Despertó en el suelo, tapado, con un gran dolor de cabeza. Le ardían un poco los ojos, y le dolía bastante el hombro derecho. No recordaba mucho de lo que había pasado en la noche, mucho menos de porqué estaba tirado en el piso. Sí, estaba en su pieza, la misma de siempre, pero de algún modo sentía seguridad de saber que era la real. Los recuerdos de la pesadilla le llegaron a la cabeza, recordando todo ese lugar: el bosque, la cabaña, su propia habitación diferente a la que estaba ahora.
   ​-Melissa me habló un poco de tu problema por las mañanas-Diana lo miraba apoyada en el marco de la puerta-Pero el desayuno está listo, George.
   ​-¿D-Diana?-Había dormido realmente mal-¿Qué haces aquí?
   ​-La intención era dormir con mi chica, pero en la noche me la quitaste-Sonrió.
   ​-¿Ah?
   ​-¿No lo recuerdas?-George negó con la cabeza-Hombre, te despertaste con un grito que nos despertó a todos, y Melissa terminó durmiendo contigo ahí en el suelo.
   ​Una laguna abrazado a Melissa le llegó a su mente.
   ​-Me iré a bañar-Dijo al fin-Luego bajo a comer.
   ​-Vale, les digo a los demás.

​   Se levantó como pudo, mientras Diana bajaba las escaleras; y sacó la ropa de hoy. Recordaba los planes del día, debía ir al sur, donde los chinos, junto a Enzo; necesitaba un traje. Sacó uno plomo, una camiseta roja, y unos zapatos de un color perla.
​La ducha caliente como siempre, su celular fuera de la tina con las mismas canciones, y cayó el agua en su cabeza, mientras pensaba en todo. Al secarse, se miró el ojo, ya estaba desapareciendo. "Mierda" se dijo, con Mako en su cabeza, "Me pegó fuerte". Con una sonrisa, que terminó en una risa, se arregló la camisa.

​   Abajo estaban todos comiendo, conversando sobre el ayer, en una mesa de madera antigua con tres sillas a cada lado, y una en los bordes. George se sentó entre los gemelos, todavía con la cara un poco fuera de sí.
   ​-¿Cómo está todo?-Preguntó Oron-¿Cómo estuvo la madera?
   ​George inhaló hondo, y lo botó con la boca.
   ​-No me lo recuerden, por favor. Ni sé qué sucedió, y no quiero saberlo tampoco.
   ​-Me preocupaste en un momento-Melissa estaba al lado de Diana, pero a su derecha había un puesto vacío, era el de Robert-Hace tiempo que... no sé, necesitabas un abrazo.
   ​-La pesadilla fue muy... intensa.
   ​-¿De qué era?-Vyk estaba interesado en lo que pasó.
   ​-Oron-Él le miró-¿De dónde te suena la leyenda del "Hombre en el Bosque"?
   ​-Es una pequeña historia del norte del distrito de las serpientes.
   ​-Es una leyenda para niños del Birchwood Forest-Dijo Diana, un tanto preocupada-¿La conocéis?
   ​-Es bastante conocida por aquí, yo se las contaba a los dos cuando pequeños para que no salgan tan lejos de casa. Pero ¿Por qué la pregunta?
   ​-De eso se trataba. Supongo que estaba en un bosque parecido al Birchwood, desperté en una cabaña, y lo ví.
   ​-¿A quién?
   ​-Al hombre en el bosque-Todos se miraron, tanto impresionados como un poco aterrados.
   ​-¿Cómo era?
   ​-Ehh...-Intentó no pensar en La Sombra, en sí mismo con los ojos oscuros-Era alto, muy alto-Recordó la gran sombra que le guio-Tenía los ojos completamente blancos, pero no recuerdo muy bien su cara, ni lo que llevaba.
   ​-En la leyenda dice que tenía los ojos negros, completamente negros. Que era una persona, un caníbal.
   ​-Un psicópata-Dijo George tragando con fuerza, un poco incómodo.
   ​-Creo que entiendo por qué despertaste con aquel grito-Dijo Ozs, terminando su café-Cualquiera despertaría al ver algo así, ¿No crees?
   ​Él no sabía lo que era soñar con algo así, nadie sabría lo que es tener a La Sombra dentro.
   ​-Sí, es algo que no quiero recordar, ni menos hablar.
   ​-Es verdad-Oron le trajo unos huevos revueltos de la cocina-Pero bueno, ¿Por qué tan... elegante? ¿Está mejor tu ojo?
   ​-Voy a hablar ahora con el señor Guchi. Y sí, el ojo está mejor.
   ​-Pero nunca entendí por qué te lo dio-Dijo uno de los chicos del mohicano, refiriéndose al golpe.
   ​Tanto Oron como Ozs se miraron. Luego de sus largos años, sabían lo que eso era, uno por experiencia, y el otro porque lo vio en primera fila.
   ​-Cuando Mako se enoja, es difícil de tratar con ella. No te hará nada, excepto si le dices un "pero".
   ​-¿Un "pero"?
   ​-La mayoría de las veces ella tiene razón en todo, pero si quieres debatirle sobre algo, y está enojada, y dices el "pero", pues quedas como George.
   ​-Joder.
   ​-Que loco.
   ​-¿Te duele?-Melissa estaba acariciando la mano que tenía en su pierna, que venía del cuerpo de su compañera.
   ​-Un poco, pero el hielo ayudó bastante. Gracias.

