-14- Mar de Recuerdos

644 64 9
                                    

[SANTIAGO]

«Ya está, ya le dije que sigo enamorado de ella. Que sea lo que deba ser, pero esté sentimiento no lo puedo callar más.» Pienso bajo el manto de este gran silencio —No me tienes que decir nada— Le digo mientras sigo conduciendo hacia el centro comercial.

Siento su mirada clavada en mi —Es que Santiago, yo creo que tu estás confundido.— Me dice y siento que quiero besarla con todo mi ser para que entienda que esto no es ninguna confusión.

La miro por solo un segundo para no chocar, no podría volver a sufrir un accidente con ella a mi lado —No estoy confundido Jaz. Mi vida entera se ha ido en tus besos y nunca me la has regresado. Intenté vivir pretendiendo que ni tú ni nuestro bebé han existido, pero nunca lo logré, solo me engañaba para poder sobrevivir. Yo no te estoy pidiendo que me digas que aun sientes lo mismo. Solo quería explicarte lo que me sucedía y espero que esto no haga que te alejes de mi.— Le explicó.

Estoy estacionando el auto mientras que el silencio de apodera de este reducido espacio dentro del auto —Santiago, yo no puedo decirte nada... creo que mi cercanía te hará daño.— Habla mirándome fijamente.

No se puede alejar de mi nuevamente, no lo resistiría. —No, por favor no te alejes... déjame ser tu amigo por favor.— Le pido y es casi una suplica.

—Pero, Santiago... me has dicho que estás enamorado de mi.— Murmura.

—Lo sé, pero eso no quiere decir que si no me correspondes no pueda estar cerca de ti.— Expreso antes que bajemos del auto.

—¿Prometes no intentar nada?— Pregunta entrecerrando sus ojos.

—Ya te lo he prometido, y creo que estoy cumpliendo, ¿no?— Le pregunto.

—Si...— Responde con una tímida sonrisa.

—Bueno ¿entonces?— Insisto.

—De acuerdo. — Accede finalmente.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro ante sus palabras. Solo necesito su cercanía, quizás de esta manera pueda demostrarle que entre ella y yo todavía hay una oportunidad para el amor, un lugar para cumplir esos sueños que teníamos juntos.

Bajo del auto y camino hasta la puerta del pasajero y le ayudó a bajar. Su cara al tomar su mano para ayudarla me provoca una risa —¿Que sucede?— Cuestiono.

—Por favor no seas así conmigo...— Me pide.

—¿Así como?— Pregunto algo confundido.

—Así como lo eras cuando estábamos juntos.— Responde tímidamente mientras caminamos.

—Lo siento, pero me nace ser así contigo. Tómalo como un gesto de caballerosidad de un amigo.— Le digo intentando restarle importancia al gesto.

—Esta bien...— Susurra.

—Tu guía el camino y yo té sigo.— Le digo al entrar al centro comercial.

—¿Entrarás a todos los locales conmigo?— Me pregunta algo preocupada.

—Si, ¿por qué?— Averiguo con duda.

Ella esquiva mi mirada —Es que... eh... debo comprar lencería también...— Explica sonrojándose un poco.

—Si quieres te digo como te queda... como amigo claro.— Le digo entre risas —Es una broma— Le aclaró.

—¡Santiago!— Exclama entre risas y golpea mi brazo.

—¿Que?— Pregunto sin poder parar de reírme.

—¡Eres un tonto!— Me dice y sé que es en broma.

—Bueno, tampoco sería la primera vez ¿eh?— Comento y creo que he hablado más rápido de lo que he pensado.

—Definitivamente todo lo que hacemos nos trae algún recuerdo— Habla y noto la melancolía en su voz.

Los recuerdos de aquella tarde de compras a su lado invaden mi mente. Aquel día entramos juntos a un local de ropa íntima y yo fui el encargado de elegir lo que ella utilizaría esa noche donde a escondidas de mi familia ella se coló en mi habitación y terminamos amándonos como nunca.

Sacudo mi cabeza ante mis recuerdos intentando no perder el control... —De acuerdo, no te preocupes que no entraré contigo a ese local.— Le aclaró.

—Perdón, ¿que has dicho?— Dice cómo volviendo de otro mundo. Quizás yo no soy el único que pierde su mente entre recuerdos.

—Que no te preocupes... que no entraré allí contigo.— Le repito.

—Está bien, gracias.— Responde, y creo que en el fondo ella quería que entrará.

Por Verte Otra VezWhere stories live. Discover now