Extra IV: La peor parte

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George corrió hacia la puerta, y las risas aumentaron. Se veía sorprendido, fuera de sí, cosa rara en él.
​   Y aunque el cumpleañero se había ido, la fiesta no terminó. De hecho, se puso más alocada. La cena terminó poco después, separaron las mesas, y en vez de terminarlo, empezaron a bailar. Seth cantaba, y Mabel tomó el piano. Con un estilo funk, agarraron varias canciones populares y antiguas, y las pasaron a lo que tenían.
​   Ozs tomó a su kohai y empezaron a bailar. Aunque todavía no estaba muy animada, bailó a gusto con él. Era un sentimiento parecido, pero con manos diferentes.
   ​-¿Mejor?-Preguntó el senpai.
   ​-Un poco, sí. Realmente estoy preocupada.
   ​-Te preocupas mucho, Mess.
   ​-Lo sé. Solo es que...-Se detuvo-Necesito calmarme, solo eso-Le sonrió.
​   Salió de la pista de baile, tomó sus cosas, y caminó a la puerta. Mary le detuvo en el camino.
   ​-¿Dónde vas?
   ​-A un lugar más silencioso, necesito... la verdad no lo sé, solo quiero irme a la cama.
   ​-¿Es por Diana?
   ​-Por supuesto. Es muy raro, quizá le pasó algo, o quizá nos pasó algo, no lo sé. Tampoco tengo forma de encontrar información del distrito.
   ​-Yo sí-Miró a Seth, él ya les estaba viendo-¿Vamos a casa? Podríamos quedarnos las cuatro donde Mako, y... hablar.
   ​-Ehm...
   ​-Yo, ¡Reunión!-Las hermanas se detuvieron, y llegaron donde ellas en un momento-Mess necesita nuestra ayuda.
   ​-¿Y en qué?
   ​-Vamos a tu casa, Ko, y vemos qué hacemos. Ya es medianoche.
   ​-Vale, vale. Despidámonos.
   ​En unos pocos minutos, todas ya se iban a casa, junto a Seth.

   ​Ya ahí, Seth y Melissa se sentaron en los sillones, Mary subió las escaleras, y las otras hermanas fueron a la cocina.
   ​-¿Cómo estás?-Le preguntó él, acurrucados ahí.
   ​-No lo sé. Estoy demasiado preocupada, y no sé qué hacer para calmarme, ¿Y si sufrió un accidente? ¿O si pasó algo en el distrito? O... o...
   ​-¿O qué?
   ​-O solo no vino-Bajó la mirada.
   ​-Estás tomando conclusiones sin hechos, y esa es una frase de George-Rió.
   ​-Pero ¿Qué más podría ser? Si pudiera cambiar este sentimiento lo haría, créeme. Pero no puedo, lo único que hago es imaginarme lo peor. Alguna de esas es la verdadera, y esa es la peor parte.
   ​-Todavía no puedes sacártelo de la cabeza, ¿No? Cómo te trató esa vez... y todo lo siguiente.
   ​-No he encontrado el momento adecuado para eso. Esa sí que es la peor parte-Sacó unas risitas.
   ​-Ya ha pasado un tiempo de eso...
   ​-El tiempo no cura, deja de decir eso.
   ​-¿Segura de eso?-Preguntó Mako volviendo con unos cafés. Melissa le miró sorprendida, pero enseguida bajó la cabeza.
   ​-Sí. Completamente segura.
   ​-Perfecto, entonces estamos en la misma página-Los dos le miraron sin entender-¿Qué? Melissa tiene razón, el tiempo no cura-Se levantó, y se sentó en la mesa del centro. Agarró sus manos, y le miró a los ojos-Lo único que puede curar ese tipo de sufrimiento es el amor-Melissa desvió la mirada-No sé qué sucedió, tanto con Diana como la experiencia a la que se refiere Seth; pero te puedo decir que esa es la solución. Es jocoso decirlo, porque creo que ya lo he dicho varias veces este último tiempo, pero con personas diferentes. A lo que me refiero, es que el amor de otra persona, junto al tiempo, podrá curarte...
