-34- Verdades

428 36 2
                                    

[JAZMÍN]

Me acomodo sentándome sobre la cama en frente de él después de colocarme una de sus camisetas, tal como lo hacía hace años atrás, y tomó valor para comenzar a explicarle los verdaderos motivos por los cuales me aleje de él, aquellos que he guardado en secreto por años. Nunca me he atrevido a hablar con nadie de esto, aún me cuesta reconocer que mi padre haya sido un ser tan cruel, me ha asegurado que ya cambio, pero la verdad es que nuestra relación nunca ha vuelto a ser la misma. —¿Me dirás que fue lo que sucedió o permanecerás en silencio mucho tiempo más?— Me pregunta haciendo que deba hablar finalmente.

—Si, hablaré, sólo que es muy difícil volver a abrir esa herida.— Le explicó y siento cómo todo mi dolor vuelve a resurgir tal cómo si las agujas del reloj se hubiesen ido en reversa.

—Amor, si no me cuentas no sé ni siquiera lo que sentiste o estás sintiendo.— Me dice mientras roza mi rostro con la punta de sus dedos.

—Santiago, me separé de ti para no arruinar tu vida ni tu carrera — Digo finalmente.

Sus ojos se entrecierran y me miran como queriendo analizar lo que le acabo de decir. —No entiendo— Pronuncia al fin.

—Amor, en aquel tiempo tal cómo ahora, mi padre tenía contactos muy importantes en el mundo profesional en el que tú te mueves. Tú sabes bien que él nunca estuvo de acuerdo con nuestra relación y solo pretendía aceptarte porque estaba embarazada de ti, pero cuando perdí a nuestro hijo esa fue su oportunidad para hacer que nos alejemos. Dos días después de mi perdida, él vino a verme al hospital y me exigió que me alejará de ti, diciéndome que no quería que tú me arruinarás más la vida. Claramente le dije que no lo haría porque te amaba con todo mi corazón. Fue en ese momento donde me advirtió que si no lo hacía él se encargaría que tu jamás pudieras ser arquitecto ni cumplir tus sueños. Me advirtió que llamaría a todos sus contactos y te difamaría, en fin, que te arruinaría. Yo sé, y sabía lo mucho qué anhelabas convertirte en quien tu eres. Yo no podía dejar que por mi culpa se truncará tu carrera. Fue en ese momento dónde yo me fui a Londres a estudiar. Necesitaba poner distancia entre nosotros dos, y vaya que lo hice, tú no tienes ni idea de lo que me dolió hacerlo mi amor.— Le explicó y mientras termino de contarle lo sucedido puedo sentir como las lágrimas corren por mis mejillas. —No sabes lo que me duele admitir que por culpa de mi padre tú y yo nos hayamos separado. Pensé que era algo que ya había superado, pero en este instante me doy cuenta de que no, y por esa razón no quiero que hablemos con él ni con mi familia. Vivamos lo nuestro en secreto y hagamos lo que tengamos que hacer sin importar que piense el resto de la gente.— Continuo contándole mientras intento secar mis lágrimas.

Santiago me observa intentando entender todo lo que le acabo de decir y puedo ver como sus gestos van cambiando a medida que lo va comprendiendo. —Jaz, yo todo este tiempo creía que tú me habías dejado de amar después de lo de nuestro hijo, me pregunte mil veces si eso pudo hacer que todo nuestro amor se marchitara. Tú no sabes lo que fue llegar a ese hospital y no verte ahí, ir a tu casa y que me dijeran que te habías ido, que no querías volver a verme. Di por perdido todo y me hundí en un dolor tan profundo que solo pude ocultar intentando volver a amar, pero jamás pude amar a alguien como te ame... cómo te amo a ti.— Habla haciendo que esta angustia que sentía se profundice más.

—Lo siento mi amor, yo no quería que perdieras tu sueño por mi.— Le explicó.

—Te entiendo, pero por no perder ese sueño del que hablas, casi te pierdo a ti. La vida nos da está segunda oportunidad y no pienso dejarte ir nunca más, ¿comprendes?— Expresa mientras que con sus dedos quita las lágrimas de mis mejillas.

—Santiago, no quiero volver a correr el riesgo de que nos vuelvan a separar.— Admito.

Él niega con la cabeza —Eso no volverá a suceder, tú y yo ya no somos esos dos jóvenes que estaban asustados por lo que la vida les estaba poniendo enfrente. Ahora ya somos dos adultos que van a defender esto que sienten.— Declara y sus labios buscan los míos con una necesidad única.

—Te amo— Le susurró y nuestras pieles se vuelve a prender fuego en medio de esta confesión. Sus manos quitan su camiseta, la cual cubre mi cuerpo y con delicadeza tiende mi cuerpo sobre esta cama para perderse en mí una vez más, son tantos los sentimientos a la vez los que recorren mi cuerpo, que me cuesta comprender como es realmente que me siento ahora.

—Yo también te amo vida mía...— Me dice al oído mientras me hace suya con todo el amor del mundo.

Por Verte Otra VezWhere stories live. Discover now