   ​Wyx empezó a hablar de su ayer, un poco intenso en el centro. Habló de una pelea que escuchó, de muchos hombres contra solo uno, que ya estaba por todas partes desde una semana. Entre los que sabían, se miraron, entendiendo que era George el sujeto en cuestión. Este último se lo dijo, y los gemelos se quedaron impactados. "Me dijeron que eran catorce hombres" dijo uno, el otro, al instante, replicó "Entira, macho. Me dijeron que fueron como dieciséis o algo así".
​   Fue entretenido olvidar un momento aquella pesadilla con su familia, pero era hora de salir a la calle. Era hora de ir al centro sur del distrito: el centro de los suburbios, Chinatown. Hubiera deseado que Robert le hubiese hablado un poco de ese lugar, que era donde residía su familia; pero era día de semana, y solo está por casa los fines de esta. Aun así, Ozs le habló un poco del lugar, de las calles, y un poco de la gente y de los dragones que están por ahí. No eran muy bienvenidos los japoneses por esa zona.
​   -Los chinos son orgullosos, debes tener cuidado con eso, más con los que te encuentras en el centro. La casa de los Guchi se encuentra en una pequeña herrería llamada Bokken, lo reconocerás cuando lo veas.
   ​-Gracias Ozs.
   ​-Ahora, recuerda: Ten cuidado...
   ​-Cuídate. No mueras-Dijeron a coro, sonriendo.
   ​George le asintió, se despidió del resto, y salió por su moto.
​   Sonrió cuando la vio. Sabía que tenía la de los DeLuca donde residían, pero no podía cambiar su Hayabusa. Subió a la moto y, sin prenderla, llamó a Seth para saber la ubicación del lugar.

   ​-¿Por qué querrías ir allí?-Le dijo después del saludo-¿Quedaste tontito después del golpe que te dio la Gran Sabia?
   ​-No es eso, babún-Un término que agarraron luego de unos viajes que hizo Seth al distrito de las serpientes-El señor Guchi quiere hablar conmigo, eso es algo que me dijo Haireaki en la interrogación. Ahora, callado, y dime dónde queda.
   ​-Eh... ¿Sí? Es Georgie-Estaba hablando con alguien, seguramente Mary-No, no, no; este café y listo. Espera un poco, bro-Su voz se alejó del teléfono, pero se siguió escuchando un poco-Te quiero bebé, ¡Cuidado!... Ahora sí.
   ​-¿Qué fue eso?
   ​-Mary también debe ir a los suburbios por una entrega, si quieres le digo que te vaya a buscar.
   ​-No es mala idea, pero igual quiero las coordenadas.
   ​-Bueno, bueno: Si no me equivoco está en la calle Mott, entre la calle Canal y Hester. Lo reconocerás enseguida, pero si no, está al lado del Shanghai Dumpling.
   ​-Bueno, bueno, hermano. Dile a Mary que estaré por ahí, pero que no se preocupe. Es un In and Out.
   ​-¿Seguro?
   ​-Sí. Luego te cuento lo que pasará.
   ​-Estaré esperando la llamada.

​   Colgó, y encendió la moto. La tercera y el motor prendió. Sabía que estaba un poco vieja, pero no lo suficiente para cambiarla. Se sentía seguro, eso era lo importante. El centro estaba a varias calles de su casa, y para el Arditch estaba a unas pocas. Cuando eran los festivos, los borrachos que sacaban del centro pasaban por su bar, y eso causaba bastantes problemas.
​   Eran recuerdos que se le venían en la cabeza, sirviendo y pidiendo en sus noches junto a su gente. Pero eso era pasado, y su trabajo ahora era la droga: Los colmillitos, y aunque Mako le haya intentado sacar de ahí, Clifford estaba con todas junto a él, Enzo y la familia también. Debía terminarlo, luego de todo lo que ha hecho.