   ​-Solo debes saber cómo ocuparlo-Dijo el otro, casi inconscientemente, recordando las palabras de su amigo. Mako le miró con una sonrisa-George me dijo casi lo mismo. Creo que sentimos algo parecido, hermanita.
   ​Mess solo bajó la mirada, tomando un poco de café.
   ​-Han sido cosas que pasan en los suburbios, nada más.
   ​-Yo vivo en Milestone, ¿Qué cosas? Si es que no soy muy...
   ​-A mi padre le dio una sobredosis, mi madre no está cuerda, y ahora vive en un internado. El señor William me recogió, porque era amigo de mi madre. Luego él murió, y Ozs se hizo cargo de mí, y yo de George. Cuando tenía dieciséis conocí a una chica con la que éramos muy amigas. Yo todavía no sabía mi orientación, y ella vio el beso con George... Tuvimos una pelea, porque ella pensó que yo en ese momento era lesbiana. Ella me guió para saber lo que quería, pero terminó muerta por tres policías en una riña meses después...-Sacó una risa corta, las dos hermanas le miraban desde el marco de la puerta-Hace años que no duermo... bien.
   ​-Parece que nadie de aquí se salva-Dijo Mako, mirando al otro.
   ​-El estrés me está matando, en la uni me ahogan con reglas y leyes, y luego tengo que ir de aquí para acá en el restaurante...
   ​-Trabajas muy duro.
   ​-Diana es quien me alegra el día.
   ​-Es tu refugio-Dijeron Seth y Mako a coro, luego rieron un poco.
   ​-Eso creo. Este año había sido muy pesado, hasta que llegó ella. Y con Diana empecé a creer de nuevo. Y pensar que se aleje es como... soltarme en un barranco.
   ​-Capaz solo debas esperar. Quizá solo sucedió algo a su teléfono, y no pudo contactarse contigo.
   ​-Y seguramente, con lo que está pasando en el distrito, tuviera que hacer algo, ¿No crees? O quizá hayan bloqueado las carreteras o algo así.
   ​-Le hablaré a algunas personas que conozco de allá para saber si pasó algo, ¿Sí?
   ​-Ojalá no le haya pasado nada-Vio como Mako se levantó, sacando su celular.
   ​-Bueno, nosotros nos vamos, ¿No Seth?-Dijo Mary con una chaqueta de cuero ocultando una tenida blanca.
   ​-Claro.
   ​-¿Dónde van?-Preguntó Melissa.
   ​-Donde las serpientes, es la única manera de saber qué le sucedió, ¿No?
​   Eso le sacó una sonrisa.
   ​-Llévate algún Kyobu, Mary-La mayor le miró un poco preocupada.
   ​-Tranquila, voy a buscar a Echo y nos vamos.
   ​-Vale.
   ​Mabel se sentó junto a Mess, y le abrazó.
   ​-¿Y si nos hablas de ella?
   ​-¿De Diana?
   ​Las Tachibana se sentaron a su alrededor.
​-Es de Nueva Orleans, en la costa. Es serpiente, tiene tres serpientes zigzagueando en su brazo, y atrás tiene un rubí que gotea sangre rodeada por otras tres serpientes.
​   Las hermanas se vieron un momento, extrañadas por el tatuaje.
   ​-¿Y de dónde la conociste?¿Cómo?
   ​-Fue la noche que los DeLuca tuvieron esa cena familia, donde estuvo usted, Gran Sabia. La encontré muy herida peleando contra vagabundos, porque intentaron robarle, y seguramente algo más...-Suspiró y siguió-la rescaté, le lavé completamente, agua oxigenada y un poco de miel. Luego le tapé las heridas y quemaduras y la acosté en la habitación de George. Desde ahí nos acercamos, y bueno... pasó lo que pasó. Terminó siendo familia, casi.
