III

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-¿Aló?-Le despertó su celular, que sonó durante dos minutos a las nueve de la mañana.
   ​-¿Te desperté?-Sonaba entusiasmada, entretenida.
   ​-¡¿Katherine?!-Dijo, sin poder casi abrir los ojos.
   ​-¡Sí!-Dijo aplaudiendo-Te dije que los Bloss siempre ganaban.
​   -¿Y qué ganaste por despertarme, bebé?-Sonrió.
   ​Su ánimo cambió.
   ​-Fastidiarte-Cortó.
   ​-Parece que sigo ganando, bebé.
   ​-¡Que no! Dime de cualquier manera, pero bebé no. No soy una bebé.
   ​-Pero eres mi bebé.
   ​Ella sonrió, fastidiada.
   ​-Creo que esto fue una mala idea.
   ​-Te salió el tiro por la culata.
   ​-¿Qué?-Le habló a otra persona-No, no, con nadie-Volvió al celular-Me tengo que ir. Te quiero, adiós.
   ​Cuando lo dijo, su corazón se congeló. Le había cortado, y su cuerpo estuvo mal por un momento. Ozs lo miraba por la puerta, entretenido.
   ​-¿Qué pasó?-Preguntó-¿Por qué tu celular sonó a las nueve de la mañana?
   ​-Era Katherine...-Pasó un cosquilleo por su cuerpo al recordar sus palabras.
​   -¿Qué te dijo para que te pusieras así?-George no podía verlo, pero los gemelos, Melissa y Oron estaban atrás de uno de los Generales de la familia Kotaro, escuchando.
   ​-Te... quiero-Otro cosquilleo. Su piel estaba erizada.
   ​-¡¿Qué?!-Saltaron todos.
   ​George se asustó más. Estaba anonadado.
   ​-No es chistoso-Dijo, mientras los otros, alegrados, se reían por su expresión.
   ​Melissa se lanzó en la cama, y le besó en la frente: "Bien hecho campeón" Dijo, volviendo con el resto. Se miraron, y volvieron a hacer sus cosas. George volvió a su celular, el cual tenía un mensaje de Kat.
Lo siento, fue algo involuntario
   ​-No lo sientas-Escribió él-Yo también te quiero, bebé.
Cállate
Perdón por despertarte
    ​-Está bien-Se levantó-Igual debía despertarme temprano. Gracias.
Tengo clases
Debo irme, bebé
    ​-¡Oye!-Estaba entretenido, mientras buscaba ropa para hoy-Bueno, me gusta. Buena suerte.
​Tú también
   ***

   Luego de la extraña mañana, George se alistó para ir donde los franceses, a juntarse con un reciente amigo: Jean Paul Poulhazand. Sabía que su amigo podría saber algo de la familia Favé, de su casa y de su gente. También preguntaría por Buranka, que tenía ciertas dudas del asesinato que les cortó la grata conversación de ese día.
​   Se encontrarían en una plaza en el centro de la zona, muy parecida a la del día anterior. Estaba sentado, ahora solo, sin su compañera. Al verse, él se levantó, y lo abrazó en el saludo.
   ​-¿Qué tal, hombre?-Dijo, sentándose.
   ​-Aquí, entrenando para la iniciación-Se sentó a su lado.
   ​-Bueno, ya estás en las últimas.
   ​-Sí, y estoy ansioso ya de que sea el día.
   ​-Me alegro, me alegro. Pero aquí estamos para otra cosa, ¿Qué es lo que pasa?
   ​-Mira: El señor Shigeo tiene ciertas sospechas en la familia Favé. Dice que tienen algo que ver con la droga, y que necesita que encontremos lo que él necesita. Quiere que entremos, y que sea limpio.
   ​-Un Clean House-George no entendió, Jean Paul rió un momento-Niño, el Clean House es como se le llama a ese tipo de misiones. Entiendo a lo que te refieres, y estoy seguro de que los Favé saben que vendrán por ellos.
   ​-Por eso necesito tu ayuda. Eres el que gobierna por estos lares, sabes todo lo que pasa por aquí. Necesitamos, o necesito, información de ellos, de la casa, tanto por fuera como por dentro; de los vecinos, del ruido que podríamos llegar a hacer, etc.
   ​-Vale, vale. Primero, es una casona grande, de tres pisos, y una azotea. Está en las calles Archives y Rambuteau, está en la esquina, y mide entre media manzana o así-Inhaló hondo, y lo botó con fuerza-¿Quienes estarán contigo?
   ​-Haireaki y... Enzo.
   ​-Joder-Sonrió-Entonces tu familia sabrá cómo hacerlo. Con él, será algo limpio, como dijiste. ¿Será violento?
   ​-El Gran Sabio dijo que si van a disparar, disparemos primero.
   ​-Vale. Es eso entonces. Si hay armas, sacas la tuya; si intentan disparar, disparas tú. Si no, si hay mujeres, hombres, niños, que se tiran al suelo: Nada. Si es necesario, los amarráis...