​   En la calle Mott se veía claramente el cartel con el nombre:"Bokken. espadas personalizadas" que decía al lado del restaurante.
   ​La sala no era tan grande, había dos mesas circulares pequeñas en cada lado de la puerta Shoji junto a dos o tres sillas. Al frente suyo, luego de entrar, había una señora en una recepción de madera con un cuadrado donde ella estaba. A la derecha de esta muralla, había una puerta.
​   -Ni hao-Dijo ella cuando George se acercó-¿Puedo ayudarle en algo?
   ​-Eh...-No parecía un lugar donde podría estar esa familia-¿Aquí no...?
   ​-Aquí se hacen espadas, señor. Es la combinación perfecta del estilo chino con las katanas japonesas-Sonrió, con un suspiro incómodo.
   ​-Eh... No-No sabía cómo decirlo. Sabía que si era un lugar "normal"; lo echaría a perder. No pudo, bajando la cabeza en silencio.
​   Ella rió tiernamente.
​   Sabía que debía decirlo, pero cuando levantó los ojos, la puerta se abrió. Era Haireaki.
   ​-Buenas, Mei Lin-No se dio cuenta de quién estaba ahí. Al abrir la puerta, miró a George, sonriendo-Entra. Mala mía, Mei, no te dije nada sobre George.
   ​-Espera, ¿George Kotaro?-Los dos asintieron-¿Y qué hace él aquí?-Tenía una cara de sorpresa y disgusto.
   ​-El señor quiere hablar con él-George entró, a una especie de pequeño restaurante con varias personas.
​   Mei Lin asintió, y volvió a sus cosas.
​   George siguió a Haireaki por las mesas hasta llegar a otra puerta. Dentro se encontró varios sillones de cuero mirándose en los lados, y en el centro de la muralla del frente estaba el escritorio del Gran Sabio, y él sentado ahí.
   ​-Haireaki-Dijo subiendo la mirada-Trajiste a nuestro invitado.
   ​-Sí, estaba en la recepción sin saber cómo entrar-Rió un poco-Si quiere les dejo.
   ​-No, no, ¿Vienes solo?-Le preguntó a George.
   ​-No. Enzo debe estar aquí dentro de poco-Dijo recordando su conversación de ayer en la noche.
   ​-Haireaki...
​   -Shi de-Salió de la habitación.
   ​Shigeo le mostró con la mano el sillón, para que se sentara.
   ​-Esperaremos a los otros que lleguen-Tocó un botón que había en su escritorio. Segundos después, llegó un hombre por la puerta-Suyin, Llama a Syaoran.
   -Sí, señor.
   -Y que traiga el diagrama que me enseñó antes de ayer.
   -Sí, señor-El hombre desapareció como Haireaki.

