VIII

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-¿Cómo estuvo la escuela?-Preguntó Madison, doblando-¿Tuviste con Mako?
   -Sí-Respondió ella, sin poder reponerse de aquella sorpresa todavía-Me dijo que ahora iría con alguien importante, pero no me dijo quién.
   -Está con George, hija-Rio despacio-Están viendo a su nuevo maestro. Como ella, él tendrá a tu tío abuelo: Icy DeLuca.
   Katherine abrió los ojos. Era el padre del tío Bruno, lo entendió un poco al pensar eso. Ella sabía que Icy era un gran maestro de artes marciales, pero nunca pensó que sería un dragón. Nunca pensó que en su familia había dragones.
   -¿Es para la iniciación?
   -Exacto. George necesita un maestro para poder mejorar su estado físico, para poder entrenar su cuerpo y su mente, teniendo pocos meses para poder hacerlo; Mako más que nada será una ayuda. No es que lo haya engañado, pero no tiene el tiempo suficiente para poder hacerlo ella sola.
   -Entiendo...
   -¿Alguna novedad?-Cambió de tema.
   Hubo un silencio por algunos segundos, mientras Katherine, como si su memoria fuera un libro, buscaba en su cabeza algo que haya pasado hoy.
   -¿Es muy peligroso el mundo de los dragones?-Pensó en Jason, en la pelea que habían tenido antes.
-Depende de ti y de los que te rodean.
   -¿Seth?
   -¿Hablas por Marianne?-Katherine negó con la cabeza-Seth es alguien importante en la comunidad, pero sus manos están manchadas con tierra y con sangre, y seguro que tiene muchos enemigos, así que... podríamos decir que, aunque él no es peligroso ni está en peligro, su entorno lo es... pero ¿Por qué?
   -Bueno, digamos que Seth hizo una buena acción, y salvó a un amigo mío. Ahora él quiere hablarle para que, pienso yo, lo haga más maduro o algo así.
   -Seth no lo haría.
   -¡Lo sé! Eso mismo le dije, pero no me tomó en cuenta.
   -¿Cómo se llama?
   -Jason Ellison.
   -Vale, conozco a su padre, haré lo que pueda para vigilarlo.
   -No le hagas nada, por favor-Bajó la cabeza, pensando en lo que ella le acababa de decir.
-Tranquila-Detuvo el auto, estaban frente al Arditch. La miró, se quitó las gafas y le sonrió-Lo que haré será solo vigilarlo, para que no le pase nada... ¿Mejor así?
-Muchísimo mejor-Se alivió-Contigo arriba, él no tendrá problema alguno en encontrar a Seth.
   -Mejor bajemos, que Marianne ya está dentro.