   ​-Entiendo...-Dijo la mayor. Mabel se veía muy concentrada en sus pensamientos-¿Alguna vez le preguntaste sobre su rol en las serpientes?
   ​-¿Tengo yo un rol en los dragones?
   ​-No fue eso lo que pregunté. Hiciste lo que tuviste que hacer, y te convertiste en dragón.
   ​-Pues no, entonces. Nunca hablaba mucho de su vida. Tampoco quería presionarle, llevamos muy poco.
   ​-Pero iba a venir al cumpleaños de George.
   ​-Sí, pero no por eso yo debo exigirle que me cuente toda su vida.
   ​-Ella tiene un punto-Dijo Madison.
   ​-Además, si me habló de ella. Tuvo un pasado bastante oscuro, y al entrar en las serpientes tuvo una segunda oportunidad.
   ​Mako estaba más interesada.
   ​-¿Cuánto años tiene?
   ​-Veintiocho.
   ​Ahí la Gran Sabia Suprema sabía lo que pasaba. Ahora, ¿Por qué Melissa?
   ​-¿Alguna vez te habló del accidente cuando la salvaste?
   ​-¿Es importante?
   ​-Oh, niña-Le cortó Mabel a su hermana, comiéndole las palabras-Sí que es importante.
   ​-Pues que chocó, y como pudo escapó.
   ​-¿Nada más?
   ​-No sé los detalles.
   ​-¿Qué día fue?
   ​-¿Eso es importante?
   ​-Sí, hija.
   ​-Ehm... Fue un viernes, como hace un mes. ¿Por qué es importante eso?
   ​-¡¿Qué día fue?! Es importante-Siguió Mabel, pero Mako le detuvo con su brazo.
   ​-El mismo día de la desaparición de Apollo-Miró a Melissa-Es muchísimo más importante de lo que crees.
   ​-¿A qué se refiere?-Mabel se levantó, iba hacia la biblioteca-¡Espere!¿Cómo?
   ​-Tú tranquila, esto es...
   ​-¡¿Cómo quiere que esté tranquila si me está diciendo que capaz Diana haya sido como una espía?!¡Ella no era así!¿Por qué vendría por mí, si soy la dragona más aburrida y fuera de la propia mafia?
   ​-Cuidado-Le detuvo Mako. Mabel se fue-Danos unos momentos.
   ​Melissa se volvió a sentar, acelerada. Vio su celular, tenía tres mensajes de Diana. Abrió los ojos como platos, miró a las hermanas, que no entendieron qué pasaba, y lo agarró. Este decía:
Lo siento.
De verdad, lo siento.
Te amo.
​   Ella le escribió que no era importante. Le llamó varias veces, pero no contestaba. En un punto, decía que estaba fuera de servicio.
   ​-¿Qué sucedió?
​   Melissa les mostró lo que Diana le escribió, luego que no respondía hasta que la señal murió desde el otro lado.
   ​-¿Qué significa esto?-Dijo rompiéndose, perdiendo el control.
   ​-Nunca lo sabremos. Esa es la peor parte.
***

​   Llegó a su cuarto con el cuerpo descontrolado. Caminaba de un lugar a otro, pensando una y otra vez lo que le había dicho.
Su nombre es George Kotaro. Él es mi marca.
​   No lo podía creer, de a poco sentía el dolor que le produciría. Pero ¿Cómo podía evitar eso? Debía elegir: El corazón o la cabeza. El amor o la esperanza.
​   Era demasiado difícil elegir, no podía dar todo su 100% a un lado, porque no podía abandonar el otro.
   ​-¿Qué hago? ¿Qué hago? ¡¿Qué hago?!
Su Nombre es George Kotaro.
​   Sonó con la voz de Melissa
Su nombre es George Kotaro.
​   Sonó con la voz de Alextraza.