   ​Minutos después, Enzo y el kohai del Gran Sabio llegaron, detrás de ellos estaban los dos chinos con un gran pizarrón, que al entrar lo colocaron en la muralla. Tenía varias fotos y un hilo rojo que iba y venía entre estas. Enzo saludó a su compañero, le hizo una revzerencia a Shigeo, y se sentó junto a George.
   ​-Perdón por llegar un poco tarde, tenía unas cosas que hacer.
   ​-No importa, Enzo. Has llegado en el momento perfecto.
​   -Bueno-Dijo uno de los residentes-Soy Syaoran Li, perteneciente a los Guchi; y... bueno, lo que ven ahí es lo que le llamé como: El plan perfecto-Se arregló la corbata-¿A qué me refiero? Se los diré en detalle, aunque usted, señor Shigeo, ya lo sabe. Empezando: los colmillitos de rubí siempre estuvieron en nuestro distrito, incluso desde las negociaciones que nuestros antepasados hacían con las serpientes. Podríamos decir que esta droga fue la que nos alejó en algún momento, por lo que he leído y escuchado de otros dragones. Pero ahora aquel distrito está bastante mal. La crisis social ha aumentado en un doscientos por ciento, y con... David Cordier al mando, por lo que supimos hace poco, las cosas se están tomando por el mango, o eso es lo que suponemos que pasará en el futuro-Inhaló, y lo botó, para seguir-Sin embargo, durante algunas semanas ya, la concentración de esta droga comparada con la marihuana o la cocaína ha aumentado, y demasiado. En cada centro de las partes del distrito se ve más y más los efectos de esta, y gracias a esto han ocurrido varios suicidios y muertes en sí.
   ​"Todo esto lo sabemos, es nuestro contexto de apoyo para lo que les voy a decir ahora: No solo ha sido un efecto rebote de la crisis social de las serpientes, sino que puedo decir que ha sido un plan perfecto de Apollo, o incluso de David. ¿Por qué? Lo podemos ver aquí. En el centro de los japoneses, de los franceses, de los chinos, de los nórdicos y de los italianos, hay ciertos lugares muy parecidos, que en ciertos horarios se ponen personas a vender los colmillos. Si tú vas, les compras y les preguntas su nombre..."
​   -Todos te dirán que se llaman Legión-Interrumpió George. Shigeo lo miró, un poco impresionado.
   ​-Exacto, ¿Por qué? Todavía no lo sé.
   ​El Gran Sabio miró a George, esperando su respuesta.
   ​-Aunque no lo puedo confirmar, puedo saber por qué "Legión"-Se levantó, y se colocó igual que el chino, a su lado-. Es verdad, toda persona que vende la droga es llamada Legión. Eso lo sabía porque un amigo cercano tenía un familiar que consumía. Él compró en dos lugares diferentes-Miró la tabla, viendo a los sospechosos-Él-era el negro-, y seguramente ella-Mostrando a una mujer con las características que Katherine le había dado-Ahora, ¿Por qué Legión? Es solo pensar en su significado-Lo había buscado ayer Melissa, y lo recordó perfectamente, palabra por palabra-"Cuerpo de élite de algunos ejércitos, formado por soldados profesionales, que actúa como fuerza de choque" o, en este caso: "Grupo muy numeroso de personas o de otros seres, especialmente si están agrupadas para realizar una actividad"-La gente estaba entendiendo, Syaoran estaba afirmando sus dudas-No solo se llaman Legión...
   ​-Sino que son una legión-Terminó Syaoran con una sonrisa, triunfante.
   ​-Exacto. Ahora-Miró a Enzo, él le dio el permiso-No se llaman Legión-La gente se miró, extrañados-Y es entendible si les hablo de una persona que llegó a la casa de los DeLuca el sábado pasado. Como algunos sabrán, Clifford DeLuca hizo una comida con sus familiares, y con algunos empresarios importantes en los distritos. Uno de ellos era David Cordier-Shigeo se levantó, con la ceja subida-Aunque él no apareció, un poco tarde llegó una chica que se hizo llamar "Virgil Legión". ¿A qué voy?-La gente asintió, sin entender, por una pieza que faltaba. George sonrió-Lo que supe de Virgil es que era huérfana, y que fue tratada por David Cordier mejor que las otras serpientes. Como si fuera parte de una élite.
   ​-Entiendo-Dijo el jefe, sentándose.
   ​-Entonces, no solo es una legión. Es una familia creada por David.
