-¿Quieres que empiece desde el principio, o pasamos directo al primer Canto Legendario?-Le preguntó luego de que Katherine se sentara al lado de su madrina.
   ​-¿Cómo?
​   -Que el principio es una introducción al tema: William te comenta todo ahí, para luego especificarlo por cada libro.
   ​-Sí, sí, sí; desde el principio mejor. Prefiero tener una base antes de tirarme a este vacío.
​Mako resopló con una sonrisa, le pareció jocoso.
   ​-Veamos lo que dice entonces:
​"Han pasado 800 años desde el cataclismo, casi un milenio desde esa explosión que consumió más del 60% de la Tierra. Algunos dicen que fue un castigo de Dios, otros un ataque misterioso de los humanos; Amadeus Génico, aquel hombre que enmarcó toda la historia de este acontecimiento, habla de una gran explosión gracias a la fusión de unas poderosas piedras denominadas Runas.
​   Sin embargo, nunca tuvimos la certeza de lo que sucedió allí, ¿Qué son las Runas?¿Quién es Amadeus Génico? Todo esto se habla en los cinco textos de este ser, llamados "Los Cantos Legendarios", los cuales hablan de todo el proceso, del antes y el después, de este Cataclismo; libros llenos de poemas ocultos por las ciudades de lo que queda de la Tierra, incluso al punto de que algunos nunca han visto la luz.
​   Aquí entraremos más a detalle en sus poemas, en las personas que Amadeus presenta, y las cosas que sucedieron en esos años oscuros cuando la humanidad llegó al borde de la extinción. Se hablará de las Runas, qué es lo que son y cómo funcionan; de la invasión del Vacío, y el impacto religioso que tuvo; y de Pearl, ese ser que nos ayudó en su momento, además de explicar qué y cómo lo hizo.
​   Para esto, junto a expertos en el tema, como físicos, geógrafos y psicólogos; se estudiará cada poema de los cinco Cantos Legendarios, se analizará la situación del mundo antes y después del Gran Cataclismo, e incluso del cataclismo en sí. A la vez, se analizarán los acontecimientos y consecuencias luego de esto, y las actitudes y decisiones que nuestra raza hizo en momentos de gran peligro.

​   Pero, antes de comenzar, debemos tener en cuenta ciertos puntos para poder entender en su generalidad lo que se dice en este ensayo, tanto lo teórico, proveniente de los cinco testamentos del pasado, como de la evaluación científica por parte de nosotros, los hombres del presente. Ya sea la visión que tengas de este acontecimiento que marcó un antes y un después en la carrera evolutiva del ser humano, el final de muchas especies, y el inicio de algunas otras; hay que enfocar que esto si sucedió. Está la evidencia en terreno, ya sea porque antes la Tierra se dividía en cinco continentes, y ahora en solo uno -Además de la gran lluvia que nos rodea-; como también la evidencia que nos entrega los antiguos servidores que conocemos como el internet. Esta herramienta, quizás un poco muy avanzada para lo poco que llevamos luego del cataclismo, nos entrega toda la historia que hay detrás de ello. Es algo único, como si fuera otra dimensión que guarda todo lo que al hombre le pasó durante su tiempo antes de la explosión, ya sea valioso, o pura basura.
​   Una visión diferente: Antes había dicho que no importaba la visión que tengas sobre lo que sucedió 800 años atrás, pero aun así este ensayo, como en todo lo que me baso y lo que se basa el autor de los Cantos Legendarios, tiene una visión única a la que la gente le ha dado durante los años, porque prácticamente es algo que, aunque puede llegar a tener sentido, y que se podría probar con ciertas y especificas cosas que nos entrega el pasado, es muy difícil de entender. No porque tenga ciencia muy avanzada, que también la tiene, y mucha; sino porque, si eres una persona promedio, llegara el punto que pensarás que todo lo que digo, y todo lo que dice Amadeus Génico, es ficticio.
​   Ficción real/Ciencia Ficción: Siempre hemos intentado darle una explicación a todo lo que sucede a nuestro alrededor, ya sea algo que solo se nos pasó por la cabeza, como algo que tiene total sentido. La Ciencia Ficción siempre ha sido un tema artístico, por la cercanía que la gente que la consume puede llegar a tener, poder obtener ese "Esto si funcionaria", pero que sigue siendo ficción. Y eso hay que tenerlo muy claro, ya sea la diferencia entre lo real que nos rodea con lo que nosotros percibimos a nuestro alrededor, como que esto no es ficticio. Es ciencia, al fin y al cabo; ha pasado muchas veces en el pasado, y pasará todas las veces necesarias en el futuro; y nosotros tuvimos la suerte, o la desgracia, de poder vivirlo.
