-46- Si, Acepto

387 39 4
                                    

[JAZMÍN]

Días después

Hoy es el gran día, hoy me caso con él y todavía no me lo puedo creer. Mi regreso a St. Petersburg, ese que me daba tanto miedo, termino en esto, en el casamiento con mi primer amor. Con ese hombre que me cambio la vida para siempre. Hoy me doy cuenta de que esa frase que dice que el amor verdadero es tan solo el primero es demasiado cierto. Fue volverlo a ver, volver a sentir sus manos sobre mi cuerpo, sus labios sobre los míos y perderme tal como lo hice años atrás.

Él siempre ha sido dueño de mi corazón, siempre tuvo control sobre mí y siempre viví condenada a su amor. En este día seré absolutamente suya de todas las maneras en la que una persona se puede entregar a otra. Le estoy entregando todo lo que soy y sé que él está haciendo lo mismo conmigo, estábamos destinados a esto.

Me miro una última vez al espejo antes de salir de esta habitación, y debo decir que estoy absolutamente enamorada de mi vestido de novia estilo griego. En realidad, estoy enamorada de la idea de casarnos en este lugar tan mágico, pero «¿Qué cosa no es mágica a su lado?» Tomo mi ramo de rosas color blancas y salgo de esta habitación para que el chofer me lleve a la hermosa capilla donde nos casaremos.

[...]

Siento como mi corazón late a mil por hora al ir caminando hacia la entrada de la capilla. El caballero que me estaba esperando, abre la puerta de madera de este mágico lugar y al entrar, allí lo veo parado al final del pasillo, justo enfrente del altar. «Se ve tan guapo con ese esmoquin» No puedo dejar de pensar en lo afortunada que soy de que ese hombre tan increíble haya puesto sus ojos en mi años atrás y que nuestro amor no haya cambiado a pesar de los años que han transcurrido. Esos años solo nos han servido para darnos cuenta de que no somos los mismo sin él otro. Hemos madurado y hemos aprendido a amarnos mucho más.

Su mirada se cruza con la mía y solo puedo sonreírle sintiendo como el resto del universo ha dejado de existir en este momento. Solo estamos él y yo en este instante tan perfecto, tan único. Llego a su lado y nuestras manos se entrelazan mientras que seguimos mirándonos, diciéndonos tantas cosas.

—Te ves tan hermosa.— Me susurra mientras nos acomodamos como el cura nos ha indicado.

—Tú también te ves muy guapo.— Le respondo con una sonrisa que se queda tatuada en mi rostro.

A pesar de estar en un país mayormente ortodoxo, hemos podido encontrar al cura que en estos momentos nos está explicando nuestras responsabilidades como esposos. Si bien escucho lo que nos dice, yo solo puedo sentir como la mano de Santiago juega con la mía «lo amo tanto...»

—Hijos, ha llegado la hora de decir sus votos.— Anuncia y el primero en querer hablar es él.

—Jaz, mi amor, tú y yo sabemos muy bien por todo lo que hemos pasado, lo bueno y lo malo. Hoy estamos aquí demostrándonos a nosotros mismos que el amor es más fuerte que todo, que el tiempo, que la distancia, que el pasado, he incluso que la opinión de los demás. Ya no me alcanzan las palabras para decirte lo mucho que te amo. Eres exactamente todo lo que siempre soñé en una mujer y mucho más. Tu mirada es ese lugar donde encuentro mi mundo, donde sé que todo está bien. Tus manos son mi ancla cuando siento que los vientos quieren llevarme hacia otra parte. Toda tú eres mi refugio y nunca quiero salir de ahí porque haces que toda mi vida cobre sentido. Quiero vivir solo para amarte, para hacerte feliz, siempre quiero verte con esta sonrisa que me estas regalando ahora y a pesar de que en esta vida podamos pasar por momentos difíciles, quiero que sepas que hare mi mayor esfuerzo porque nunca tengas que derramar una lagrima. Eres el amor de mi vida. Te amo.—

Él dice que no quiere que derrame ni una lagrima, pero supongo que se refería de tristeza, porque en estos momentos estoy llorando de felicidad, de emoción, es tan hermoso todo lo que me ha dicho.

—Santiago, mi amor... a mí tampoco me alcanzan las palabras para decirte cuando te amo, pero lo intentare. Los años han pasado, pero nuestros sentimientos no han cambiado. Tan solo puedo sentir como a cada día que pasa te amo con una fuerza mayor. Quiero hacerte el hombre más feliz de este planeta porque te mereces todo lo bueno de este mundo. Eres el ser humano más especial que he conocido, y no podría imaginar mi vida sin ti a mi lado. Eres quien me da las fuerzas para seguir adelante a todo momento. Eres mi faro cuando todo esta oscuro, cuando siento que no hay esperanza... me has rescatado mil veces dándome fuerzas para continuar caminando por esta vida que a veces se ha empeñado en separarnos, pero aquí estamos. Eres el amor de mi vida y quiero vivir solo para despertarme a tu lado cada mañana y hacerte feliz. Te amo.— Expreso y puedo notar como también se ha emocionado. Su mirada esta cristalina y llena de lágrimas, pero esa sonrisa me deja saber que es de emoción.

El cura nos hace la pregunta de rigor y sin dudarlo los dos decimos —Si acepto— y ese momento donde nos declara marido y mujer, llega finalmente haciendo que todo a nuestro alrededor desaparezca para fundirnos en un beso que es el primero de muchos con el ahora mi esposo.

—Te amo señora Suarez.— Me dice con su frente apoyada en la mía.

—Y yo a ti esposo mío.— Le respondo de la misma manera para besarnos nuevamente.

Por Verte Otra VezWhere stories live. Discover now