   ​"...Pero intenta, y es en serio, no matar-Lo enfocó-Si es necesario, un disparo. ¿Tenéis las armas?"
   ​-Sí-Dijo Enzo-Tenemos un par de pistolas con silenciador, para los niños; yo llevaré una M13.
   ​-Vale-Estaban en la calle de la gran casa.

   ​Eran las ocho. Estuvieron toda la tarde conversando en el café de la esquina la operación. Se habló del horario de cada uno. Además, Jean Paul presentó a alguien que los iba a acompañar.
   ​-Él es Jacinto. Está entrenado para estas cosas, os acompañará.
   ​-Buenas tardes-Se saludaron. Era un hombre alto, moreno, con un pelo rizado y corto-Como les contaba Jean Paul, a esta hora estarán catorce personas. No más. Ni quince, ni trece, están completamente contadas. Entrareis por detrás, por la ventana. Yo por delante, esperando vuestra señal. En el primer piso habrán cuatro personas: Dos mujeres y dos hombres...

​   Atrás, la ventana estaba unos metros arriba. Enzo le pasó una escalera metálica a George, quien la puso hacia ella. Subieron a la cocina, los dos nerviosos, y Enzo caminando lentamente hacia la puerta. Se escucharon unos pasos, y una voz femenina alegre. Al abrirla, Enzo la agarró por detrás, tapándole la boca. George le pasó la cinta americana, y la calló. Una menos. Los otros tres estaban en la sala, conversando.
   ​-Hai al que esté en la derecha, George al del medio, yo a la izquierda.
   ​Asintieron, y abrieron la puerta.
   ​Los hombres y la mujer estaban drogándose, con armas en la mesa y una atmósfera llena de humo desagradable.
   ​Dos menos, al instante. Haireaki y Enzo fácil, en la cabeza. George dudó. La mujer se levantó, a punto de gritar con la pistola en la mano, pero Enzo se encargó en eliminarla.

   ​-"... Ya fuera esas cuatro personas, deberéis tocar tres veces débilmente la puerta, esa será nuestra señal. En la segunda planta, que es un pasillo largo, habrá de cuatro a cinco personas, en las diferentes piezas. Eso sí, ya sabrán que estaremos ahí, así que deben estar atentos con las armas..."

​   Enzo lo miró directamente.
   ​-¡No dudes!-Susurró, yendo a la puerta-O sino ellos dispararán primero.
   ​-Perdón-Fue a la puerta con Haireaki-Nunca he disparado... a matar.
   ​Tres veces en el cristal de la puerta, y abrió Jacinto, preparado de la misma manera que el DeLuca.
​Ellos dos avanzaron primero, los niños atrás. Como había dicho horas antes, era un gran pasillo. El francés con el chino, los DeLuca juntos.
​En la primera puerta había dos personas: Un hombre que usaba como escudo a una mujer con el arma en la mano. Enzo le disparó en la cabeza, George iba a capturar a la chica; pero cuando ella quiso agarrar el arma, el italiano la acabó.
​   En la sala de al lado, no había nadie. Faltaba gente. Haireaki revisó la cama y el escritorio, pero no había nada.
​   Enzo y Jacinto dejaron a los otros dos afuera, entrando en la tercera y última puerta. Era un hombre que empezó a disparar desde el principio. Enzo golpeó la puerta con una patada, Jacinto tiró una cegadora, y lo eliminaron al momento.
   -Falta uno-Indicó el francés a Haireaki, quien con George se dirigieron a la primera habitación.
   En ella había una puerta, el baño. Contaron hasta tres, e hicieron lo mismo que sus mayores.
   Cuatro menos, faltaban seis.

   -"...En el tercer piso estarán los demás. Son tres habitaciones, igual que las anteriores. Debería haber dos en cada pieza, quizás uno si encontramos cinco abajo".

