VI

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Luego de ese lunes, la perspectiva de Katherine cambió. Ya no veía lo que estaba a su alrededor de la misma manera que lo veía antes. A sus compañeros, a sus profesores-Específicamente a Mako-, a sus padres, a su ambiente. Su burbuja ya no era la misma de antes.
Eso sí, el tiempo pasó. Katherine, luego de unas semanas, terminó el semestre de colegio, y al fin estaba desocupada. Pensaba en volver al Arditch, así poder volver a ver tanto a Melissa, como a George. "¿Cómo estará él?" Pensaba algunas veces mientras dibujaba, o volvía a tocar el piano "¿Estará trabajando duro para poder ganar la batalla?".
Era lo único que pensaba durante esos días de aburrimiento en su pieza, en su cama, acostada con la mirada en el techo, y la música sonando desde su celular hasta sus audífonos.
En realidad, solo quería verlo a él, hablarle, reírse con él, como lo habían hecho unas semanas atrás. Lo buscaba, y su cabeza lo sabía, cada vez que podía lo colocaba en su mente, en sus ojos, en sus sueños.
Dos veces intentó ir al Arditch, pero las dos veces se encontró con Mako. Las dos veces le había dicho que no volviera, que incluso prefería que fuera a su casa y si quiere saber sobre George, que ahí le preguntara. No entendía por qué esa obstinada mirada contra el bar, pero terminó cediendo. Iba casi todos los días a la casa de Mako, y gracias a eso no tenía que mentir, con tan solo decirle que iba a su casa, sus padres le daban permiso. No tenía muchas cosas que hacer en su casa, tampoco era una chica de salir mucho (Siendo Keith lo contrario); así que salir un rato de su habitación era lo mejor.
La casa de Mako se ubicaba detrás del dojo Tachibana, pero nunca tuvo la oportunidad de ir cuando estaban entrenando, siempre cuando Mako ya estaba en su casa. En verdad, no sabía a qué hora ellos entrenaban, ni tampoco quiso preguntárselo. Eso sí, no vivía con la familia Tachibana, más bien, cada miembro tenía la suya una al lado de la otra. Era como una villa, un sector solo de la familia en el centro de la ciudad
Pero Mako tenía la casa más grande.
-¿Cómo va George con el entrenamiento?-Preguntó Katherine acostada en la cama de Mako, mirando hacia el techo, mientras ella estaba sentada en su escritorio-La semana pasada me dijiste que estaba recién aprendiendo a mantener la calma, cosa que tampoco entendí.
-Ya empezamos a trabajar en una posición de ataque, y sobre lo de la calma va porque a George le cuesta pacificar su corazón cuando está en un momento de peligro. Cuando está nervioso, o con miedo, su corazón se acelera. Y si le ocurre eso en el duelo, perdió desde el momento en que empezó a dudar.
-¿Así de difícil es aquel Haireaki?-Después de haberle preguntado varias veces su nombre, se lo aprendió-¿Así de fuerte?
-No es tan fuerte como crees. Pero si George llega a dudar de un golpe que vaya a hacer en el momento, tanto como Haireaki como cualquier otro oponente sabría esquivarlo. Así funciona el estilo del oso: El contraataque.
-¿Y qué estilo, o lo que sea, ocupará George?-Se sentó en la cama.
-Yo ocupo dos: El tigre y el fénix. Uno ocupa muchos movimientos que desgastan al enemigo, y el otro con un solo golpe en un lugar en específico llega a dejar noqueado a cualquiera. Son totalmente distintos, y si puedes combinarlos, puedes llegar a poder combatir con muchos enemigos a la vez.
-Eres genial, Mako-Rió, volviendo a ver al techo.
-Ya veremos cuál elegirá de las dos, porque no podría enseñarle otras.
-¿Cuál crees que elija?
-Sabiendo cómo es él: El fénix.
-¿Es difícil de aprender?
-No en realidad, es mucho más fácil, o fue más fácil para mí que entrenar el estilo del tigre. Es conocer los lugares más débiles del cuerpo humano, y cómo poder llegar a ellos con un solo golpe. Es solo eso, lo otro ya es básico.
-Es interesante escucharte -Cerró los ojos y sonrió-Me gustaría quedarme aquí y escucharte decir cualquier cosa, hablar de cualquier tema.
-¿Quieres conocerme más?-Se dio vuelta con una sonrisa, para verla como si estuviera dormida-¿Kat?
-¿Sí?-Dijo con la misma sonrisa-Solo estoy descansando aquí. Y sí, quiero conocerte más.
-¿Y si te quedas hoy aquí?-Katherine abrió los ojos de la impresión-Le digo a tu padre por teléfono y duermes en mi cama, ¿Sí? Podría invitar a mis hermanas, para que las conozcas.
-Eso sería-La miró asombrada-Maravilloso...
-Iré a la cocina entonces-Se levantó de su silla de un salto-¿Quieres algo?
Volvió a cerrar los ojos. Volvió a sonreír.
-No-Negó con la cabeza a la vez-No tengo hambre.
-Igual te haré algo para cuando tengas, ¿Vale? No soy buena cocinera, así que haré lo mejor posible-Rieron.
-No es necesario. Podríamos pedir algo y yo puedo pagarlo.
-No, no, no-Se largó a reír-Es mi casa, eres mi invitada. Si quieres algo, yo lo pago.
-¿Una pizza?
-Que sean dos.
Katherine asintió muchas veces.
-¿Alguna sugerencia para la pizza?
-Que no sea vegetariana-Rió.
Mako no entendió al principio, pero luego la acompañó con una sonrisa, para desaparecer por la puerta.