   ​-No solo eso-Dijo Enzo, levantándose-Si lees mitología antigua, incluso pre-cataclísmica, te encontrarás con un personaje bíblico que nos podría interesar a nosotros: Uno de los dos hombres endemoniados que Cristo Jesús encontró, llamado Legión.
   ​-¿A qué te refieres?-Preguntó Shigeo.
   ​-Puede ser simple coincidencia, porque en realidad yo no sabía nada de esto. Aquel hombre que Cristo encontró... él mismo se llamó Legión, y se dice que fue el demonio que tenía dentro el que le ordenó a hacerlo.
   ​-Entonces...-El chino con el pizarrón intentaba modificar el acertijo.
   ​-Entonces: Son una legión con un objetivo en especial, crear caos en el distrito. ¿Por qué ellos mismos se llaman legión? Porque no tienen voluntad propia, porque sólo obedecen a su jefe, a su amo, al demonio que los controla: David Cordier.
​   Enzo tenía razón, la forma que Virgil hablaba de David era como su compañero lo describía. Como si en verdad fuera un títere para la Cobra.
Es el más hermoso
​   Su mente se llenó de esas memorias, cuando Virgil se rompió. Cuando dijo que le temía, pero aun así estaba a sus órdenes. Debía ser eso, debía estar controlada por ese hombre. ¿Cómo?¿Qué es lo que hace para poder ganarse a la gente de esa manera? ¿Magia? ¿Amenazas? George no lo entendía.

   ​Shigeo suspiró, acomodándose en su silla, e inhaló de su puro. Syaoran miró a George con los ojos abiertos.
   ​-Tú-Le dijo, sacando algo del bolsillo-No es que no sepa lo de aquella Virgil, pero ¿Es ella?-Le mostró una foto. Era Alextraza.
   ​-Sí. ¿Cómo tienes una foto de ella?
   ​-Porque ha estado en todas partes. Seguramente por eso tiene otro nombre además de Legión, porque es un rango más alto que los otros.
   ​-No-Le dijo-Es algo más. Señor Shigeo, ¿A usted le suena el nombre "Virgil"?
   ​Shigeo negó con la cabeza. Miró al otro chino: "Busca ese nombre".
   ​-P-pero, puede ser un nombre normal, ¿Busco un tipo de significado antiguo?
   ​-Sí. Busca en forma bíblica, en libros antiguos, en mitologías de todas las religiones antiguas.
   ​-Sí señor-Salió por la puerta.
   ​-Por lo que supe, Gran Sabio, es que Virgil era el hombre que guió a Dante por el infierno. Pero no sé qué significa todo eso.
   ​-Entonces-Syaoran tomó la foto, y la colocó en el centro del pizarrón, conectando todo tipo de hilo en ella-Virgil Legión es la líder de esta banda. Pero no sabemos nada, debemos buscarla-Este miró al Gran Sabio. Shigeo asintió cerrando los ojos con paciencia.
   ​-Para eso te necesitamos a ti, George. Ahora más que antes.
   ​-¿A qué se refiere?-Se volvió a sentar.
   ​-El miércoles estarán en el centro de los franceses. Quiero que tú junto a Haireaki vayan e investiguen a la mula de ese lugar, y si tienen suerte, arrestar a Virgil. Así la podemos interrogar. No Mako, pero gente con capacidades de extorsionar al mismo diablo.
​   George miró a Enzo, pensando que Haireaki se negaría.
   ​-Si no hay problema, se puede intentar.
   ​El rubio asintió.
   ​-Todo está medianamente bien entre nosotros. Creo que salir un poco juntos no hará mal.
   ​-Qué así sea entonces-Enzo se volvió a levantar, ya intentando retirarse. Shigeo, con una sonrisa, le detuvo-Pero antes de que se vayan, y esto es lo último, y a la vez por lo que te llamé. Tenemos algo que necesitamos saber: La familia Favé está involucrada en todo esto, y necesitamos que tú, George, e incluso Enzo vayan a su casa, y que registren todo. Es una orden del Gran Sabio.
   ​-¿Sigue siendo a espaldas de la Gran Sabia Suprema?-Preguntó Enzo.
   ​-Exacto. Si quiero darle información a Mako, será con hechos reales, no suposiciones. Encuentra lo que necesitamos, George. Dispara si tienen armas, sino... al suelo.
   ​-Sí, señor. Pero... ¿Cuándo sería?
   ​-¿Qué tal mañana?-George miró a Enzo, que asintió-Entonces mañana será... Yo los llevaré a la puerta principal.
   ​-Buena suerte. Si tenemos más información sobre el nombre que nos diste, George, sabremos mandártela.
   ​-Claro, señor Guchi.
   ​-¡Ah! Y no te preocupes... tendrás una recompensa.
Recompensa
​   Sonó en su cabeza, como si La Sombra estuviera emocionado de aquella misión, al igual que las pocas misiones que antes había tenido junto a sus hermanos. Algo que George lo veía como algo superior a sus estándares. Quizá por eso también mandó a Enzo a hacerlo.
***