​   La cercanía de Dios, el nuevo mesías: La tenemos en el centro de nuestro continente, una estatua de más de cuarenta metros de alto, y de un material extraño para nosotros; con una figura desconocida a la que estamos acostumbrados a ver: Pearl. La comparación más cercana a esta estatua, que desde ahora la comenzaremos a llamar como Gideon – Nombre proveniente de los Cantos Legendarios – son las pirámides egipcias; y que nos recuerda a lo que la religión cristiana llamó como "El nuevo Mesías, la segunda hija de Dios". Pero su cuerpo es extraño, es diferente, ¿Cómo podría ser hija de nuestro Dios, si no es como nosotros? Pues esta es una de las puertas que la Iglesia se demoró décadas en abrir: La vida afuera de la Tierra. Esto nos da a entender que no somos los únicos, y nos llena de vacío el saber que somos la mota de polvo que siempre aterramos ser; pero esto también nos ayuda a entender lo que estaba pasando en ese entonces, como los acontecimientos que sucederán luego. ¿Una ruta de escape?¿La mano de la Iglesia, quizás, todavía no daba cuerda, y se aferró a cualquier cosa, sin importar lo que signifique?¿Quién sabe? Eso es parte del entendimiento de nuestra raza, una visión que por mi parte yo tengo, pero una misión que no está en mis manos dárselas.
​   El Dilema de creer o no creer: La Iglesia hizo mucho daño en el pasado, y aunque le dimos una segunda oportunidad, lo hizo de nuevo. Esto no complicó su estadía en la nueva era del hombre, porque nadie se dio cuenta hasta ahora; y quizás sea el momento, quizás con este ensayo de ficción disfrazada de verdades, de que empiece a acelerar el paso. La gente cree lo que quiere, por miles de años se creyeron los cuentos y fabulas de los libros sagrados de la religión, de cualquiera sin importar de donde venga o quien la escribió; y ahora se creen lo que ésta dice de lo que sucedió en el Gran Cataclismo. Eso sí, yo no puedo juzgarlos, ni puedo creerme ser mejor que ellos, porque sigo creyendo en Él, sin importar lo que sus subordinados digan. Y por eso mismo, por el derecho que tengo a creer, es porque creo que esta es la Verdad, y que todo lo otro es mentira. Quizá sea el Mártir para que la gente abra sus ojos, pero creo firmemente que habrá alguien que conectará todo lo que diré con pruebas irrefutables, que no solo tú, sino cualquiera, podrá ver en el futuro. Y no es la prueba de un Dios, de un ser mitológico o la mínima existencia de algo, sino que todo lo presente en los poemas de los Cantos Legendarios es verdad.
​Y la prueba que tengo ahora mismo es que el Gran Cataclismo si sucedió.

​   Con todo lo anterior en mente, sabiendo que se viene el recorrido de años en la oscuridad, con muchos nombres y situaciones, empezaremos de la misma manera que el primer Canto, con el poema de la persona más importante para Amadeus: Requiem..."

   ​-Requiem...-Dijo Katherine, con un escalofrío corriendo por su cuerpo.
   ​-¿Recuerdas su poema?-Cerró el gran texto.
   ​-Si-Tragó con fuerza, recordando el sueño también.
​   Katherine intentó procesar todo lo que había escuchado de su madrina, mientras la otra le mimaba. Luego de un rato, siguió.
   ​-El dilema de creer o no creer... ¿Por qué tiene tanta certeza de que lo que dice este tal Amadeus... es la verdad?
   ​Mako se demoró en contestar, miraba al techo, al texto, para volver a la pequeña. La sonrisa no se le quitaba.
   ​-Bueno... incluso yo no puedo darte pruebas, pero... Es parte del dilema, supongo. Hay sensaciones que estos libros nos han dado, incluso a ti, que nos demuestran que algo hay aquí.
​   -¿Magia?
   ​Mako resopló.
   ​-Puede ser... No podría afirmar que sea magia o no, porque cuando me conecto con Szel, para mi es algo que conecta todo mi cuerpo. Quizás para la gente que estuvo antes del Cataclismo todo lo que nos rodea es magia, pero también está el contexto de que nuestra raza se juntó con la de Pearl, con la de los Ancianos.
   ​-La barrera de lo imposible casi no existe ahora.