​   Se pusieron igual que antes, caminando despacio por las escaleras. A mitad, se escucharon pasos corriendo de pieza a pieza, Enzo detuvo a los tres. Le hizo un par de señas a Jacinto, y asintieron. Luego a Haireaki, y por último a George, quien no sabía a lo que se refería. Enzo se acercó, y le susurró por el oído.
   ​-Jacinto y Haireaki limpiarán el tercer piso-respiró, como si estuviera aguantando la respiración-Nosotros la azotea.
   George asintió, y dejaron pasar a los otros dos.
   Avanzaron despacio, intentando llegar a la escalera de arriba. En la puerta del medio, Enzo agarró del cuello a George y lo tiró para atrás, esquivando la ráfaga de balas que aparecieron. George asintió sorprendido, un tanto desesperado; Enzo copió el movimiento, aceptando las gracias, y avanzaron hasta el principio de los peldaños.
​   Mientras eso pasaba, Jacinto y Haireaki esperaron. Cuando se detuvo, el francés golpeó la puerta y esperó, encontrando una ráfaga parecida al de su vecino. Quedó vacío, y de una forma deshumana, Jacinto entró y le voló la cabeza. Un hombre estaba tirado en el piso mirándolo. "¡Pardonne moi, Pardonne moi!" Dijo con las manos arriba. Haireaki estaba sacando la cinta, y un hombre con una escopeta recortada salió de una de las puertas del clóset. Un tiro, al suelo; se devolvió al chico, y le disparó también.
   ​-¡¿Q-Qué?-Susurró, casi gritando, Jacinto le calló con el índice.
   ​-Tenía un arma, fais attention-Le dijo, empezando a revisar. Nada.
​   Pasaron a la siguiente, el hombre disparó, dándole en el hombro del francés. Haireaki por detrás lo terminó.
   ​-Gracias.
   ​-Fais attention-Dijo un poco triunfante, burlándose sin salir del personaje de la misión.
​   Empezaron a investigar, había un par de C4 puestas estratégicamente entre la habitación. Jacinto se las enseñó a Haireaki, él sorprendido fue a ver la sala anterior, pudo encontrar otra debajo de la cama. Pasaron a la otra pieza, había una mujer llorando en el suelo junto a su hijo, Jacinto mató a la madre, y se quedó con el bebé mientras buscaban otra bomba, o un tipo de detonador. Cuando Jacinto encontró el arma de la mujer detrás, Haireaki encontró otra dinamita.
   ​-Merde!-Dijo intentando evitar a sus compañeros-Maison prope!-Les gritó.

​   George y Enzo estaban en posición para entrar, viendo el desconcierto de los otros dos, y sin escuchar a su compañero, entraron.
​   Dentro había una mujer con las manos arriba, delante de un escritorio.
   ​-¡Pardonne Moi! ¡No disparen!-Gritó-No sé lo que está ocurriendo.
​   George se calmó un momento, pero no alcanzó a bajar el arma antes de que Enzo le disparara.
   ​-¡Oye!-Le gritó-¿Qué haces hombre? Si estaba indefensa-Enzo lo miró serio, metido en la misión-¿Por qué lo hiciste?
   ​-Quince personas con esta mujer-Dijo yendo al escritorio, encontrando el detonador-Jacinto dijo que eran solo catorce, ella estaba demás. ¿Por qué? Revisa su brazo.
   ​-¡Chicos!-Entró el negro, preocupado. Vio la mujer en el suelo en un charco de sangre, y Enzo con el detonador en la mano-Dios mío.
   ​-Si la dejábamos vivir, George, nos mataba a todos.
​Haireaki corrió hacia ellos.
   ​-¿Estáis bien?-Los otros asintieron-Por supuesto que sabían que vendríamos. Casi nos la juegan.
   ​-Bien hecho, DeLuca-Tenía al bebé entre las manos.
   ​-¿Y eso?
   ​-Quisieron ocuparlo como escudo humano, joder. No tenían ni un poco de humanidad.
   ​-Estaban desesperados.
   ​-Y ahora deberíamos saber por qué.
   ​George asintió, y le subió la manga a la mujer: Tenía el mismo tatuaje que Virgil. ​Era una Serpiente. Tras revisar a las otras personas, tanto muertas como fuera de peligro, supieron que era la única serpiente. ¿Por qué estaría una serpiente con ellos?
​Era sencillo, la droga. Sería la encargada de la familia en este tema.
   ​-Ahora que lo pienso-Dijo el francés a George, luego de revisar la casa completa-¿Tu estuviste cuando Jean Paul supo lo de Valeria?
   ​-¿La que fue víctima del Tigre Blanco?
   ​-Exacto. Pensamos que la mataron porque iba a darle toda la información a Jean Paul y o a la Gran Sabia Suprema. Era solo una suposición, pero eso tiene sentido. El Tigre Blanco trabaja para las serpientes en este tema, y con lo que hemos encontrado en esta casa, podemos decir que la familia Favé era la importadora. Era el Chef de Mission, como le decimos por aquí. La cabeza central, el cuartel general.
   ​-Siempre estuvieron conscientes que vendría alguien a acabar todo esto.
   ​-Exacto. Ahora, deberemos llevar a estas personas a nuestro cuartel general-Sonrió-, y que Mako deba hacer lo que tenga que hacer con ellos.
​   -Vale-Entró Haireaki-, pero si vamos a hacer eso, George no estuvo aquí-Le miró, con una sonrisa. George asintió, sabiendo lo que significaba.
​   -Está bien. Nos retiramos.
   ​-Sí-Dijo Enzo-La casa está limpia.

