~• Capítulo 20 •~

21.1K 1.2K 350
                                    

Damon

Abrí los ojos con toda la luz que entraba por la ventana, me di la vuelta para seguir durmiendo, tenía un gran dolor de cabeza. Moviéndome sentí un cuerpo a mi lado, cuando la vi a ella mis ojos se abrieron como platos recordando lo de anoche.

Era real, no fue mi imaginación, entonces escuchó todo lo que dije, ahora lo sabe.

Miraba, bueno más bien admiraba su belleza astral, de otro mundo. Mis ojos fueron a su cuerpo, ¿qué hace así vestida? ¿Esa camisa es mía? Acerqué mi nariz al cuello de esta y si, es mía.

Pude observar que no lleva sujetador, se le notaban los pezones, sus maravillosos pechos que no he visto y seguro que serían lindos de admirar, me encantaría besarlos, cada rincón de su cuerpo.

Mi mirada viajó a sus piernas, como me encantaría poder tocarlas sexualmente y poder darle el placer que se merece, que no tenga miedo a que mi pene entre dentro de ella. Espero que eso pase algún día.

Gracias al señor que mi miembro no se levantó al verla vestida así.

Me di cuenta de que llevaba una venda en la mano, ¿quién la hirió? Lo mataré.

Agarré su mano vendada y la besé, sé que estoy enfadado con ella, pero no puedo estarlo, no solo la quiero. La amo.

Se movió un poco abriendo sus ojos chocando nuestras miradas, mi orgullo salió a flote — ¿Qué haces aquí? — pregunté serio.

— Buenos días a ti también — su entrecejo se arrugó levantando su torso apoyando su mano vendada al colchón — Quise venir a verte y hablar, pero estabas demasiado borracho para eso.

— Le dije a Daniels claramente que no quería ver a nadie — decía mientras ella salía de la cama.

Se puso de pie y me miró — Te recuerdo que soy la reina, por lo tanto me tienen que obedecer a mí también — y dicho eso caminó a la salida — Quédate aquí, voy a prepararte algo para la resaca.

Mis ojos rodaron en blanco. Cabezota como ella misma.

Quise levantar mi cuerpo, pero el gran dolor de cabeza me lo impidió.

Metí las manos en mis bolsillos buscando el teléfono, no lo encontraba por ninguna parte — Joder — mi mano fue a la mesita de noche, ahí estaba el cabron.

El brillo de la pantalla casi me deja ciego, bajé el brillo, vi miles de llamas, sobre todo de mis padres. Ignoré todo y marqué el número de Daniels.

Tardó demasiado en cogérmelo para mi gusto — ¿Qué pasa, Damon?

— Te voy a partir las piernas cuando te vea — mi tono era de enfado, cabreo total.

— Ah, no se qué decirte. Solo te ayudé como amigo — se quejó.

— Te dejé en claro que no quería a nadie, sin embargo me traes a mi primo y a Amelia — arrugué la nariz — Te pasaste mis órdenes por los huevos.

— Lo de tu primo era una ayudita — escuché su risita — Lo de Ricitos me amenazó con una pistola apuntando a mi cabeza, me exigió que la llevará contigo si no me volaría la cabeza — ¿Que cojones estaba escuchando?

— ¿Qué?

— Lo que escuchas amigo, esa mujer es una fiera, un huracán cuando quiere algo y se lo impiden, la ricitos tiene todo mi respeto y el de todos. Demostró ser una reina de pies a cabeza.

No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Mi mujer amenazando a un hombre? Cuando no era capaz ni de mirar a un hombre a la cara por miedo.

Me siento tan orgulloso de ella, nunca me va a dejar de sorprender — Me has dejado sin palabras.

Mi Reina ✓ Completa  [#I Saga emperadores de la mafia]Where stories live. Discover now