   ​-¿Estarás bien solo?-Preguntó Enzo, ya fuera.
   ​-No te preocupes, de alguna manera llegué aquí, ¿No?
   ​-Es verdad-Rio.
   ​-De hecho-Se acercó Haireaki-¿Puedo tener un momento contigo, George?
   ​-Eh... -Miró a su compañero, le daba una mala espina-Sí...
   ​-Yo los dejaré. Le hablaré a Clifford sobre lo de mañana, para que esté al tanto, ¿Sí?
   ​-Sí. Gracias.

​   Haireaki movió la cabeza hacia el otro lado de la calle para que lo acompañara. George asintió antes de un suspiro, y le siguió.
   ​-El domingo pasado te dije que necesitaríamos un tiempo para hablar... para arreglar las cosas.
   ​-Sí, lo recuerdo.
   ​-¿Puede ser ahora? Lo mejor sería hoy para que mañana ni pasado haya problemas.
   ​-Está bien, no tengo nada que hacer hoy.
   ​-Vale, sígueme-Retomaron el paso, directo a una plaza.
​   Era un pedazo de tierra con juegos para niños, y un par de bancos, todo encima de un verde pasto natural. Se sentaron en uno de los bancos, y empezaron a ver unos niños jugar en la arena. Estuvieron bastante rato viéndolos, como se reían y jugaban, tan infantiles y despreocupados de todo; algo que los dos añoraban.
​   -¿Has visitado la tumba de tu padre?-Dijo al fin, sin mirarle.
   ​-Cada aniversario. No me gusta ir, es como...
​   -Desconocido-Le robó las palabras-Me sucede lo mismo cuando voy al del mío.
   ​-¿De qué querías hablarme?-Le cortó.
   ​-De mí-Bajó la cabeza un poco, con la mirada un poco vacía-Es raro, eso sí. Eres mi rival-Sacó una sonrisa, triste-Eres al que siempre desafié, pero tú nunca intentaste protegerte. Desde que tengo memoria de ti, incluso antes de todo lo que pasó con la antigua sabia suprema... Eras el niño que tenía todo, y yo el que tenía que pelear por todo. Bueno, desde la batalla de las escamas, que he estado así... Puede que esto sea lo mejor, pero algunas veces el odio y la ira me impulsan a intentar... hacerte fallar.
​   George no quería hablar. Era su momento, debía dárselo.
   ​-Dí algo...-Dijo.
   ​-¿Por qué...?-Respondió.
   ​-¿Por qué?¿Por qué todo este sentimiento hacia a ti?-Sonrió, desolado-Todo viene de la maldita pelea de las escamas, esa que nos marcó a todos y cada uno de los dragones. Nuestros padres eran amigos, compañeros en el sector. Cuando fueron al distrito de las serpientes a intentar ayudar a Secilia, ella ya estaba muerta, y los estaban esperando. Todos murieron, y si uno quedó vivo, debe estar completamente traumado.
   "Cuando me dijeron que mi padre murió, cuando se lo dijeron a mi madre; no lo entendí. ¿Qué era la muerte para un niño de cinco años? ¿Algo que vio en los videojuegos? ¿Qué le hacía llorar en las películas?... Mi madre me dijo que significaba el final del mundo para la persona, y que estaría en un lugar mejor en... otra parte. Ella se alegró, podría decirse; encontró a un nuevo novio a los pocos meses, pero la dejó por tenerme a... mí. Durante mi adolescencia solo sabía que mi padre había muerto en un momento heroico, pero nunca me dijeron en qué. No sabía, de alguna manera, que mi padre era un dragón. De hecho, lo supe por mi madre, que me lo dijo cuando cumplí los dieciocho".
   ​-Yo tenía dieciséis-Comentó George.
   ​-Sí. Yo no recordaba nada de nuestra niñez, solo que mi padre nos dejó en un momento, y nunca volvió. Intenté buscar a alguien que me ayudara a saber más de él, y llegué a conocer a los dragones. Me costó mucho, perdí mucha sangre y mucho sudor en esos tiempos, mientras mi madre no se preocupaba de su propio hijo, y lo único que buscaba era amor... o simplemente sexo. Estaba solo, y me encontré con Mako. Mako Stormfield Tachibana-Dijo haciendo un arcoíris con las manos-La Gran Sabia Suprema que subió al poder días después de la muerte de su abuela, con la ayuda de los otros Grandes Sabios. Cuando le dije mi posición, no me creyó...
   Se quedó callado un momento, aguantando las lágrimas. George se impresionó al saberlo.
   -Ella me había dicho que conocía todo de ti y nuestros problemas.
   -Eso fue incluso antes de nuestros problemas. Recuerda que empezaron cuando tenías como diecinueve o algo así, cuando era ya porque eras un niño "adoptado" por dragones, querido como dragón, sin ser parte de ellos. ¡Yo también era como tú! Pero... no me dieron nada, ¡¿Cómo que la gran Mako Tachibana no me recordaba?¡Si era el hijo de uno de sus mejores hombres!... Semanas después que me rechazaron en el cuartel general, encontré a un maestro del kung fú que me prestó ayuda para que poder entrar en los dragones. Él lo era, y gracias a él pude entrar en el sistema de evaluación para la iniciación. Era justo el año, y lo pasé con muchas dificultades, resultando una gran sorpresa para todos. Antes de eso, en la promesa con un Gran Sabio, al tocar mi sangre con la de Mako, ella al fin me reconoció. Parecía confundida, y sorprendida a la vez; como si de verdad no se acordara de mí... Y cuando me convertí en dragón, supe lo que eras, y quién eras. Al principio, en nuestra adolescencia, te molestaba por ser huérfano, y por tener a una chica que te cuidara porque eras demasiado bueno y callado para pelear; luego de la iniciación era porque te tenía envidia por ser querido por ser hijo de William; y yo, que era hijo de Yue Fei, Haireaki Fei, no era nadie.
   ​-¿Tú sabes que también me tendré que iniciar?
   ​-Tiene sentido, pero pensé que Mako te lo había facilitado. Pensé que no tendrías que hacer el viaje a las Wildmounts.
   ​-Es verdad, me llevó a Icy DeLuca. Él ha sido mi maestro desde entonces. Gracias a él estaré bien allá arriba.
   ​-¿El hombre que controla el Blitz Motor?
   ​-Sí. El mismo-Sonrió.
   ​-Como siempre-Sonrió-Una suerte increíble... Mi maestro murió días después de mi iniciación, pero pudo reconocer mi animal: El Koi.
​   -¿El pescado?
   ​Haireaki rió un poco.
   ​-Sí, el pescado. Ese pescado que dice la leyenda que avanzó por la cascada de jade desde abajo hacia arriba, donde al final se convierte en dragón. Ese mismo.
   ​-Eso es... increíble.
   ​-Sí. Cuando me convierta en sabio, será el animal que estará en mi espalda junto a Szel.
   ​-Entonces...
   ​-Entonces todo lo que sentía por ti era una especie de... represión. Una ira interna porque eres un privilegiado aquí, y yo tuve que pelear contra todo el mundo para poder ganar mi puesto.
   ​-Y te lo mereces.
   ​-Cosas que aprendes en el centro, George. Es un lugar que algunas veces nadie querría estar.
   ​-Debes enseñarme estas calles-Las sonrisas de los niños se las pegaron.
   ​-Claro. Cuando quieras. Pero ¿Eso significa que estamos bien?-Se levantó.
   ​-La verdad, nunca supe tu historia. No puedo olvidar lo que has hecho durante nuestras vidas, pero las puedo perdonar. Al saber lo que fue tener que llenarte de barro por algo que alguien como yo lo tuvo prácticamente gratis... No lo sé, no es justo de mi parte. Incluso con todo ese dolor, tú seguiste y seguiste.
   ​-Sí, el rencor, la rabia, el dolor... Todo me hizo más fuerte. Aun te tengo un poco de rencor-Rio a carcajadas, George le acompaño- y esto no significa que seamos amigos.
   ​-Para nada.
   ​-Solo somos enemigos de una gran familia, y de alguna manera debemos trabajar juntos cuando sea necesario, y trabajar en contra en las otras ocasiones.
   ​-Sí.
   ​-Eso significa que... tú y yo en una noche por el centro, y esta vez sí que ganaré la pelea, ehh.
   ​-Ya lo veremos-Sonrió-Con el poder del trueno no creo que me ganes.
   ​-¡Ja, ja, ja! Vale, espero con ansias ese día, pequeño George.
   ​-Yo también, señor Haireaki.
   ​Se estrecharon las manos con una gran sonrisa. Al terminar, él se despidió, caminando tranquilamente para perderse en la multitud del centro del barrio chino.

