IX

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George ya estaba en cama, con los párpados cerrados sutilmente, los labios a punto de separarse, y la cabeza, apoyada en la almohada, a un lado. Katherine le acompañaba, aferrada a una de sus manos, acostada a su lado.
   Luego de un bostezo, le soltó la mano y se acurrucó en su hombro. Él no se inmutó. Puso su mano en su pecho, quería sentir su corazón. Nada. No es que le impresionara, pensaba en un momento sentirlo bombear, pero ¿Solo con la palma?, es imposible, pensaba. Bueno, había visto salir un dragón de todas las amigas que ahora tenía, ver como uno de ellos destrozaba el cuerpo de George, además de una pared. Ahora lo imposible podía llegar a un extremo mayor que el de antes.
   Lo imposible. Era algo que muchas veces pensaba. Muchas veces pensó que estar así con él sería imposible, pero aquí estaba, somnolienta, pesada, cansada.
   -¿No te importa que duerma en tu pecho?-Preguntó al aire, a la persona que estaba ahí en cuerpo, pero no en mente. Calló un momento, esperando una respuesta. Pero al darse cuenta de que no vendría ninguna, se acomodó-Gracias-Sonrió, intentando abrazarlo, pero, avergonzada, no completamente.
   Cerró los ojos y cayó en el sueño. En un sueño que había venido ya varias veces. Ese dragón que la rodeaba, negro, con los bigotes blancos y los ojos amarillos. Estaba callado, mirándola directamente a los ojos mientras giraba a su alrededor. Era largo, podía enrollarla más de siete veces para poder llegar a su cabeza desde la cola. Sus escamas, totalmente opacas, tenían un brillo blanco, que lo hacía mucho más bonito.
   Su cabeza se acercó más y más, mientras Katherine lo veía más y más cerca. Estaba delante, con sus bigotes blanquecinos que bailaban a la par que su cola. Poco a poco, levantó su mano, hasta tal punto de tocarlo. Su nariz estaba caliente, la mano de Katherine, fría, y cuando se tocaron, se equilibraron. Su cuerpo había vuelto a la normalidad.
   Los ojos del dragón se cerraron, y abrió la boca, mostrando sus marmolizados y gigantes dientes, sonriéndole de una manera muy extraña.

***

   Despertó como si nada, abriendo los ojos de a poco. George estaba a su lado, igual que antes: Sereno, dormido, en un sueño pesado.
   -¿George?-Dijo al momento, antes de entender que no le iba a responder.
   Soltó una risa muda, levantándose torpemente, pero sin molestar al de al lado. Miró por la ventana que estaba detrás, estaba oscureciendo. Mínimo, habían pasado seis horas desde que se durmió.
   -Te dormiste a las una, después de comer-Mako estaba apoyada en la pared de la puerta-Son las ocho.
   -Estaba muy cansada. No sé por qué, pero me sentía muy enferma. Ahora... ahora me siento mucho mejor.
   -¿Y si nos vamos al Arditch? La gente nos espera.
   Katherine volvió la mirada a George, completamente en su sueño, para decirle:
   -¿Crees que no le sucederá nada?
   -Hmmm... No. Shon estará aquí. Mejor nos vamos-Le sonrió.
   Volvió a George, preocupada.
   -Tienes razón-La miró nuevamente-Vamos a comer algo.
   -Esa es la actitud.
   Se acercó a George, y le besó en la mejilla, para acompañar, luego de colocarse sus botines, a la mujer que ocupaba una chaqueta ocultando todo su torso, pero dejaba al descubierto uno de sus hombros.

***

   Al abrir la puerta, se encontraron con Seth bebiendo en la barra junto a Marianne. Melissa, que estaba en unas mesas a la derecha de los chicos, los saludó con entusiasmo.
   Seth, con una sonrisa pícara, agarró su bebida y empezó a tomar, mirándolas de reojo. Al acabar, dejó el vaso en la barra, con una mueca desagradable.
   -¿Se quedarán ahí paradas, o vendrán a sentarse?-Les dijo a las dos.
   -Esperábamos tu invitación, portero-Mako se adelantó mientras hablaba, Katherine le seguía-¿Qué me darás?
   -Primero un asiento a las dos-Apuntó las que estaban a su izquierda-Y luego unas bebidas para pasar la noche.
   Mako miró a una de las mesas que estaban alejadas, viendo a algunas personas levantando la mano hacia ella. Ella hizo lo mismo, produciendo que todas las copas de todas las mesas-Incluso la de Seth y Marianne-se levantaran. Era una bienvenida a la Gran Sabia, accidentalmente.
  -Me disculpan, iré con los grandes sabios. Cuídenmela-Seth le asintió. Mientras se sentaba, saludó a los dos-Mary...
   -Hayo!-Le saludó, con la bebida en la mano-No te preocupes, yo la cuido.
   -Gracias-Dijo antes de desaparecer hacia las mesas.
   Oron apareció de la puerta de la cocina del otro lado de la barra, con dos platos servidos que, cuando Katherine los vio, el hambre empezó a salir.
   -Kit Kat-Dijo Melissa, acercándose a Oron para poder entregar los platos.
   -Mess-Le replicó con una sonrisa.
  -No me dijeron nada que ibas a venir, Kit Kat-Oron se acercó para saludarla-¿Quieres algo?
   -No tengo dinero, puede que...
   Oron rio, como siempre.
   -La casa invita, niña. Lo de hoy merece algo gratis.
   -¿Lo de hoy...?
   -Si, el beso. Fue muy encantador.
  Katherine se llevó la cabeza hacia atrás, sorprendida. Luego, cayó en la vergüenza. Los otros tres rieron en carcajadas.
   -Entonces...-Como siempre, Oron no paraba de reír-¿Qué quieres?
   -Eh...-Tenía ya las mejillas ruborizadas-¿La... carta?
   -Si...-Tenía una sonrisa de lado a lado.
   -Espera...-Intentaba recordar-¿Tienes alguna cena en particular?-Saltó con los índices apuntándole, llena de energía.
   Seth aplaudió lentamente, Marianne volvió a reír, y Oron con la misma sonrisa ahora mostrando los dientes empezó a asentir con la cabeza.
   -Enseguida. ¿Algo para tomar?
   -Una cola, si puede ser.
   -Anotado-Entró en su puertecita, y desapareció por varios minutos.

La Vuelta de la HumanidadWhere stories live. Discover now