   ​-Algo así-asintió un par de veces-William era creyente, de Dios digo; pero cuando conoció a Amadeus, cuando leyó el primer Canto Legendario, cuales eran leyendas de los pueblos; su forma de creer cambió drásticamente. Murió siendo cristiano, pero ahora lo veía todo de otra manera. Supongo que lo del dilema es acerca de la barrera de lo que dice la Iglesia, y lo que ella misma desconoce. Te dice que, aunque creas o no en Dios, o en algo en particular, lo que está escrito en los Cantos es la verdadera historia de la Tierra y de nuestra raza, y mientras vayas leyendo los poemas de cada Protector, y todo el contexto, quizás todo lo que creías antes cambiará, al igual como él cambió.
   ​-El dilema no es suyo al hacer este ensayo, sino que es nuestro al intentar entender la realidad, o bloquearlo por no creerlo. Si es que es real, obviamente.
   ​-Ya veremos si dices eso de nuevo cuando lo termines-sonrió.
   ​-¿Crees que cambiaré al igual que él?
   ​-¿Acaso eres cristiana?
   ​-Me bautizaron y todo, pero...
   ​-Eso es obvio.
   ​Ella asintió varias veces,
   ​-Pero no, en realidad...
   ​-Entonces no te preocupes de cambiar o no cambiar, de creer o no creer. Obviamente el factor de creer en lo que estás leyendo, cuando el autor te dice que es la verdad, te da más o menos energía dependiendo de las dos opciones que tienes, pero hija-Se giró hacia ella-Tú misma probaste que estos textos hacen algo dentro de ti, prenden una llama que antes estaba apagada; no te puedo afirmar que sea todo real, pero... Hay algo. Debe haberlo, sí o sí.
   ​-Lo sé. Y le creo, simplemente porque tú le crees. Y si es la verdad, quizá me ayude a entender lo que me pasa, y poder comprender quién soy en realidad.
   ​-¿De nuevo con lo mismo? Madi me hablo un poco de la conversación que tuvieron. Lo único que puedo decir ante eso es que es más fácil de lo que tú crees, solo que no lo estas mirando de la mejor manera.
   ​-¿A qué se refieres?
   ​-Quizás ser como alguien no es el modo. De acuerdo, entiendo que tengas una buena visión de mí, pero...
   ​-Eres mi persona a seguir, madrina-Eso a Mako le calló-Nadie es perfecto, eso lo sé; pero hay cosas que quiero cambiar de mí, y la forma en que tú lo haces, o como tú eres, es lo que busco. No sé si pueda decir que quiero ser como tú, sino que quiero seguir los mismos pasos que una vez usted siguió.
   ​-No sabes de lo que hablas...
   ​-Habrán distintos motivos, creo entenderlo; estoy segura de que contigo y con mi padre, incluso con George a mi lado, lo que pasaste 20 años atrás no me ocurrirá a mí, y no sé qué decisiones tomaste en esos momentos, capaz qué errores que mataron a muchos, y a la vez decisiones que salvaron a muchos otros-La mirada de Mako cayó-Pero me gustaría entenderte, y que en casos minúsculos cualquiera, pueda tomar la decisión correcta.
   ​-¿Es eso a lo que más le temes?
   ​-Si...-Dijo luego de unos segundos-No me quiero tomar como alguien importante, pero sigo teniendo algo en mi interior que casi nadie tiene, por lo que me hará, o me hace ahora mismo, un "objeto valioso"...
   ​-No eres un objeto.
   ​-Lo sé, lo sé. Sin embargo, soy más importante para esta comunidad que cientos de personas, ¡Y ni siquiera pertenezco aquí!¿Me entiende? Ya de por si lo soy por ser su ahijada, por tener esta relación; pero este Ekisu... puede ser una bendición, o una maldición.
​   -Todo dependiendo de tus decisiones, de la gente que te rodea.
   ​-Si. Y yo sé que tuviste la misma sensación, aunque no me la pueda imaginar; cuando te nombraron Gran Sabia. ¡Eras muy pequeña todavía para esto, y aun así se votó para que la mayor de las Tachibana sea la Gran Sabia Suprema!
   ​-No es tu destino ser lo que soy, Katherine. Es el mío, yo lo tomé. Obviamente me arrepiento de cosas que hice, algunas veces no puedo ni dormir bien porque esas decisiones me persiguen; pero sé que es parte de mi destino, y de mis errores pude hacerlo mejor. Está bien que tengas miedo, pero de este miedo sale la valentía, y debes luchar, ¿Recuerdas?
   ​-Si-Sonrió, mirando sus manos. Luego volvió hacia ella-Pero quiero que tú me entrenes para ser más fuerte, para endurecer mi corazón. Para no tener más miedo.
