Por Verte Otra Vez

-32- Respuestas

[JAZMÍN]

Lo miró fijamente, aún sentada sobre sus piernas y con mis brazos enredados sobre sus hombros. Sus palabras "Jaz, quiero todo contigo. Casamiento, vivir juntos, hijos, mascotas, viajes, casa, todo lo que tú quieras," Se repiten en mi mente una y otra vez tal como si fueran un eco, pero sigo sin entender ¿acaso me está proponiendo casamiento ahora? —Amor, discúlpame, pero sigo sin entender, ¿Qué es lo que me estas proponiendo exactamente?— Le pregunto casi sin voz a causa de los nervios.

Su mano acaricia mi cabello mientras que esos ojos negros todavía me observan detenidamente —Te estoy proponiendo todo eso, pero que al menos comencemos por comprometernos.— Explica y una sonrisa se dibuja en su rostro mientras yo me quedo sin aliento y conmigo aún sentada sobre él, Santiago saca una pequeña cajita del bolsillo de su pantalón, —Jaz, mi amor... ¿Me concederías el privilegio de casarte conmigo?— Me pregunta y creo que me he quedado sin reacción.

«Muero por casarme con él, pero creo que es demasiado pronto... tengo pánico.»

—Amor, ¿no crees que es demasiado pronto?— Le pregunto si poder dejar de mirarlo.

—Todo depende de cómo midas el tiempo— Responde con una enorme sonrisa.

Sus palabras, a pesar de los nervios, hacen que me ría —¿Cómo mides el tiempo tú?— Pregunto con gran curiosidad.

—Yo contigo mido el tiempo tomando en cuenta que llevo enamorado de ti más de diez años. Pienso en aquel primer beso que te robe cuando estabas cumpliendo 17 años, en nuestra primera vez cuando apenas estabas por cumplir 18. Mido el tiempo tomando en cuenta aquel día en tu casa cuando aquella prueba de embarazo dio positivo y tenías 20 años. Mido el tiempo en la manera que me besas ahora, en cómo me tocas, en cómo me miras y en cómo te amo. Jaz, eres con la única mujer que imagine e imagino el resto de mi vida. Con la única que me imagino siendo padre, con la única que nada me da miedo, eres lo más hermoso que me ha pasado en la vida y a pesar de que hemos estado seis años separados, el tiempo entre tú y yo no a nublado este amor que sentimos. Me harías el hombre más feliz del universo si aceptaras.— Expresa desarmándome por completo.

Cada una de sus palabras se clavan en mí, es como si la distancia no hubiese existido entre los dos y solo puedo querer vivir toda mi vida junto a él —Acepto. Acepto pasar mi vida junto al único hombre que he amado con todas mis fuerzas, con él que aprendí muchas cosas de la vida, con el que me sostuvo aquel día que tan asustada estaba. Santiago, te sigo amando con la locura que tenía cuando tenía 17 años, pero también con la intensidad que te puedo ofrecer ahora. Siempre has sido el amor de mi vida y eso lo sabes.— Le respondo y su rostro se cubre con una sonrisa que ilumina todo este piso.

Su mano algo temblorosa coloca el anillo de compromiso en mi dedo, y luego solo nos podemos besar de una manera que hace que todo este lugar se convierta en una llama. —Te hare la mujer más feliz del mundo, te lo prometo— Dice y vuelve a besarme. —Veras lo que nos espera juntos— Comenta.

—Cariño, solo tengo una condición.— Le aclaro.

—¿Cuál?— Pregunta sosteniendo mi rostro entre sus manos.

—Todavía no le digamos nada a nuestras familias. Recuerda que nadie sabe que hemos regresado. Disimulemos un tiempo hasta que les digamos de lo nuestro, especialmente a mi familia.— Le pido algo seria sabiendo que la reacción de ellos quizás no sea la mejor.

—Sabes que si fuera por mi lo gritaría al mundo, pero está bien disimularemos. Eso sí, cuando ellos regresen hablaremos de lo nuestro, ¿de acuerdo?— Me pide.

—Si, tomémonos nuestro tiempo.—

—No mucho, ¿sí?— Negocia acariciando mi rostro.

—De acuerdo, pero, mientras tanto mantengamos nuestros dos pisos, aunque durmamos juntos todas las noches.— Le propongo.

—Está bien, pero esta noche olvídate de dormir.— Anuncia de manera picara y se levanta conmigo entre sus brazos y creo que hasta aquí ha llegado la cena.