   ​-¡Señor, ¿Nos puede pasar la pelota?!-Le dijo un niño mientras el balón llegaba a sus pies.
​   George sonrió asintiendo y la golpeó a los niños. Ese momento fue un Deja Vu, esa plaza, los niños. Un hombre vestido de la misma manera que él. Movió la cabeza, y empezó a caminar yendo a su moto.

​   Pasando por la calle Mott, en un callejón de esta venía un vagabundo corriendo hacia él, desesperado mirando de vez en cuando hacia atrás.
   ​-¡George, atrápalo!-Era la voz de Marianne, que corría detrás de él.
​   George se detuvo frente al callejón. El chico chocó con él, y cayó al suelo. George ni se inmutó.
   ​-Tenga cuidao, ¡oh!-Dijo este, levantándose-¡Éjeme pasar, rápido!-George lo agarró de la costilla; sin poder salirse de los dos, intentó forcejear-¡Por favor, eñor! ¡Suélteme!
   ​-¿Qué sucede?-Le preguntó a Mary.
   ​-Mi cartera-Se la quitó de las manos-La reputa madre que te pario, chico. ¿Eres imbécil o qué?
   ​-Perdone, perdone, mi señora.
   ​-¡Ni señora ni que nada!-Miró a George, y suspiró-¿Qué haremos con él?
   ​-Eh... ni idea. ¿Qué quieres hacer?
   ​Los dos hablaban sin tomarle atención al chico, que los miraba casi llorando.
   ​-Perdón, ¡Perdón!-Se tiró al piso-Perdón, por favor.
   ​Los dos lo miraron, con unos ojos de monstruo.
   ​-Dime ahora, ¿De dónde sacaste los colmillos?
   ​"Jooooder" pensó George, al escuchar la maldita droga. La seguía a todas partes.
   ​-No, no, no. Yo no hago esas cosas, señora.-Miró a un par de hombres que pasaban por ahí-¡Eh, eh!-Les llamó la atención-¡Ayuda!
​   Como cucarachas, al escuchar su grito, aparecieron y rodearon a los dos. George soltó al niño, que corrió donde sus amigos, y se posicionó para pelear.
   ​-¿Estás listo, George?-Le preguntó, sacando algo del bolsillo. Era pequeñísimo, pero con un botón, se volvió un largo bastón metálico. Dejó el brazo desocupado en la espalda, y se cubrió con lo que era una espada de esgrima.
​   -Mis puños están llenos de electricidad-Sonrió, parpadeando junto a La Sombra.
​   George saltó hacia adelante con una patada giratoria, pegándole en la mejilla de uno, le pegó en la mandíbula al levantar la pierna izquierda, y lo tiró al piso con una patada hacia abajo, gritando lo que era la Primera Habilidad del Blitz Motor: ¡Chesto!
​   Cuando cayó al suelo, miró al de la derecha, que reaccionó tarde. Se agachó, le golpeó la pierna con la suya derecha, y un uppercut para hacerlo volar. Cuando caía, lo agarró de la cabeza, y lo presionó hacia el suelo desde la espalda.
​   Movió la cabeza, sabiendo que venía un puño, y con un golpe kárate, lo dejó inmóvil desde el hombro. Le golpeó en el pecho con la rodilla, y luego lo pateó con la otra en el centro del tronco. Cuando intentó reaccionar, George saltó, agarrando su cabeza, y golpeándola contra el suelo.
​   Colocó su brazo hacia su pierna, y la otra cubriendo su cabeza; esperando a los demás. Marianne se había encargado de un par, quedaba uno. Se miraron y asintieron. El hombre no sabía ni una postura decente, con suerte sabía tirar puños. George se lanzó hacia él, deteniéndose justo en frente, y agachándose, evitó el golpe. Marianne por detrás le golpeó en las piernas con el tubo, y George aprovechó para golpearle en la clavícula con el puño derecho. Mary colocó el bastón entre sus piernas, y lo tiró al suelo moviéndolo al lado.
​   Los dos sonrieron, y celebraron chocando sus pechos.
   ​-Ahora, ¡Díme!-Agarró el cuello de la camisa del último hombre, casi inconsciente-Dímelo todo.
   ​-Mary, espera...
   ​-¡No sabemos nada! ¡Por favor, déjanos!-Ella levantó el brazo, George le detuvo.
   ​-¡Fueron dos Bento y una botella de sake, por favor! No me vengas ahora que no sabes nada.
​   George le detuvo colocando su mano en el hombro de la chica.
   ​-Yo tengo más información que ellos. Relájate, ¿Sí?
​Ella, amurrada, le soltó, desapareciendo por el callejón.
   ​-Sígueme-Le indicó la plaza anterior, moviéndose tranquilos luego de la intensa pelea.