   ​La otra también sonrió, de lado a lado esta vez. Con suavidad, le agarró el mentón, para poder darle un beso en la frente.
   ​-Lo haré, pero debes prometerme algo primero.
   ​-Lo que sea.
   ​-Nunca te ciegues por tus sentimientos, yo nunca te volveré a mentir sobre ti misma, o sobre mí; por lo que, si yo te digo algo, es porque te estoy mostrando algo valioso, o intento hacerte entrar en razón. Prométeme que nunca tomarás mis palabras a la ligera, ¿De acuerdo?
   ​-Lo prometo.
   ​Y le abrazo.
   ​El abrazo duró poco, al entrar uno de los Kyobu, acompañado de Mitsu que intentaba detenerle. Era la máscara de serpiente. Al sacarse el animal con rapidez, Katherine pudo divisar a un hombre con la tez oscura, unos ojos pequeños marrones, y un pelo blanco demasiado corto.
   ​-¡Gran Sabia!-Dijo este, casi gritando-Tenemos noticias con la Legión.
   ​-¿Cómo?-Dijo Mako, levantándose-Mitsu, está bien, déjalo-Este asintió.
​   -Lo tenemos aquí. Uno de ellos.
   ​-Perfecto-se adelantó. Al llegar a la puerta se giró a su ahijada, que le miraba anonadada-Llama a Mabel, que te venga a buscar y que te lleve a mi casa.
   ​-¿A su casa?-Preguntó ella-¿Por qué? Podría decirle que me deje en la mía.
   ​-Porque acabamos de prometer algo, ¿No? Hoy empezamos.
   ​-¿En serio?
   ​-Por supuesto, ¿O es que tienes un problema con eso?-Volvió su sonrisa.
   ​-¡Claro que no!-Se levantó con energías.
   ​-Entonces llámala enseguida, yo estaré ahí a la noche-Y cerró la puerta.

   ​Al Mako salir y cerrar la puerta, Katherine avanzó por su celular, y llamó enseguida a la Tachibana. Ella respondió luego de unos segundos.
   ​-¿Katherine?-Dijo esta, escuchándose el tac del intermitente.
   ​-Tía Mabel, le llamo porque Mako me dijo que me viniera a buscar al Todai-ji.
   ​-¿Estás en el Cuartel General?
​   -Sí. Se que es medio raro que la llame de un momento para otro, pero Mako está ocupada interrogando a una serpiente, creo-Lo dijo con duda-El kyobu mencionó Legión, entonces...
   ​-Si, es una serpiente. Pero, ¿Por qué a la casa de Mako, y no a la tuya?
   ​-Bueno, porque íbamos a hacer algo para mí, y justo llegó el kyobu.
   ​-Ehm... Entiendo. Estoy cerca del Todai-ji, espérame fuera.
   ​-¡Vale! Entonces le veo allí.
   ​-Claro, claro.
   ​-Adiós, tía.
   ​-Nos vemos ahora.

   ​Katherine salto de la alegría. No lo podía creer, lo que había pensado había salido bien, incluso mejor de lo que había imaginado. Sabía que hablar de los errores de hace 20 años con Mako sería un problema, pero al parecer con ella no reaccionaba tan bruscamente como sus hermanas le habían dicho antes. De hecho, sirvió más hablar de ese tema.
​Antes de salir, se miró por el largo espejo que Mako tenía en su oficina. En este, Katherine sonrió, levanto su brazo hasta el tronco, y subió el pulgar. Estar delante de ese espejo le trajo algunos recuerdos.
   ​-¿Mejor que yo? Te voy a demostrar que no es cierto. Que yo soy mejor que tú.

   ​Mabel venia en una gran camioneta negra. No era de noche, pero el viento ya estaba pegando un aire fresco.
   ​-¿No tienes frio?-Le preguntó la mayor cuando Katherine entró en el asiento del copiloto-Recién salimos del verano, y se está notando ya el frio.
   ​-En realidad no, estaba tan nerviosa mientras hablaba con Mako, que mi temperatura subió-Sacó una risa nerviosa que la estaba aguantando desde hace unos minutos.
   ​-¿Y cómo salió todo?
   ​-Bien. La verdad mejor de lo que planeamos. Leímos la introducción de "La Vuelta de la Humanidad", y gracias a esto pude meter el tema.
   ​-¿Hablaste sobre eso?
   ​-Si. Y la verdad se lo tomó bastante bien. Esperaba que me cortara el tema o algo, pero no; creo que gracias a eso dijo que sí.