   ​Fuera ya, de noche, se juntaron con Jean Paul que esperaba en el mismo café.
   ​-¿Cómo fue?-Preguntó cuando todos se sentaron.
​Todos habían dejado el equipamiento en un camión que el jefe les había prestado. Le dejaron los cuerpos a Enzo, que hizo un par de llamadas, y Haireaki se encargó de los prisioneros, además del bebé.
   ​-Perfecto. Encontramos lo que querían; no hubo ninguna baja en nosotros, aunque yo recibí una bala aquí-En la parte del hombro tenía una venda que lo rodeaba completamente.
   ​-Bien. Quiero toda la información.
   ​-Encontramos prácticamente los horarios y los lugares donde se ponen siete mulas diferentes en distintos lugares del distrito, pero todos salen de esa casona, y todos vuelven cuando se queden vacíos.
   ​-Como sabíamos-Siguió Haireaki-Todos son llamados como legión, pero a la vez, son identificados cada uno por un cierto número. No sabemos por qué, pero debemos investigar más sobre eso. Lo otro, es que todas las mulas son serpientes, aquí los Favé eran solo la cabeza. Cada mula tiene un tipo de tatuaje de serpiente distinto a cualquiera, lo cual nos da a entender que tanto Syaoran como George tenían razón: Son una organización, y como pensamos, fueron creados por David Cordier.
   ​-Esta mierda está que arde, compañeros-Habló el jefe.
   ​-Ahora, tenemos que seguir investigando de a poco. Como limpiamos perfectamente la casa, o eso es lo que creemos, nadie sabrá qué sucedió dentro. Enzo se encargará de limpiarla, para que parezca que hubieran desaparecido.
   ​-Sí-Respondió éste-Pero necesito de tu ayuda, Jean Paul. Necesito más hombres para poder hacerlo, me demoraré entre dos a tres días, y seguramente alguien más podría llegar.
   ​Él asintió.
   ​-¿A matar?-Preguntó. Enzo le confirmó-Entonces te daré la división de Jacinto, ¿Estás de acuerdo?
   ​-Por supuesto, ya estoy bastante metido en este problema. Tengo ciertas dudas que debemos ir resolviendo.
   ​-¿Cómo cuáles?-Preguntó Haireaki.
   ​-¿Seguros que este era el único lugar que cumplía la función de Cuartel General? Me cuesta decirlo, pero estoy seguro de que no. Si de verdad quisieron implantar algo tan peligroso y fácil de detener como esta droga, más si encontramos demasiada información profunda, entonces debe haber más familias metidas en esto, seguramente una familia por cada sector. Y eso quiere decir, no sólo siete mulas diferentes.
   ​-Jacinto tiene razón-Dijo Jean Paul-Ya eliminamos de raíz a la cabeza francesa. Estoy muy feliz de haberles ayudado, pero es lo único que puedo hacer por aquí. Hay que decirle todo a los Grandes Sabios, y que intenten hacer algo ya, no pueden quedarse callados así porque sí. Los colmillitos han estado por mucho tiempo ya, tuvo que haber durado días, pero Mako lo demoró y lo demoró. Lo digo porque conozco a más personas como ustedes, DeLuca, que están en este caso. Capaz que no por la Gran Sabia como tal, me enteré de que tú Haireaki estás trabajando para tu senpai; seguramente haya más hombres buscando eliminar todo esto. Hay que encontrarlos, porque nunca estamos solos-Se refería a gente como Marianne; George debía hablar con ella-Algo que sé es que la kohai del Gran Sabio Søren, que nunca supe cómo se pronuncia, pero tiene esa "o" rara; está metiéndose también. Su nombre es Rebecca Renfri, si alguna vez se la encuentran. Sería bueno que estén todos unidos, como una comunidad, para derrotar a esta organización.
​   -Es verdad, estaremos al tanto. Seguramente los Kyobu estén en esto.
   ​-¿Kyobu?-Preguntó George
   ​-Es el escuadrón élite de los Grandes Sabios. Siempre visten de blanco, y llevan máscaras de animales.
   ​-No sabía que existía tal cosa.
   ​-Pues sí... Pero bueno, ¿George, harás algo?
   ​-No...-Se le ocurrió algo-Jean Paul, ¿Tú?
   ​-Es mi día libre, viejo.
   ​-Entonces, vamos al Arditch, ¿No?
   ​-No es mala idea, le diré a Camille-Se entusiasmó.
   ​-Vale, ¿Tú, Enzo?
   ​-Vamos-Sonrió.

