Cuatro días antes

-¿Por qué tu tío?
Mako se había juntado con Clifford antes de que se encontraran con George. Este último, como siempre, ocupaba un traje bien bonito. Mako, en cambio, ocupaba el mismo traje que tenía unas horas atrás en el colegio.
-Porque con el tío Icy: 1) Será alguien muy elogiado, 2) Es un gran maestro, y 3) La entrada de George al comercio de dragones será simple y limpio. No le costará nada entrar gracias a él. Al final, es Icy DeLuca.
-No te falta razón. Lo que me preocupa es que le había dicho que yo lo entrenaría, pero con esto de la mula, y de él como tal, estoy bastante estresada y ocupada para encargarme de él. Ojalá entienda la razón de por qué estamos haciendo esto.
-No te preocupes, el estará bien. Hablé con mi tío y él está encantado de hacerlo, y bastante emocionado, he de decir.
-Eso me alegra un poco.
Los dos, en la estación de metro, esperando su pupilo, divisaron la gran bala. En una de las puertas, bajó George, un poco perdido. Venía junto a Enzo, con un traje parecido al de su hermano.
-Aquí-Gritó Mako, haciendo señales con la mano junto a su acompañante.
***

Viernes

Luego de entrenar con Icy, Enzo fue a buscarlo. Le dijo, tras abrir la ventana al ver a George con una deportiva totalmente sudada, que irían a la casa de los DeLuca-donde dormía la mayoría de ellos-para que se bañara, ya que irían a la peluquería. George, sin pensarlo dos veces, dejó su bolso en la parte de atrás del Audi r6 negro, y entró en el asiento del copiloto.
-Pero ¿Por qué?-Preguntó, mientras revisaba su celular.
-En la noche tenemos una reunión familiar como DeLuca, en la casa de Clifford...
Al decirlo, George lo miró sorprendido, dejando de lado su teléfono.
-Pero mañana...
-Exacto, mañana será una reunión con varias personas, tanto dragones como de los otros clanes; pero hoy nos juntaremos solamente nosotros.
-Vale, vale, entiendo. ¿Estará Katherine?
-Claro que sí-Sonrió-Supongo que con eso ya te unes, ¿No?
-No lo negaré.
Enzo rio, despacio.

En la casa estaban todos excepto Clifford, Bruno, y Adrián, seguramente haciendo cosas acerca de la construcción. Tras bañarse, almorzaron, viendo un documental sobre animales salvajes.
"Cuando comienza la caza, la presa tiene poco tiempo para poder decidir, con un error, el cazador ha ganado. Eso sí, no importa lo que dure la carrera, el depredador tiene la ventaja, mientras la presa pierde velocidad por la tensión, el primero gana enfoque, velocidad, momento."
-Son las tres, que no se les olvide y/o no se duerman-Dijo Enzo mirando a George ya listo. Movió la cabeza hacia la puerta en forma de señal.
-Intenten no morir.
Los tres DeLuca sonrieron, George no entendió.

-Es que nunca se sabe con certeza lo que sucederá. Siempre ha sido así, por mucho que confíe en mi fuerza o en mis compañeros, nadie sabe lo que nos espera en el futuro, ¿Entiendes?-Dijo este luego que George le preguntara por lo último que se habían dicho antes de despedirse-Se ha convertido en una especie de broma, durante los años.
-Lo capto, Más o menos.
-Somos gánsters, siempre tendremos que vivir con el miedo de sufrir una dura vida, y una cruda muerte; dormir siempre con un ojo abierto y con un arma en tu mano. Es algo que aceptamos cuando le damos la mano ensangrentada a un Gran Sabio.
George calló. No sabía qué decir.
-Como el documental, ¿Recuerdas? Sobre la presa y el cazador, solo que en este mundo solo hay cazadores, y se convierte en una maratón persiguiendo, y siendo perseguido...Pero bueno-Siguió, cambiando el ambiente-Iremos a una picada que tengo yo cerca de aquí, una niña treintañera que corta muy bien.
-¿Debo cortármelo?
-No necesariamente, yo creo que arreglarte la barba y poco más estaría perfecto.
-Vale, vale, porque cortarme mi melena, no lo haré.
Enzo rio mientras doblaba.