   ​Al sentarse, ella movió su cabello hacia atrás.
   ​-Sí que sabes moverte, monito.
   ​-Es lo que he aprendido estos días con Icy.
   ​-Se nota. Esas patadas son únicas.
   ​-Es verdad-Sonrió.
   ​-Ahora, dime. Que fueron dos bentos, y...
   ​-Lo sé, lo sé...
​   George suspiró y le dijo todo lo que Syaoran le contó. Nada más, ni nada menos. Todo lo que la Gran Sabia necesitaba saber.
   ​-Entiendo, entiendo-Dijo al final-Entonces masacramos a esos rufianes por nada.
   ​-Bueno, igual te robaron.
   ​-¡No me lo recuerdes! Me tomó por sorpresa.
   ​-A cualquiera le podría pasar. Son los suburbios-Recordó a Haireaki-Es un lugar donde algunas veces nadie querría estar.
   ​-Es verdad. Seth me dijo que estarías por aquí. Gracias por eso-Sonrió.
​   -¿Qué tramas?
   ​-Tengo sospechas, Georgie. Sé perfectamente que David está detrás de esto, y necesito saber cómo. ¿Tienes algo sobre eso?
   ​-Nada. La semana pasada hice misiones pequeñas con los DeLuca, y esta semana investigaré un poco a las mulas.
   ​-¿Te puedo acompañar en alguna?
   ​-Prefiero explicarte una en particular, antes que nos vean juntos. La verdad... sigues siendo una Tachibana.
   ​-Es verdad-Se volvió a amurrar-Es difícil así ahora. Más cuando eres famosa por los centros.
​   -¿Ah, sí?-Ella asintió.
​   -Cosas así las hago a menudo, me gusta pelear contra la gente como esa.
   ​-Es entretenido ganar.
   ​-Sí-Sonreía de lado a lado-Y lo mejor es cuando te piden perdón-Rió-Es genial.

   ​Así, con algunas risas, se juntaron con Seth y Melissa en el Arditch. Estaban en turno Andrew y Sindra, los antiguos. Cuando los vieron, las cosas se animaron más. Aunque Andrew se veía preocupado y torpe en el trabajo, George no tuvo la facilidad de preguntarle. Capaz que se lo estaba imaginando.
​   El día pasó, mientras el sol caía y las nubes naranjas acechaban el cielo. Era el momento de irse.
​En casa, Katherine le llamó. Le habló de su día en clases, mientras él le habló de Haireaki y de su historia. Ella intentó no saber nada de él, pero mientras escuchaba, empezaba a ver de otra manera al rival de su hombre. Eso sí, aunque George le perdonó, ella no perdonaría aquel cuchillo. Para nada.

​   Era tarde, se miró al espejo divisando su ojo, y pensó en lo de mañana.
   ​-¿Qué pasará en la casa Favé? ¿Dónde queda incluso?-Intentó pensar en el norte, recordando al amigo francés quien le había prometido una comida en el Arditch: Jean Paul Poulhazand-Lo llamaré mañana, nos juntaremos con él, para saber más información. Y todo, posiblemente, irá bien.
   ​-Sabes que terminará con sangre, ¿Verdad?-Le dijo La Sombra.
   ​-Puede ser, no confío demasiado en Haireaki. Y Enzo para toda la gente que me rodea tiene mala reputación. Capaz que mañana veamos al real Enzo DeLuca.
Liderazgo
Poder
   ​-Callado. Lo de mañana es la misión del chino, no nuestra. Si dice sí a disparar, dispararemos. Él es el jefe, ni yo ni Enzo.
Confianza
   ​-Sí, y no... aunque te dije que no confiaba en él, acepté ser parte de esto, y debo aceptar sus decisiones.
​   De alguna manera, estaban de acuerdo, y una sinergia apareció en su cuerpo.
​   Melissa le entregó una crema que le había dado Diana, que le serviría para el moretón; y se acostó, luego de colocarse un poco en el ojo.
   ​-Haireaki Fei, ehh...-Sonrió, acostado con un poco de frío. Los recuerdos de Secilia le llegaron a la mente, recordando a su padre. Su sonrisa no se fue-Interesante. Debo preguntarle a Mako qué pasó con Haireaki Fei, y por qué en cierto tiempo se olvidó de su persona. Anótalo.
Recuerdos
Olvido

La Vuelta de la HumanidadWhere stories live. Discover now