-12- Al Menos

653 59 5
                                    

[SANTIAGO]

La observo dormir abrazada a mí con su cabeza apoyada sobre mi pecho y los recuerdos no se detienen. Pareciera ayer que a escondidas entraba a mi cuarto para que durmiéramos juntos cada vez que se quedaba a dormir en casa. Me ponía nervioso al igual que lo estoy ahora cada vez que su cuerpo se pegaba al mío, pero ella no estaba lista para que estuviéramos juntos, y yo le había prometido esperarla, y lo hice.

Noto como sus ojos se han hinchado de tanto llorar, sus labios están más rojos que lo habitual y yo siento un deseo inmenso por besarlos, pero no lo hare, le prometí respetarla. Son tantas las memorias junto a ella que me cuesta mucho separar el pasado del presente. Las horas pasan y yo no puedo dejar de mirarla, esta más hermosa que nunca.

[...]

Un movimiento hace que abra mis ojos y allí esta ella mirándome con esos ojos azules tan especiales. Su mirada refleja sorpresa al notar la poca distancia que hay entre los dos. —Santiago...— Pronuncia con un hilo de voz y se sienta sobre la cama.

—Buen día Jaz...— La saludo sin saber muy bien cómo reaccionar y también me siento.

—Siento muchísimo lo de anoche— Habla y su voz refleja vergüenza.

Le lanzo una tímida sonrisa intentando no avergonzarla más —No te preocupes, es comprensible que te sientas así.— Comento.

—Es que no debí de haberte pedido que te quedaras y menos por el motivo que te lo pedí... Lo siento, de verdad...— Me dice y su mirada esquiva la mía.

Cuidadosamente coloco mi mano debajo de su barbilla y hago que levante su rostro para mirarme —Jaz, no tienes nada de que disculparte. Antes de nada, tú y yo éramos amigos. Te conozco desde que tenias 15 años... creo que no hay nada de malo en que te acompañe en un momento así, ¿O sí?— Le pregunto.

Esos ojos se clavan en los míos y yo siento que todo mi interior se revoluciona, siempre ha tenido ese poder en mí, es increíble. —Supongo que no... solo que no quiero que nos confundamos.— Explica.

Sus palabras realmente me duelen, pero también la entiendo. —Yo te dije algo y pienso cumplirlo. También pienso cumplir con lo que te dije de cuidarte y si quieres que vaya a romperle la cara a ese imbécil me lo dices.— Le dejo saber y por primera vez una sonrisa se dibuja en su rostro

—Tú y la violencia eh...— Me dice.

—No sé porque lo dices.— Le digo inocentemente.

—¿Quieres que te lo recuerde?— Me gusta que al menos pueda sonreír un poco. —¿Será porque te peleabas mucho con Martin?— Me pregunta sarcásticamente.

—¿Cómo olvidarlo? Pero, tenía mis razones eh...— Le digo

—Nunca lo he entendido...—

—Jaz, él estaba muerto de amor por ti...— Le explico.
Su cara se transforma al escucharme —¿Por eso te has agarrado a golpes con él?—

—Si. Me lo dijo y yo no podía creer que mi mejor amigo estuviera enamorado de mi novia.— Los recuerdos de ese día siguen vigentes en mi mente, ese día lo quería matar. Me sentía indignado que él la amara sabiendo que era mi novia y nunca se haya atrevido a decirme nada.

—Es muy difícil estar juntos y no hablar del pasado ¿no?— Cuestiona.

No quiero que vuelva a alejarse de mi —Disculpa...— Digo tímidamente.

—No, no tienes que disculparte. Solo digo que por más que no queramos, siempre terminaremos hablando del pasado.— Expone.

—¿Y eso te molesta?— Le pregunto algo nervioso.


Ella me mira como pensando en su respuesta —Tendré que acostumbrarme... después de todo eres mi vecino y te veré muy seguido.— Me dice con una tímida sonrisa. —¿Desayunamos?— Me pregunta y sé que no quiere seguir hablando del tema.

—¿Me invitas a desayunar?—

—Es lo mínimo que puedo hacer, vamos que preparo el desayuno.— Me dice y se levanta de la cama.

«Al menos ha vuelto a hablarme, quizás después de todo hay algo que tengo que agradecerle a ese idiota...»

Por Verte Otra VezWhere stories live. Discover now