No se había dado cuenta de cuanto había estado en la casa de Mako, pero su reloj decía las diez con quince minutos. Se levantó un poco sorprendida, y con sueño, vio por la ventana que estaba en la pared opuesta al escritorio, un cielo oscuro, con luces de todos los colores en la ciudad, y en el centro de su mirada estaba aquel dragón verde con los ojos celestes que había visto junto a Tomás, ahora de una forma pequeña. Recordó lo que él le había dicho: "Es hipnotizante para nuestro cerebro". Y tenía razón, no podía dejar de mirar esos ojos celestes que resaltaban de todos los otros colores.
-¿Te atrapó el dragón soñador?-Dijo Mako colocándose detrás de ella, mirando también el mural. Había vuelto por su celular, pero lo que tenía delante era más importante.
-¿El dragón soñador?-Preguntó sin dejar de mirarlo-De atraparme, me atrapó desde la primera vez que lo vi. Pero-Se volteó-¿Dragón soñador?
-Así le colocó la mujer que lo diseñó.
-¿Por qué?
-Porque a la vez es el nombre de un grupo de chicas que pertenecen a la familia Tachibana...
-¿Tú lo pintaste?-Se volteó, sorprendida.
-No-Rió-Pero yo pertenezco al Dragón Soñador. Tengo la cabeza del dragón tatuada en mi espalda, pero en mis pezones tengo tatuado los ojos del Dragón Soñador.
Katherine tragó profundo y retrocedió hasta la ventana.
-Entonces...
-También soy un dragón guerrero, al igual que las otras chicas pertenecientes al Dragón Soñador... ¿Sorprendida?
-En realidad, no...-Bajó la mirada -Pero...
-Tranquila, ve el lado bueno, Kat. Cómo dragón guerrero tengo más herramientas que puedo enseñarle a George, y así que gane la pelea.
No era solo eso. El dragón le sonaba, lo había leído antes, lo había escuchado antes. Lo había visto antes. De otros colores, de un negro con unos ojos morados y unos bigotes dorados que resaltan.
-¿Por qué Dragón Soñador?-Preguntó sin separarse de la ventana, cosa que le preocupó a Mako.
-Porque se nos apareció en un sueño, a nosotras cuatro juntas. Luego cada una tuvo sueños con él.
Katherine cerró con fuerza los puños, su garganta quedó tiesa, le costaba tragar.
-¿Y qué pasó luego?
-Bueno...-Sus ojos se tornaron celestes, y empezaron a brillar-Esto.
Un dragón de jade apareció desde su espalda. Sus colores eran los mismos que siempre: Verde. Mako retrocedió y apagó la luz, y aquel dragón tornó a ese rosado que estaba viendo hace unos minutos por la ventana. Esos ojos celestes iluminaron los marrones de Katherine.
-Es muy difícil de explicar, pero cuando te conviertes en dragón guerrero, te unes más a Szel, quien mencionabas en tu trabajo. Tragas un líquido especial que conlleva un gran dolor; pero ya antes Szel estaba en mis pensamientos y en mi cuerpo. Yo sentía como ella de algún modo me llamaba, al igual que a las otras tres. No somos las únicas, hay muchas como yo ahí afuera, esperando ser llamadas... ¿Por qué lo preguntas?
-Porque ha salido en mis sueños. Junto a George.
-¿Junto a George?-Retrocedió un poco-¿Y si mejor te sientas y te lo explico?-Le dijo, calmándose, y haciendo desaparecer al dragón.
Katherine asintió despacio, y se sentó junto a Mako en aquella cama de dos plazas.
De a poco, le habló de quién era, de sus antepasados, de su relación con Szel, de la aparición del apellido Tachibana, como de la desaparición del apellido Shokoku. Todo lo que le había dicho a George, de una forma más simple para que ella entendiera.
-Lo que no entiendo es lo de Szel-Le dijo una vez ella había terminado-¿Qué tiene que ver con este dragón soñador?
-No es que tenga que ver, Kat. Sigue siendo Szel, pero de una manera diferente, solo eso. Mira, te contaré toda la historia: Cuando Pearl creó a los cuatro Señores Elementales para proteger la tierra, a Szel la separó en un círculo llamado Pa Kua, el cual se separa en 8 partes, 8 trigramas que son: Chien: Su Conciencia; Kun: Su Voluntad; Chen: Su Espíritu; Sun: Su Percepción; Kan: Su Alma; Li: Su Pensamiento; Ken: Su Cuerpo; y Tui; Sus Sentimientos. El Pa Kua es un círculo que el clan Dragón de Jade ocupa como sello, seguramente lo habrás encontrado en tus descubrimientos cuando hiciste tu investigación-Katherine asintió, recordando cuando lo vio, pero no le puso mucha atención-Cada trigrama es representado por un color, y a la vez por tres líneas. Ahora es difícil explicarte lo de las líneas, pero resumiéndolo representa a la cualidad que ocupa el trigrama en Szel, y a qué se refiere en nosotros. Yo tengo a Szel con el trigrama Sun, el cual es representado con el color rosado, con la cualidad suave y penetrante. ¿Entiendes un poco?
-Si, lo entendí. En mis sueños es de un negro opaco con ojos morados, eso sí...
-Pero no necesariamente es el dragón que eres, Katherine. Ese trigrama es el Kan, y es... el más poderoso, pero, como representa el alma, el más... peligroso.
Bajó la mirada, triste. Sabía perfectamente que no era eso lo que pasaba por su mente, ella no era aquel trigrama, sino que pensaba que George lo era.
Por suerte el timbre la sacó de ese pensamiento. Seguramente eran las pizzas.
-Qué raro, las pedí hace quince minutos.
-¿Eso no es mejor?-Se dijo a sí misma.

La Vuelta de la HumanidadWo Geschichten leben. Entdecke jetzt