​   Jacinto y Haireaki se despidieron en un momento, éste último solo bajándole la cabeza a George, y se retiraron. Enzo iba en el auto, mientras que Jean Paul iba a buscar a su hermana, y se fueron a los suburbios del distrito. La noche estaba un poco fuera de sí, muchas cosas que pasaban por el bar. Seth y Marianne estaban ahí, conversando con Oron, que parecía sin nada qué hacer, y trabajando en lo que más le gustaba: La barra.
   ​-Buenas, Bob-Oron le sonrió con ironía, y le subió el dedo del medio-Gente, les quiero presentar a un nuevo amigo: Enzo DeLuca.
   ​-Buenas-Dijo con una sonrisa, y una referencia. Seth lo miró con un poco de extrañeza, sabía cosas que George no.
   ​-Y a estos dos: Jean Paul y Camille Poulhazand-Esta vez Seth se impresionó, levantándose y saludándolo con alegría.
   ​-Cuanto tiempo, compadre-Dijo este.
   ​-Claro, si ni nos vienes a visitar-Alegó.
   ​Todos rieron, y se sentaron junto a los residentes. Melissa estaba ahí, vio a George y le saludó rápido, entregando un papel a Oron, y éste desapareciendo por la puerta.
   ​-¿Cómo va el trabajo?
   ​-Un poco intenso, hubo una pelea entre borrachos. Andrew los tiró a la calle, y los hizo desaparecer; pero no mucho más, por suerte.
   ​-Han tenido buen tiempo por aquí, ¿No?
   ​-Más o menos. Las cosas van difíciles para Oron con gente sin experiencia, así que cuando tengo tiempo libre luego de los estudios, vengo y ayudo.
   ​-No debería ser así.
   ​-Pero es lo que tengo que hacer, es por Oron más que nada.
   ​-¿Cómo van las leyes?
   ​-Me duele la cabeza, ya. Pero bien-Sonrió-He conocido cosas que antes no sabía... bueno, me grabé en la cabeza cosas que antes no sabía-Rieron.
   ​-Bueno, eso siempre ayuda, ¿No?
   ​-Más si tu hermano trabaja para una constructora-Dijo Enzo.
​   Melissa lo vio, pero no supo quién era. Miró a George, y él lo presentó.
   ​-Ahh-Dijo-Tú eres el que tiene una hija.
   ​-¡Exacto!-Dijo con tanto entusiasmo que casi bota uno de los vasos en la barra-¿George te ha hablado de ella?
   ​-Poco, más de ti.
   ​-Siéntate, siéntate.
   ​Enzo agarró por un momento a la pelirosa, y estuvieron hablando y viendo fotos de Rosé Juliette.

