XII

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Eran las nueve, el cielo estaba empezando a estrellarse, siguiendo a la luna subir en la noche del sábado. Nueve y media llegaría la gente, pero todo estaba listo. George vestía un traje blanco con una camisa negra, al igual que todos de la escuadra, excepto Clifford que llevaba uno azul.
   El primero fue Tadashi y su esposa Sayaka; los DeLuca Shoji.
   "-Y, ¿Quiénes vienen?
   -Tadashi es de Costa Oeste.
   -Modista.
   -Perfeccionista.
   -Codicioso.
  -Elegante.
   -Fascinante."

Tadashi vestía una camisa negra oculta por una chaqueta de cuero del mismo color. En la parte de atrás bailaba un dragón de jade con unos lentes futuristas. Su esposa, Sayaka, vestía un alvita bordeado de terciopelo, de un color negro con un verdoso Jade-Uno de los Top Sellers de su marido-, debajo de la misma chaqueta de cuero.
   -Tú debes ser el nuevo, ¿George, verdad?-Sus cuarenta años se notaban, más que en Clifford.
   -El mismo, señor Tadashi. Pase, Enzo y Zinerva os llevarán a la sala.
   Tadashi le agradeció con un ademán. A Sayaki, George le besó la mano. Ella, con una sonrisa, frotó su mano con entusiasmo.
   -Nos vemos dentro, chico.

   Cinco a diez minutos, llegaron Liliane y André: los Shueller DeLuca.
"-...Y del otro lado del distrito, en el extremo con los Elefantes, viene Liliane DeLuca Shueller, junto a su marido.
   -Una Empresaria.
   -Preocupada.
   -Amorosa.
   -Pero algunas veces pesada.
   -Yo la encuentro sincera y directa, estricta".

   Al bajarse del auto, Liliane abrió sus brazos al cielo y saltó a los de George. Él, extrañado, recibió el abrazo con alegría.
   -Tú debes ser George-Le dijo en el abrazo-Enzo me ha hablado mucho de ti.
   -Y él bastante de usted.
   -¿En serio?-Sonrió.
   George asintió con la cabeza, y le besó la mano.
   -Por aquí-La hizo pasar. Vio a André Shueller, y lo saludó con un apretón de manos-Bienvenidos.

   "-De parte de los elefantes, ya que estamos por aquí, viene Charlotte Button.
   -La jefa de una empresa de manualidades, y sus cosas son impresionantes, luego te puedo mostrar algo; pero allá ha tenido muchos problemas.
   -¿En la empresa?
   -En el distrito. Parece que la droga se ha ramificado por todas partes del mundo. Todo un fastidio...
-¿Qué sucede en el distrito de las serpientes?-Preguntó George, luego de terminar con la gran mesa en la casa.
   Antonella, que estaba a su lado, lo revisó todo, e impresionada le miró.
   -La delincuencia y la sinvergüenza se aprovecharon de las injusticias que manifestaba la gente. La mayoría son serpientes, que con el puesto de Cobra en el aire, cada uno hace lo que quiere.
   -¿Cómo es eso?
   -Apollo Makarov desapareció hace algunos días, unos culpan a... nuestro invitado estrella, quien en teoría estaba muerto; otros lo culpan a él mismo, por cobarde.
   -¿Cuál es la realidad?
   -Que dentro de poco alguno de los dos aparecerá, y solucionará todo este problema-Enzo entró con algunas copas que faltaban.
   -¿Da... vid arreglándolo...?"

   Como le habían contado, esperaba a una señora muy distinta, quien parece de esas señoras locas con un pelo esparcido y despreocupado. Luego de unos minutos de la llegada de los Shueller, un auto negro llegó. El conductor, un señor altísimo con un bigote pequeño, y una barba fina y pequeña debajo de los labios; con rapidez, y sutileza, paseó por la parte de adelante del auto, y le abrió a su copiloto, la señora que esperaba.
   Era igual como la imaginaba.
   -George Kotaro.
   -Charlotte Button.
   -Christian Button.
   George miró un momento hacia dentro: "Ella los llevará".
   -Entonces, ¿Tú eres un tipo de portero?
   -Más o menos-Sonrió.

   "-Es una historia que parece impresionante, pero los detalles se los sabe Clifford. Luego de Charlotte, tenemos a Edward Ramsey, una serpiente que se está quedando un poco... estancado.
   -Pero es buena persona, o lo intenta..."
  Era un hombre pelado, pero todo lo que le faltaba de pelo, lo tenía de barba. Larga y arreglada, como los posters de las peluquerías. Venía solo, atrás de los Shueller.
   -¿Tú eres...?-Dijo el barbudo.
   La Sombra lo miró un momento, debía tener entre treinta a cuarenta años, más viejo que joven.
-Yo soy George Kotaro, soy el discípulo de Clifford.
   -Su kohai.
   -Exacto.
   -Me habían comentado algo así, un gusto.
   -El gusto es mío.
   Entró, encontrándose con Zinerva, siguiéndola por el pasillo.

La Vuelta de la HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora