-8- Decepción

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[JAZMÍN]

Esos labios que tan bien conozco me besan mientras que sus manos sujetan las mías por encima de mi cuerpo contra la pared. Sería una hipócrita si dijera que no me gusta su beso; claro que me gusta, siempre me han gustado, pero lo que estoy sintiendo en estos momentos va mucho más allá de las sensaciones que recorren mi cuerpo. Siento un dolor que me cala hondo, me está besando porque en mi ve su pasado. No quiero eso, no puedo, yo tengo un presente y él también.

«Todo esto está mal» Una de sus manos baja por el costado de mi cuerpo por encima de la tela de su albornoz y va hacia donde está amarrado. —¡No Santiago!— Le grito y luego intento empujar su cuerpo —¡Suéltame!— Le exijo.

Él se aparta de mí y me observa detenidamente. —Perdóname por favor— Me dice muy avergonzado.

No sé qué es lo que pasa en mi interior, el Santiago que está enfrente de mí no es aquel que tanto ame. Tengo miles de sensaciones invadiendo mi ser y siento como sin darme cuenta las lágrimas ruedan por mis mejillas. —No quiero volver a verte.— Consigo decir —Apenas el cerrajero venga a arreglar la puerta me iré de aquí y no quiero saber más nada de ti. Tú no eres el Santiago que yo ame un día.— Le digo angustiada.

Él vuelve a acercarse a mí, y esta vez camino hacia el otro lado —Jaz, mírame... soy yo... soy Santiago, el chico aquel que se moría por ti, mírame a los ojos por favor.— Me pide desesperado.

—No, el Santiago que yo conocía era tierno, me cuidaba, me acariciaba con amor y no tan solo con deseo. Tú eres otro...— Le respondo.

Esta vez veo como es él quien tiene sus ojos llenos de lágrimas —Ese Santiago murió el día que tú te marchaste ese mismo día que perdimos a nuestro hijo. Lo que queda de mi es un hombre que ha vuelto a ver a la mujer que más feliz lo hizo en su vida y como un imbécil ha arruinado todo. Perdóname por favor.— Me explica.

Camino hacia el otro lado intentando esquivarlo —Quisiste hacerme tuya a pesar de que hace un instante estuve con mi novio y tú estuviste con la tuya... eres un asco.— Hablo.

—No me digas eso por favor. No tú...— Me suplica.

—Yo comprendo que habernos visto después de tanto tiempo ha sido complicado, pero yo no soy cualquier mujer con la que te has ligado alguna vez. Así como tú no eres cualquier tipo que me encontré en un bar, nosotros tenemos un pasado lleno de heridas, lleno de recuerdos... ¡mierda Santiago yo iba a ser la madre de tu hijo!— Le digo exasperada. —No me merezco esto.—

Sus ojos se clavan en los míos —Tienes razón en todo, tú te mereces todo mi respeto. Como has dicho, tú has sido la mujer más importante de mi vida y yo me comporto como un reverendo idiota, lo siento, pero por favor no me digas que no quieres volverme a ver. Te prometo que no volveré a intentar nada contigo.— Me dice demasiado arrepentido.

—No lo vuelvas a intentar. Respétame, pero sobre todo respeta a tu novia.—

—Lo hare, lo siento.—

Estoy por responderle cuando alguien toca a su puerta, y él de inmediato va abrir, es el cerrajero. Me dispongo a ir a hablar con él, cuándo Santiago se acerca, y me impide salir de su piso —Tú así vestida no sales a hablar con nadie. Yo te respetare, no volveré a intentar nada, pero también te cuidare... No quiero que te suceda nada.— Me dice y luego sale para explicarle al cerrajero el problema que hay en la puerta de mi piso.

Por Verte Otra VezWhere stories live. Discover now