   ​-Al final, esos recuerdos son su punto débil. Pero me alegro de que te haya aceptado, te convertirás en una gran mujer...-Dobló, pero segundos después siguió-Supongo que ahora la esperaremos porque quiere empezar con tu entrenamiento, ¿Verdad?
   ​-¿Podríamos decirle entrenamiento?
   ​-Al final, entrenaran tu corazón, ¿No?
   ​-En eso tiene razón. ¿Se imagina que también me entrena así tipo mi cuerpo y esas cosas?
   ​Mabel rio.
   ​-Sería muy divertido veros hacerlo. Pero no creo que sea buena idea. Mako no tiene mucho tiempo, y menos para poder entrenarte de esa manera "Aunque yo podría" se dijo en su cabeza.
   ​-Eso es verdad, pero tampoco creo que duraría mucho. Debería hacer más ejercicio, pero no sé, es muy problemático para mí. Ya tengo suficiente con lo que hago en el colegio.
​   -Eso habría que cambiarlo-Mabel tocó el corazón de la chica-Es parte de este entrenamiento.
   ​Katherine miró el dedo irse, y luego la zona que este toco. Se demoró en hablar, pensando en lo que la otra le había dicho.
   ​-¿Segura que sería parte?
   ​-Dejar de quejarse, pues si-Y se largó a reír.
   ​-¡Oye!-Gritó la otra, enfurecida, para reír junto a Mabel.
   ​-¿Tienes alguna idea de qué hacer mientras esperamos?-Le dijo casi llegando.
   ​-La verdad no. Ni sé lo que Mako tiene pensado cuando llegue, no pensaba que sería tan pronto.
   ​-Eso es verdad...-pensó en un momento-¿Conoces el shogi?
   ​-¿Cómo?
   ​-El shogi, el ajedrez japones.
   ​-¡Oh! Si, si lo conozco. Creo que mi padre lo juega.
   ​-Tu padre era bueno, jugábamos de vez en cuando.
   ​-¿Y quién ganaba?
​   -Pues yo. No era tan bueno; al fin y al cabo, tenía las reglas del ajedrez pegadas en su cabeza, y no podía hacer tácticas a largo plazo.
   ​-¿Y tú eres buena?
​   -Tuve mis momentos en el mundo del shogi, cuando lleguemos te las cuento.
   ​-¿Cómo qué?
   ​-Como salir en una revista cuando era joven, o ganar un campeonato. En la casa de Mako tengo esas cosas guardadas, en mi pieza.
​   -¿Y no... te dio vergüenza? O sea, me han pedido un par de veces participar en algunas revistas, en el colegio o en algunas particulares, pero no sé... parece muy problemático, y aunque tengo el cuerpo y todo, me daría mucha vergüenza posar y esas cosas.
   ​-Katherine, hija, tienes un cuerpazo, que quede claro-La otra movió la cabeza-pero el cuerpo no es lo único que va en el modelaje. También debes tener la actitud.
   ​-¿Y tú, la tienes?
   ​-Por supuesto que no, las fotos de las revistas eran cuando jugaba, y una de frente, nada más.
   ​-Yo creo que tampoco lo tengo, aunque me hubiese gustado ser una.
   ​-A tu padre no le hubiera gustado-Rio esta.
   ​-¡Lo sé! Siempre me molesta con lo mismo. Las llama "Bolsas de sangre" y cosas así, y me pone furiosa.
   ​-Se te nota-Dobló una última vez-Hemos llegado. La casa Tachibana.
   ​-Pregunta tonta: Cuando pequeñas. Ustedes vivian aquí, ¿Verdad?
   ​-Sí. La pieza que ahora es de invitados, era la de nuestros padres, que se fueron al campo. Desde que la casa quedó para Mako, entre muchas comillas, esa pieza la dejamos vacía. Pero parece que la ocuparemos para alguien.
   ​-¿Para quién?
​   -¿No es obvio, hija?-Se bajó.
​   Ella se bajó también, intentando refutarle. Cuando estuvo a su lado, siguió.
   ​-Pe-pero, no creo.
   ​-Tuvimos algunas conversaciones sobre eso, y no estaría mal que esa sea tu pieza-Abrió la puerta-Debes aceptar que has venido mucho, y que vendrás mucho más en el futuro.
   ​-Si, lo sé. Y es incluso un poco incomodo saber que no es mío, o dormir con ella. Por privacidad y cosas así, pero no sé, tiene algo dormir a su lado...-Entraron, una tras otra.