   ​-¿Qué hicieron hoy?-Seth estaba intrigado en por qué un DeLuca vendría al bar.
   ​-Una operación...-Dijo sin saber qué decir.
​   -¿Qué?-Lo quiso regañar, sabiendo lo que vendría.
   ​-Entraron a la casa de los Favé, Seth-Dijo Jean Paul, llegando las miradas de su hermana, y de la pareja, hacia él-Había sospechas de ellos, y Haireaki con George, Enzo y un hombre mío, encontraron la evidencia.
   ​-¿Un Clean House?-Preguntó Mary
   ​-Exacto. Salió perfecto.
   ​-¿Mataste gente, George?
   ​-No. Eso lo hicieron los otros tres. No me atreví.
   ​Seth agarró con fuerza la mano de su novia. Ella, tras sentirla, se la besó.
   ​-Tranquilo-Dijo su mejor amigo-No fue nada. Además, debo acostumbrarme a cosas así, ¿No?
   ​-¡No!-No lo podía mirar, sentía culpa-Eso solo trae malas experiencias-Tuvo el valor de mirarlo. George le sonreía.
   ​Oron volvió, y empezó a darle tragos a los nuevos. Enzo y Jean Paul pidieron lo mejor de la casa, que aunque no era el secreto, Oron asintió.
   ​-Tranquilo, hermano. Todo salió bien.
   ​-Vale-Inhaló hondo, y con los ojos cerrados, lo botó-Prométeme que hasta que no seas dragón, no harás nada más estúpido, o de ese calibre.
   ​-Vale-Seguía sonriendo, al ver lo preocupado que estaba.
   ​-Tranquilo, amor-Marianne le besó en la mejilla-Yo estaré a su lado, ¿Sí?
   ​-¿Qué?
   ​-Él no lo sabía, George. Pensé que le dirías-Volvió a su chico-También estoy metida en el tema de la droga.
   ​Con un suspiro se escondió con los brazos en la barra: "Esa mierda nos acabará", lo que produjo las risas de los tres.
   ​-Creo que no puedo hacer nada, ¿Verdad?-Dijo sentándose bien.
   ​-Lo que puedes hacer es ayudarnos, cielo.
   ​-Marianne tiene razón.
   ​-¿Y qué necesitarían?
​   Mary miró a George.
   ​-Esto va para los dos: Podríamos decir que las mulas son todas serpientes expertas, como si fueran abejas. Eso sí, toda abeja tiene un panal. En esto no solo hay uno, que era el de la familia Favé, sino que hay más. La idea es encontrar todos los panales para eliminarlos.
   ​-¿Tenéis cómo saber dónde y cuál serían?
   ​-Sí. La información la tiene el señor Shigeo, y entre mañana y pasado se la entregará a Mako.
   ​-Got it-Dijo Mary, tomando de su cerveza-Eso me ayudará en algunos días del futuro. Tú, amor, me acompañas, ¿Sí?
   ​-Vale, vale. Así puedo buscar a Buranka, o saber de él en alguna parte.
   ​-¡Exacto! De hecho Jean Paul debe saber algo-El negro se metió en la conversación, quien hablaba junto con Enzo-¿Cierto?
   ​-¿Sobre qué?-También se metió el DeLuca.
   ​-Sobre mi hermano, Buranka Toaka.
​   -El Tigre Blanco, dices-Este asintió-Supimos de él cuando fue el asesinato de Valeria Favé, que también me enteré de que estuviste por ahí en la noche.
   ​-Lo estaba buscando.
   ​-Desapareció. No sé cómo lo hace. Pero tenemos ciertas conclusiones: Tu hermano trabaja para las serpientes. Valeria era muy suave y franca cuando hablaba y trabajaba. Camille la conocía-Ella saludó, callada-Y le dijo una vez que algo estaba pasando en su familia que la estaba sacando de juicio. Podemos enlazarlo con la droga, y ahí está. Quería decirle todo a Mako, o a alguien superior a ella, como yo; pero no pudo. Buranka se encargó de ella antes de todo. De alguna manera supieron sus planes, al parecer tengo ciertos topos cerca de mí, cosa que me encargaré después; pero Buranka hizo lo que tenía que hacer y volvió a desaparecer. Ahora, eso sí, que sabemos más de estos enjambres, podríamos decir que lo volveremos a ver pronto, ¿No creen?
   ​-Gracias, Jean, ojalá... Eso me da energías para seguir buscándole; y las suficientes para acompañarte-Le dijo a Marianne.
​   -Al parecer todos estamos metidos ahora-Dijo la francesa.
   ​Todos asintieron, Melissa estaba trabajando.
   ​-No la metan a ella, por favor-Dijo Seth, George lo confirmó-Tiene muchas cosas, y lo peor es meterle más preocupación a su cabeza.
   ​-Entiendo-Dijo el rey de los negros-Pero bueno, ya es tarde y tenemos cosas que hacer mañana en la mañana-Su plato estaba completamente vacío-Tenías razón, George. Este lugar es épico.
​   Se despidieron, y desaparecieron por la oscuridad de la noche. Enzo lo hizo minutos después, guardando las fotos de su hija. Solo estaba la familia, un poco callados después de todo.