La peluquería, que era más que nada una casa, estaba cerca de la esquina de aquella calle. Luego de una reja de metal, una señora alta y morocha, con unos ojos verdes les esperaba.
-¿Quién será el primero?-Dijo ella, arreglando el espacio de la silla-¿Señor Enzo?
  -Vale, yo primero-Se sentó, mientras la chica lo cubría con la capa-Como te dije por teléfono, él es George, un nuevo amigo. George, ella es Anya Key.
-Un placer-Le dio la mano.
-El placer es mío-Sonrió fervientemente la chica-Pero bueno, señor Enzo, cuénteme, ¿Cómo le ha ido en su trabajo?
-Pues bien, ahora estoy en un nuevo caso, junto a George.
-¿Entonces usted también es policía?-Miró a George, ya con las tijeras y la peineta en las manos.
-Sí-contestó La Sombra, sin pensarlo.
Enzo sonrió.
-Él es nuevo, y es mi acompañante. El caso parecía simple, pero no lo es.
-Ya lo creo-Agarró su cabeza desde los cachetes, mirándose los dos desde el espejo-¿Como siempre?
-Como siempre, mi guachita... Siguiendo, el caso es por un problema de drogas.
  Aunque George sabía el caso, escuchaba todo lo que Enzo decía.
-¿Marihuana? ¿LSD?
-Algo parecido a la LSD, es un alcaloide. En español sería como tener a un borracho agresivo, que luego de unas horas le da un ataque de rabia-Inclinó su cabeza hacia la derecha, aceptando la poca fuerza de la mano de Anya-Todavía no puedo entender cómo se pudo masificar teniendo tantos efectos negativos. Pero aquí estamos.
-La droga es la droga, señor Enzo. Con que sea adictiva, es algo que no se puede parar.
-Es una desgracia. Nuestro trabajo es encontrar quién la está repartiendo por la ciudad, lo único que sabemos es que viene del distrito de las Serpientes de ojos rojos, por su nombre: colmillitos de rubí.
-Parece algo que dura unos minutos.
-Pero no es así, puede llegar a durar un día entero.
-¿26 Horas?-Dijo sorprendida.
-Ah, sí. Es un alcaloide que inhibe las conexiones entre las neuronas, deteniendo la sinapsis entre ellas. Lo particular es que cuando se consume, podríamos decir entre diez a quince minutos, si se le presenta un miedo; este se exagera y se espanta a sí mismo durante lo que dure la reparación de las sinapsis... O eso es lo que hemos visto.
Los dos parecían muy confundidos. La Sombra lo captó al segundo, diciéndoselo a George a lo que Enzo se refería.
-Es decir, que cuando, por ejemplo, a un hombre que consumió colmillitos se le presenta, de forma involuntaria o con presión humana, un miedo como el de una persona, si este hombre ve a esa persona de nuevo, la exageración y el impacto sináptico entre sus neuronas vuelve a aparecer. Cuando sucede eso, la agresividad envuelve el cuerpo de este hombre, y lo convierte en un monstruo hasta que acabe su miedo.
-Entonces puede llegar a ser mortal-Dijo Anya, casi terminando su trabajo.
-Sí. Por eso es muy necesario encontrar aquel que la transporta y acabar con esta red de drogas-Miró a George por el espejo, los dos con una mirada determinante y penetradora.
-Vale, vale, terminado-Anya levantó un espejo con un borde de madera del tamaño de su pecho, mostrándole la parte de atrás de su obra de arte, convencida que fue un gran trabajo.
Para Enzo también lo era. Sonrió y asintió, satisfecho.
-Ahora el siguiente, venga George.
Los dos cambiaron de puesto. El primero cruzó las piernas y sacó una revista de moda, que tenía Anya en la mesita de vidrio entre los sillones y su puesto de trabajo. La Sombra notó, con una mirada rápida, como él colocaba su mano cerca de la solapa izquierda de su traje, cerca del pantalón. Cerca de uno de sus cuchillos.
Lo había visto antes, un par de veces: Una funda de hombros de cuero que rodeaban su cuerpo como suspensores, donde, en varias partes tácticas y diferentes, había cuchillas pequeñas esperando.
No era la primera vez que lo observaba haciendo con poses parecidas, sus manos siempre cerca de alguno de ellos.

La Vuelta de la HumanidadWhere stories live. Discover now