   ​Mabel calló hasta llegar a la sala de estar.
   ​-¿No sé qué? Sería estupendo, te podrías quedar cuando quieras sin tener que utilizar nuestras piezas, ¡seria tu maldita pieza!-Dejo sus cosas en los sillones, al igual que la pequeña-Desde que volviste a nuestras vidas te has apoderado de esa pieza, es momento de que sea tuya.
​   -Es verdad, y la idea no me desagrada, pero...-Su mirada bajó.
   ​-Pero te gustaría vivir con George, ¿Verdad?
   ​-¡¿Qué? No, no! O sea, no es una mala idea para nada, pero... no-no tiene nada que ver.
​   Mabel volvió a reír.
   ​-Mako me preguntó una vez si me gustaría vivir con ella-Mabel, que iba a subir las escaleras, retrocedió, sorprendida-Obvio luego de tener los dieciocho. En esos momentos, estaba muy concentrada en saber de George, y poder verlo, y aunque nunca lo hice en ese mes, me juntaba con Mako aquí, en su casa. Ahora puedo entender más o menos por qué preguntarme eso, pero igual lo encuentro un poco raro.
   ​-No te voy a mentir, ni yo lo sabía, y creo entender que ninguna de las hermana sabía eso, pero... si, es raro.
   ​-¿Crees que se sienta un poco sola?
   ​-¿Mako? Para nada. Nosotras casi siempre venimos, y ella siempre está afuera. No creo que sea eso... No te voy a mentir, Katherine, no puedo; eres prácticamente una princesa Tachibana, todos aquí quieren que estés cerca. Tienes la sangre de Mako, eres la reencarnación de Secilia. Al final, si eres importante.
   ​Katherine bajo la mirada, la otra resopló, dirigiéndose a las escaleras.
   ​-¿Crees que ella quiere que me convierta en dragona?
   ​Otra vez se detuvo, pero seguía con la misma sonrisa. Al darse vuelta, Katherine abrió los ojos, sintiendo culpa al haberlo dicho.
   ​-Como te dije, no te voy a mentir. Seria hermoso que te convirtieras en dragona. Serias muy importante, y podrías ser muy fuerte. Pero sigue siendo tu decisión. Ni Mako, ni tu padre, ni nadie te pondrá en algún lugar de la balanza, será tu decisión convertirte en una o no. ¿Las tienes todas de serlo? Si, pero no. Tienes la sangre, pero no sabes cómo funcionamos, y creo que lo menos que todos queremos es ponerte en peligro. Y entrar en este mundo de dolor, bueno... El peligro siempre estará a tu lado. Mako solo quiere pasar tiempo contigo, todo el tiempo que durante más de diez años no tuvo. Ahora, si es el caso, y quisieras ser dragona, no esperes otra cosa que ser la kohai de la Gran Sabia Suprema-Rio.
   ​Katherine parecía más tranquila, quien la acompaño con algunas risas.
   ​-Lo sigo encontrando un poco loco...
   ​-No te lo voy a negar-se volteó-Iré a buscar el shogi, espérame un momento, luego seguimos conversando.
   ​-¡Recuerda lo de la revista!-Grito entusiasmada.

   ​Le costó entre diez a quince minutos explicarle lo básico del shogi, como funcionaban las piezas, los tipos de castillos, la captura y promoción, y, aunque de una forma muy por arriba, los estilos de juego; cosa que Katherine no tuvo mucho problema en entender, gracias a lo que ha visto durante su vida, poco de por sí, pero lo suficiente para no perderse en los nombres japoneses de las piezas, ni los movimientos de estas.
​   Recordaba la Escalera de Plata, o el sistema Fujii; pero no podía recordar las circunstancias donde se podrían ocupar, aunque sí que estas se relacionaban.
​Además del juego, Mabel trajo un pequeño libro con el instructivo completo junto a la revista de hace 25 años. El primero, cuando tuviera tiempo libre, lo leería; la otra la agarro enseguida para poder verla.
​   Cuando vio la revista no pudo parar de reír. Le daba mucha risa que Mabel fuera la portada, pero no sabía explicar por qué.
​   -¿Qué?-Le preguntó mientras ponía las piezas en orden.
   ​-Es que... es que no puedo con tu cara-Mostró a la niña de flequillo y de largas trenzas con los odangos, parecido a lo que ocupaba en el presente.
​   -¡Callada te quiero!-Eso le trajo más risa-¿Crees que quería que me fotografiaran?¡Claro que no! Tuve que posar y que saliera lo que saliera.
   ​-He de decir que no te veías tan mal, pero el flequillo... ¿Sabes a lo que me refiero?