   ​-¿Cuánto te falta en la universidad?
   ​-Este es mi último año, George-Siempre se lo decía con emoción-Solo los meses que quedan, que es la tesis, y listo.
   ​-¿Que estás preparando?
​   -La función del jade en el cuerpo humano. Es pura teoría, y ahora que tengo una persona ejemplar para esto-Apuntó a su novia, esta movió las manos-Tengo mucho más que hablar.
   ​-Eso es estupendo.
   ​-¿De qué hablan?-Volvió Melissa.
   ​-De tu torpeza-Dijo uno
   ​-Y de tu mal humor-Terminó el otro, enojando a la chica.
   ​-Hijos de puta-Bufó enojada, pero no sentida. Sabía que era un juego.
   ​Se sentó, suspirando, al lado de George.
   ​-¿Mañana harán algo? quiero sentarme en el sillón con ustedes y ver una película.
   ​-No estaría mal-Dijo Seth. Se volteó a Mary-¿Te unes?
   ​-Por supuesto.
   ​-¿Tú, George?
   ​-Lo veré, hay cosas que tengo hacer mañana, y no sé a qué hora será.
   ​-Inténtalo-Melissa tenía una cara larga-Hace tiempo que no hacemos cosas así.
   ​-Desde que te llamaron al cuartel general.
   ​-Ese día fue muy raro-Dijo Melissa, riendo.
   ​-Yo ni los conocía-Dijo la otra.
   ​-Es verdad, fue el comienzo de algo nuevo. Algo que pronto terminará.
   ​-Una siguiente explosión-Siguió George.
   ​-La cual volverá a otra explosión-Dijeron a coro. Era un dicho que lo encontraron cuando pequeños, y que siempre que pasaba algo nuevo, raro, o malo; lo decían.
​   Era la regla de los ciclos.

​   Una nueva explosión, un nuevo ciclo. Hoy había terminado con varios ciclos, y a la vez, había empezado unos tantos más. Le dolía un poco la cabeza, tras recordar la persona que Enzo mató; Sintiendo algo más que horror. Nunca había matado a alguien, y después de verlo en primera fila, no era algo que le agradara. La Sombra lo había hecho, un montón; eso le aliviaba un poco, porque no sintió que lo hubiera hecho él, no fue su culpa, él no apretó el gatillo. O eso era lo que pensaba.
​   Una nueva explosión, nuevas puertas que daban a más y más preguntas acerca de David, de Virgil, y de la droga. "¿Un juego?" pensaba, "¿Por qué lo harían?... Por dinero" se corregía a sí mismo. Pero si venía de David, quizás no era el único propósito; y debía averiguarlo cuanto antes para poder terminar con todo esto.
   "¿Quiénes son los Kyobu?"
​    Lo había hecho, había limpiado completamente la casa de los Favé; un Clean House que ni él mismo pensó que haría en su vida, sino que lo vería en las películas por el resto de los años. Pero lo hizo, y de alguna manera, se sentía un poco orgulloso por hacerlo tan perfecto. A la vez, se sentía intrigado por Enzo, tan... deshumano, tan desconfiado de toda persona dentro. No tuvo piedad, y le acertó.
​   Capaz que no era un monstruo, sino que tuvo el valor de elegir las decisiones difíciles. Porque era, o parecía, el hombre adecuado para tomar las decisiones difíciles. El hombre adecuado para ver y elegir el mal menor. Y eso, de algún modo, le atormentaba; porque George no lo era. Creía un mundo donde la bondad gobernaba, no la desconfianza; y lo sabía, no vivía en ese mundo, porque incluso la naturaleza era injusta, y lo único que puedes hacer para sobrevivir es desconfiar incluso de tu propia sombra.
Lo que te puedo decir, por lo que he visto, es que lo que los humanos llaman deshumano, es lo más humano entre ellos. Es desagradable, pero es la verdad.

La Vuelta de la HumanidadWhere stories live. Discover now