​   Las voces hacían tanta presión en la mente de Diana que empezó a llorar, diciendo una y otra vez una canción que aprendió de niña.
   ​-Cabeza, rodillas, muslos y caderas... Cabeza, rodillas, muslos y caderas.
   ​Era una canción que se conocía mucho en el distrito de las serpientes, y se la enseñaron hace tiempo para calmarla. Al concentrarse en esas palabras, desaparecía el dolor, la presión, el sufrimiento.
​   Pero en este momento no era suficiente. Desde que Alextraza le habló de su misión en el distrito de los dragones, su corazón se partió en dos, y estuvo rota todo el día. Y mientras más lo pensaba, en más pedazos se destrozaba.
   ​-¿Por qué debían hacer eso?¡¿Por qué?!-Gritó con todas sus fuerzas, volviendo a la canción.
   ​Su pecho se puso pesado, frío. Su garganta estaba tensa, seca. La jaqueca le mataba, y las lágrimas le ardían los ojos. Sus manos temblaban, pero agarró su celular, fue donde decía Mis hojas de Melissa y le escribió: "Lo siento. De verdad lo siento. Te amo".
​   Lo último le costó un minuto en colocarlo. Aunque era verdad, no podía escribirlo. ¿Qué le detenía?¿La culpa?¿El destino? Ella misma terminó pensando, presionando los puños con gran fuerza. Las uñas dejaron grandes marcas, saliendo sangre.
​Dejó el celular en la cama, y sintió el mensaje enseguida de Melissa. No lo vio, no podía verlo, le destrozaría. Segundos después sonó la llamada.
​   Sonó y sonó, más fuerte era el descontrol, más fuerte era el canto. Alguien tocó la puerta, Diana estaba intentando retomar el control.
​   Alextraza abrió, y vio a una Diana completamente loca.
   ​-¿Diana?
   ​-¡Cállate!¡Es todo tu culpa!
   ​-Pero, ¿Qué pasa?
   ​-¡Sal de mi pieza!-Agarró el celular, todavía vibrando, y lo lanzo a la pared.
​   Se destrozó. Tanto Diana como el teléfono, se rompieron en pedazos, cayendo al suelo.
​   Puso sus manos en su cabeza, cantando una y otra vez la misma canción.
​   Alextraza corrió a su lado, y le abrazó lo más fuerte que pudo. Era su pieza también, era su mejor amiga también.
   ​-Cabeza, rodillas, muslos y caderas...-Cantaron las dos-Cabeza, rodillas, muslos y caderas...
***
​   Las cuatro acostaron a Melissa en la habitación del primer piso.
​   Ella estaba un poco más tranquila, intentando pensar en algo que no sea Diana, ni en lo que hubiese pasado.
   ​Treinta minutos después, Mary mandó un mensaje.
  El distrito está casi completamente en llamas, las carreteras están bloqueadas con fuego y autos quedamos. Había grandes atracos, y demasiados policías en las calles disparando. Incluso uno nos recomendó irnos enseguida.
  Estamos a cincuenta minutos de casa, ¡No se coman toda la comida!
​   Mako le aclaró que ya se habían acostado, así que no era problema de que se fueran a su apartamento, por lo que no volvieron.
   ​-¿Que dijo?¿Qué sucedió?
   ​-Que está sucediendo la grande allí. Como serpiente, seguramente algo tuvo que hacer. Pero debemos esperar, lo único que podemos hacer ahora es intentar pensar qué significaban sus mensajes.
   ​-¿"Lo siento, de verdad lo siento, te amo"? Quizá se tuvo que ir del distrito, y capaz no vuelva.
   ​-O algo peor...-Dijo Melissa, ya sin lágrimas para llorar.
   ​-No, no, no. Hay que pensar lo mejor-Le abrazó Madison, siempre tan cariñosa-No puedes matar la esperanzas.
   ​-Esa es la peor parte de todo esto-Respondió, descansando en su pecho, pérdida, rota-¿Verdad?

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