-62- La Felicidad

348 31 0
                                    

[SANTIAGO]

—Una niña— Digo en medio de suspiros mientras caminamos por el local para bebes eligiendo las cosas que compraremos.

—Una niña— Repite con una enorme sonrisa y me muestra un conjuntito de ropa que es absolutamente precioso. —¿Te gusta?— Pregunta emocionada.

—¡Me encanta y no veo la hora de que nuestra hija lo lleve puesto!— Respondo y me acerco a ella para abrazarla desde atrás. —Cariño, te amo.— Le susurro al oído.

—Y yo a ti.— Rebate y así abrazados seguimos recorriendo el local en busca de las cosas necesarias para nuestra hija.

—Me gusta esa cuna— Le comento al ver una preciosa cuna color rosa.

Una enorme sonrisa se dibuja en su rostro e inclina su cabeza para mirarme —Mmmm... pero, que buen gusto tiene mi esposo— Comenta haciéndome reír.

En medio de risas, abrazos, besos, y hasta algunos desacuerdos en gustos, seguimos eligiendo todo para el cuarto de nuestra pequeña. Una vez que hemos elegido todo, para el cuarto salimos del local y vamos a almorzar.

—Cariño, aún no hemos hablado de cómo llamaremos a nuestra hija.— Le comento mientras esperamos que el mesero regrese con nuestras bebidas.

La observo mientras acaricia su panza y yo solo puedo sonreír al verla disfrutar de su maternidad. Se lo mucho que esto significa para ella por todo lo que nos ha costado llegar hasta aquí. —No sé amor, ¿tienes alguna idea?— Me pregunta mientras ahora me mira a los ojos.

—Si fuera por mí, le pondría tu nombre, sabes que me encanta.— Le dejo saber muy feliz, pero ella automáticamente niega con su cabeza.

—¡No, ni loca que este dejo que le pongas mi nombre!— Dice riéndose.

—Me lo imagine.— Sé que sueno como niño pequeño, pero de verdad hubiese querido que se llamara jazmín.

Ambos nos miramos y comenzamos a reírnos —¿Entonces?— Insiste.

El mesero se acerca a tomar nuestra orden y una vez que lo hace, se retira. —Amor, ¿Qué te parece Alexa?— Propongo.

—¿Alexa?— Me pregunta entrecerrando sus ojos y creo que no le ha gustado mucho.

—No te ha gustado, ¿no?—

—No, no es eso... es que no sé, no me termina de convencer.— Explica.

—¿Y qué nombres tienes en mente?—

—No sé, se me ocurre Julieta, Brianna, Antonella ¿Te gusta alguno?— Menciona.

—Antonella, me encanta ese.— Digo con entusiasmo.

—Antonella Suarez, Queda muy bien, ¿no?— Nombra.

—Mucho— Afirmo e inclino mi cuerpo para estar más cerca de ella —No puedo esperar a que nazca nuestra Antonella—

—Ni yo— Me dice y también inclina su cuerpo para besarme con esos labios que son mi perdición.

—Cariño, te amo demasiado. Sabes que me haces muy feliz, ¿no?— Le digo perdiéndome en sus ojos.

Ella sonríe y luego muerde su labio inferior ¿Acaso está intentando provocarme? —Claro que lo se guapo. Tú también me haces muy feliz. Siempre lo has hecho amor. Cuando éramos adolescentes me hiciste feliz y ahora que ya estamos más grandes también lo haces.— Habla y me la quedo mirando.

—¿Grandes? Perdón guapa, pero yo sigo siendo un adolescente— Le digo entre risas.

—Un adolescente bastante travieso.— Me replica burlándose de mí.

—Tú me haces ser travieso, pero por favor no me hagas comenzar que de verdad te vez demasiado hermosa y me dan ganas de comerte a besos a cada minuto.—

—Mejor en casa. Te buscan.— Comenta haciéndome una seña y al voltearme veo a un chico con un libro de arquitectura que me hace algunas preguntas y que por supuesto me pide una foto ya que dice que soy un referente para él.

Amablemente accedo a tomarme la foto con él y también a firmarle el libro. Una vez que se retira, mi esposa y yo seguimos almorzando en medio de sonrisas cómplices hasta que es su pierna la que roza la mía provocándome.

—Creo que debemos irnos de aquí.— Le propongo.

—Creo que aún es temprano para irnos a casa, ¿no crees?— Me pregunta con una media sonrisa.

—¿No mueres por pasar una tarde completa solos en casa abrazándonos, besándonos...?— Propongo.

—Si lo pones así, suena muy interesante— Murmura.

—¿Entonces nos vamos?— Le pregunto sonriente. Ella asiente con la cabeza y automáticamente pido la cuenta para irnos de aquí a nuestro refugio y pasar una tarde increíble juntos.

Por Verte Otra VezWhere stories live. Discover now