   ​-No te voy a mentir-Suspiró, bajando la mirada con una sonrisa-No eres la primera que me lo dice. Era un estilo combinado: el flequillo de mi madre, que le encantaba; y los odangos míos, que son mis favoritos. Además, utilizaba frenillos en ese entonces, por lo que no me gustaba sonreír mucho.
   ​-Se te nota en la foto-empezó a ver las páginas que hablaban del juego.
   ​-Eso sí, esos frenillos me salvaron la dentadura. Joder que sí.
   ​-¿"Emperatriz Esquirla del Jade Sangriento?-Casi ni escuchó lo que Mabel había dicho-¿Qué es ese nombre?¿Por qué?
   ​-Pues así me pusieron luego del campeonato, gracias a mi estilo de juego.
   ​-Aquí lo dice: "Su agresividad, su forma rápida de jugar, y su falta de piedad luego de ser la jugadora que más piezas sacrificó para poder capturar..."-Había varias imágenes de ella mientras jugaba, donde aparecían muchos adolescentes, pero siempre contra ella-Supongo que no jugarás en serio, ¿Verdad?
   ​-Por supuesto que no-Sacó unas risitas-Pero algún día tendrás que jugar contra aquella emperatriz-Sonrió, agarrando una moneda-¿Empezamos?
   ​-Ehm...-Estaba nerviosa, no quería dar vergüenza, por eso evitaba el tema con la revista-Bueno, yo cara.
​   La moneda cayo en su contra. Mabel adelanto el Peón a la derecha del alfil.
   ​-Recuerda intentar siempre mover para completar el castillo.
   ​-Ehm... De acuerdo-Hizo el mismo movimiento.

   Durante unos cinco minutos solo jugaron, Mabel parecía estar haciendo algo ya rutinario, rápido, sin duda; mientras miraba a la chica concentrarse, tomándose su tiempo para pensar su jugada, e intentando adivinar lo que su contrincante hacía.
​   Cuando las dos hicieron su castillo, aquella posición donde el rey se sentía seguro contra todo ataque, y Mabel movió la primera pieza que no protege al rey, esta volvió a hablar.
   ​-¿Cómo estuvo tu día?
   ​-Agotador. Muy agotador.
   ​-¿Muy pesado el día en clases?
   ​-¡Oh, si!-Exclamó, con una gran mueca tras perder una de sus piezas. Iba a empezar a hablar de lo que pasó con Maxwell, pero prefirió no decir nada. No quería preocupar a nadie sin tener pruebas primero, y para eso Seth ya estaba en el medio.​ Temía que, si todo era mentira, la imagen del inspector quedara mal, que lo echaran del colegio, o incluso tuviera algunas denuncias; pero a la vez, ese sentimiento de impotencia que sentía por lo cruel que era esa verdad en el limbo era la que la movía a hacerlo, a intentar ayudar a Max, y traer justicia por los que han sufrido, pero ¿Por qué entonces no decirle a alguien que esté arriba?
​   Tras mover su pieza, intentó pensar en eso, en adivinar por qué Maxwell acudió a un dragón antes que a la policía. Por desgracia, Mabel cambió de tema, sacándole de todo lo que tenía dentro.
   ​-Al final, es tu último año, seguro debe ser bastante agobiante. Ahora entiendo por qué acudiste a Mako-Sacó unas risitas-Cuando me dijiste tu plan, no le había tomado el peso; pero no te voy a mentir, si hubiera pensado lo mismo cuando tenía tu edad... hubiera hecho algo parecido, porque cuando entras a estudiar en alguna universidad, o algún técnico, se te hace peor.
   ​-No me hable del futuro, menos de seguir estudiando...
   ​-¿No piensas estudiar luego de salir del colegio?
   ​-No lo sé. Siempre había pensado en algo del modelaje, o de intentar ser actriz, que se me da bien luego de varios proyectos en el colegio, pero... Nunca me lo tomé en serio, como lo de tocar el piano. Siempre eran como caprichos que quería sacar, hasta que me aburria. No soy buena aburriéndome, es verdad, literalmente estuve casi seis años estudiando a tocar el piano; pero pierdo el balance de la importancia, ¿Supongo?
   ​-En ese caso deberías tomarte un año, ¿No lo crees?
   ​-¡¿Qué?! Ni loca. Mis padres me matarían. Supongo que este año intentaré buscar un momento para ver qué es lo que soy-"Cosa que me llevara tiempo" se dijo en el interior-Y qué es lo que quiero ser.
