no habla precisamente del restaurante.

Volteo para verlo y su mirada dice muchísimas cosas que me dan un poco de miedo averiguar —¿Qué te sucede? Te noto melancólico— Le pregunto.

Él toma mi mano por encima de la mesa y me observa con una media sonrisa —Si te soy honesto, cuando caminábamos hacia aquí todos los recuerdos de aquella cita pasaron por mi mente. Recuerdo perfectamente que había ahorrado durante dos semanas para invitarte a cenar aquella noche, pero vaya que ha valido la pena— Me cuenta y sus palabras me hacer recodarlo todo.

—Aquella noche acepte ser tu novia— Termino de decir sabiendo a que es lo que se refiere.

—Exactamente— Me dice con una sonrisa.

—Esa noche fue muy bonita. Siempre me pareció tan hermoso todo lo que habías hecho para poder invitarme a cenar aquella noche, que no sé si alguien más haría algo así por mi— Expreso sin apartar mi mirada de la suya.

—Lo volvería a hacer todo mil veces.— Habla seguro.

Ha sido tan hermoso todo lo que ha sucedido entre nosotros que tengo la sensación de que estamos intentando volverlo a vivir —Yo también, y creo que eso es lo que nos ha traído hasta aquí nuevamente— Le cuento tímidamente.

—Es que esta ciudad está plagada de bellos recuerdos entre tú y yo— Sus palabras me sorprenden porque eso mismo pensaba cuando llegue a St. Petersburg Instintivamente una pequeña risa se escapa de mis labios —¿Qué he dicho?— Pregunta divertido.

—Sucede que cuando el taxi me llevaba a mi nuevo hogar y miraba por el cristal todos los paisajes a mi alrededor, lo único en lo que pensaba era en todos los recuerdos nuestros que había en las calles.— Le explico y ahora es él quien se ve feliz.

Repentinamente su rostro cambia y noto como se ha puesto triste —Jaz, hace seis años que no puedo parar de preguntarme ¿Qué nos pasó? ¿Por qué es que tú y yo dejamos de luchar por nuestro amor? ¿Por qué es que no estamos casados? Yo tenía la certeza de que tú eras el amor de mi vida. Me veía a tu lado toda mi vida, los dos juntos cumpliendo todos esos sueños que teníamos al lado del otro— Expresa.

Sus palabras en estos momentos son un puñal. —Yo también me lo he preguntado, pero, creo que lo que nos sucedió fue la vida y una tristeza muy difícil de sobrellevar.— Respondo tratando de encontrarle explicación.

—Quiero que sepas que no te he dejado de pensar ni un solo día. Sé muy bien que no puedo pedirte que recomencemos todo como si nada hubiese sucedido, como si el tiempo no hubiera transcurrido, pero solo quiero que lo sepas. Quiero decirte que aún sigues siendo el amor de mi vida y con la única mujer que me sigo imaginando toda una vida a su lado.— Me confiesa dejándome sin aliento.

—Santiago, yo...— Intento decirle.

—No, no me digas nada... solo déjame comenzar todo de cero contigo, déjame enamorarte una vez más y dejarte ver que lo nuestro aún es posible— Me pide.

—Pero ¿porque no me escuchas?— Le pregunto entre risas.

—Disculpa, son los nervios. Dime...— Se excusa.

—Santiago, yo sé muy bien que tú fuiste y serás el amor de mi vida, nunca ha habido alguien a quien yo pueda amar de la misma manera que te he amado a ti. Solo quiero que no nos volvamos a lastimar, no lo podríamos resistir ninguno de los dos. Tomémonos las cosas con calma.— Le pido.

—No sabes lo que esas palabras significan para mí, claro que sí, tomaremos las cosas con calma. Tú toma las riendas de todo y dicta la velocidad y los momentos para cada cosa...— Me propone sonriente.

—No, pero tampoco así. Esto es de a dos.— Le digo entre risas.

—Lo sé, pero yo quiero que tú estés bien con todo esto.— Indica sin dejar de mirarme a los ojos.

—Lo estaré, pero demos los pasos uno por uno, volvamos a conocernos.— Le propongo con toda sinceridad.

—Vale, entonces me presento... Soy Santiago ¿Y tú?— Comenta entre risas.

«No puedo con él, es tan niño y tan hombre a la vez» —¡No tanto!— Explico entre risas. —Tienes razón, mejor lo hacemos a mi manera ¿Qué has hecho además del trabajo en estos últimos seis años?— Le pregunto intentando iniciar una conversación normal.

Por Verte Otra VezWhere stories live. Discover now