   Al entrar en el Arditch, Marianne estaba sentada junto a Mabel, conversando. Madison le hizo un gesto a Melissa que estaba ahí, mientras iban a la mesa. Ella, sentada en el bar, saludó a las dos.
   -Yo, Kit Kat, perdóname-Dijo Marianne cuando llegaron junto a ellas-Sé que te dije que te iría a buscar, pero tuve una entrega lejos de la Dehesa, y no hubiera llegado muy a tiempo a tu colegio.
   -No pasa nada-Rieron las cuatro-Me vino a buscar un Lamborghini.
   -Lamborghini huracán modificado-Repitió Madison.
   Las otras tres rieron. "Al parecer es algo normal que lo diga todo el rato" pensó Katherine al sentarse.
   -¡¿Qué?!-Dijo con risas-Es mi bebé, mi orgullo. Trabajé mucho para esa cosa.
   -Lo sabemos, Madi, pero es muy chistoso que lo repitas todo el tiempo.
   -Lo es, , pero lo que no podemos negar es que es... bellísimo-Mary cerró los ojos al decirlo-Pero muy "foco de atención", ¿Sabes? Capaz que por eso Kit Kat siga tan atónita con tu... bebé.
   -Hola, chicas-Melissa llegó con la carta, entregando una a cada una-Un gusto tenerlas de nuevo en el Arditch. ¿Vuelvo más rato, o saben que pedir ya de por sí?
   Todas miraron a Katherine.
   -Ehh...
   -Tranquila, Kit Kat; le diré a Oron que te haga algo especial, no te preocupes. ¿Algo ustedes, chicas?
   -Lo de siempre.
   -Anotado. ¿Bebidas?
   -Tequila Margarita-Para Madison.
   -Un Pisco Sour-Para Mabel
-Una Sprite-Para Marianne
   -Yo lo mismo que Mary, una Sprite-Para Katherine.
   -¡Esa es mi Kitty Katty!-Le golpeó despacio el hombro, con una sonrisa. Su pelo negro, que estaba esparcido por su espalda y hombros, de una contextura lisa, revuelto con una cola por detrás; se movía mientras tarareaba una canción.
   Madison sacó como un libreto de una obra, era gigante, y Mabel quedó un poco incómoda con las otras dos dejando a Katherine en el aire.
-¿Cómo estuvo la entrega, entonces, Mary?-Dijo Madison. Luego de que Melissa le entregaran los tragos y las bebidas.
-Fue cerca de las montañas, en la zona de los franceses. Fue entretenido llegar ahí, pero Mabel me tuvo que acompañar. Primera vez que iba por esa zona. Era un reloj Vacheron, al principio pensé "¿Por qué un reloj tan caro?", pero al entrar en la mansión del tipo, todas mis ideas se esfumaron.
   -Mary trabaja entregando paquetes para personas cercanas a ella-Le explicó Mabel a Katherine-Es una empresaria independiente, habla con las empresas y les entrega las cosas a sus clientes. De esta forma, ella los vende un poco más barato, pero a la vez, le da beneficios.
   -Empecé con medicamentos para gente con cáncer, por ejemplo; porque tenía contacto con muchos médicos que me los podían facilitar a un menor precio. Y bueno, una cosa vino a la otra, y algunas empresas me llamaron, al principio, otras las llamé yo. Y... aquí estoy.
   -Yo por otra parte, trabajo para una empresa de belleza, y soy la que le facilita algunas cosas. Más o menos trabajamos juntas-Terminó Mabel.
   Katherine, con una intención cómica, apuntó de Mabel a Madison, en un arco.
   Ella dejó el Margarita, subiendo el libreto.
   -Soy una lectora en una editorial-Sonrió-Leo, edito y transcribo historias que me entregan.
   Katherine abrió los ojos, y miró a las otras, con la boca abierta.
   -Es un trabajo soñado, pero puede llegar a ser un poco tedioso.
   -¿Por qué?
   -Porque algunas veces, novelas de mil páginas me son entregadas para una semana de plazo, y al final las rechazan. Esa es mi pega. Por ahora solo leo y reviso lo que los de arriba me entregan.
   -Imagínate leer para vivir-Soltó Mary, riendo-Mira, mira, Kit Kat, yo... yo respiro para vivir, soy una respiradora.
   Eso incluso le alcanzó la risa a Madi.
   -¿Y si lees la carta, te deben pagar?-Katherine agarró confianza. Cuando Madison le miró, se sintió un poco avergonzada, pero esta rio en forma de respuesta.
   -Te dije que tiene sus complicaciones.
   -Pero sigue siendo muy épico-Los ojos de Katherine estaban alumbrados.
   -Lo malo es que leer lo vuelves una rutina, y sí, puede que no sea algo malo al escucharlo, pero leer mucho algunas veces cansa, y hay que decir que no solo leo cosas buenas. Algunas veces... son horribles. Nunca pensé que lo comercial llegaría a la imprenta...-Se lamentó, volviendo a su trago-Pero no me confundas, me encanta mi trabajo.
   -Por suerte, a todas.

La Vuelta de la HumanidadWhere stories live. Discover now