   ​-Mako podría ayudarte en eso.
   ​-Seguramente. Eso me alivia un poco, y aunque esté bastante tranquila, sé que cuando deba elegir, o esté en ese momento tenso, estaré muy nerviosa.
   ​-¿Ya te ha pasado antes?-Le comió un general de plata, le miraba con una sonrisa.
   ​-No puede hacer eso, mi alfil está apuntando su rey-Interrumpió. ​Eso le quitó la sonrisa. Parecía sorprendida, que eso sucedería, viendo como había caído en la trampa de Katherine, pero sonrió aún más, pensando que debía subir un poco el nivel. No estaba jugando contra un niño de diez años-Y si, me ha pasado varias veces antes de una prueba, de una conversación importante, cosa que saqué de mi padre.
   ​-Ese mismo sentimiento impulsó la actitud de Clifford, de ser tan calculador e intentar pensar en todas las posibilidades.
   ​-No, yo no soy así.
   ​-Se nota-Rio, comiendo por fin el general de plata que le habían quitado de las manos.
   ​-¡Oye!-Eso aumentó las risas.
   ​-¿Y has pensado en tener hijos?
   ​-¿Perdone?-Entre que no entendió la pregunta, y que no estaba concentrada ni preparada para algo así, dejó por completo el juego.
​   -En ser madre digo. Juega, Juega-Movió la mano para que siguiera jugando, sin necesitar una respuesta inmediata.
   ​Ocupó el tiempo de su turno para procesar lo que le habían preguntado.
   ​No estaba acostumbrada a que le hicieran preguntas así.
   ​-Ehm... O sea-Su cuerpo se heló, como si una corriente de agua fría pasase por su espalda, con un viento frio que pasaba dentro de su garganta-Supongo que... ¿Sí? A ver, quiero decir, de gustarme la idea, me gusta. Pero es demasiada responsabilidad, que puede traer muchas consecuencias. No digo que es una carga tampoco, pero lo veo más como un capricho, ¿Me entiende?
​   Mabel bajo la mirada, sin sonrisa ni nada.
   ​-Cuidado con esas palabras cuando estés junto a Mako-Dijo luego de un suspiro. Parecía haberle afectado más de lo que Katherine habría pensado.
   ​-Pe-pero por supues...-Vaciló, volviendo al juego. Tras calmarse, acabó la idea-Perdón. Obviamente no me gustaría estar en la posición de Mako, quizá sea todo para ella, tener un hijo digo, pero... No lo sé. Quizás George sea de esos hombres que no quieren tener hijos... ¿Qué?-Preguntó tras ver a Mabel reír por dentro.
   ​-Debería ser George, ¿No?
   ​-Oiga, eso no es justo.
   ​-¿Tantas expectativas tienes de él?
   ​-Un poquito, sí.
​   Mabel, ya con el ánimo devuelto, había ganado. Un jaque mate que no vio venir Katherine, tanto que le hizo gritar de una rabia infantil.
   ​-¡Quiero otra!-Ordenó, juntando las piezas, y poniéndolas en su lugar.
​   Estuvieron bastante rato jugando, luego hicieron la cena, y prepararon la mesa, pero pusieron el shogi encima, para seguir.
   ​Poco después, cerca de las 9, llegó Mako.
   ​-Llegué mi gente-Dijo al verlas, y apuntó sus ojos al shogi-¿En serio?
   ​-Atrapé a otra persona-Le sacó la lengua, burlándose.
   ​Mako suspiró con una sonrisa, moviendo la cabeza de lado a lado. Se acercó a las chicas, y las saludó con un beso corto.
   ​En ese momento apareció una Kyobu, que ahora no tenía la máscara puesta.
   ​-¡Oh! Ella es Camille Poulhazand, ella nos acompañará esta noche.
   ​-Un placer conocerle, señorita Katherine-Le hizo una referencia a las dos, y se quedó en el lugar, callada, con una cara sin emoción, completamente plana.
   ​-Voy a bañarme, y empezamos, ¿Si, hija?
   ​-Si.
   ​-¿Hablaste con Tomás?
   ​-Ahora le digo, ¿Como hasta quó hora?
   ​-Dile que esté atento, que después de comer estarías lista, ¿Vale?
   ​-Si, jefa.
   ​Hizo el mismo gesto que con su hermana, y subió las escaleras.
   ​-No alcanzaremos, ¿Verdad?
   ​-Para nada. Yo ordenare todo esto, tu prepárate para lo que viene.
   ​-Yosh!

La Vuelta de la HumanidadWhere stories live. Discover now