Mi Reina ✓ Completa [#I Saga emperadores de la mafia]

~• Capitulo 48 •~

Amelia

Ha pasado una semana desde el funeral que fue dos días después de su fallecimiento bueno más bien asesinato, me despedí de Ivanna siendo lo más fría posible.

Ver en el tanatorio su cuerpo, sus ojos cerrados que jamás volverán a abrirse. Espero que estés donde estés seas feliz. Aguanté todo lo que pude en el estúpido funeral, el cual quería salir corriendo de allí y encerrarme abrazando a Damon.

Ya no me quedan lágrimas, solo había rabia en mí. Sed de venganza.

Le daba aún más duro a los entrenamientos, había ocasiones en las que me sobre esforzaba demasiado solo dándole al saco de boxeo por las noches. Necesitaba de alguna manera sacar toda la rabia que llevo dentro.

Apenas podía descansar por culpa de la ansiedad de todo lo que ha pasado de repente. Un golpe tan duro que no voy a poder recuperar nunca.

El único que no paraba de llorar su muerte es Damon. En el funeral fue frío, miraba a la nada aguantando todo el peso que tenía encima.

Se derrumbó cuando llegó a casa, lloró durante horas. Lo consolaba lo mejor que podía reteniendo las pocas lágrimas que me quedaban.

Todos se fueron a sus vidas normales. En cambio, yo no he podido hacer mi vida normal. Ivanna era la que me enseñaba, hasta tenía un horario marcado en los que pasaríamos juntas aprendiendo. Esos días acabaron.

Soy incapaz de ir a la cocina simplemente a comer porque sé que si no la veo allí me voy a derrumbar.

Hace unos días que le pedí a Daniels que contratará alguien de confianza para ser la nueva ama de llaves y esa fue Violeta una mujer de más de cuarenta años, no sabría decirte la edad exacta porque no me interesa, cabello negro a media melena ondulado, ojos marrones ante estos unas gafas redondas grandes creo que con ella puede ver hasta otra dimensión, es bastante alta casi uno ochenta.

Se le veía amable, solo cruzamos unas pocas palabras porque desaparezco de su capo de visión todo el día, aparte de que la ignoro. Sé que ella no tiene ninguna culpa de nada, pero no soporto ver a otra en el puesto de Ivanna.

Son las cinco de la mañana y me encuentro en el gimnasio sin parar de darle al saco de boxeo, me hice dos trenzas de boxeadora que llegaban por mis caderas, la ropa deportiva que llevaba es de color rojo y los deportes igual. Le daba al saco solo con las vendas, no quería ponerme los guantes, sentir el saco en mis puños como la cabeza del asesino de mi madre postiza, solo con imaginarlo se me cae la baba.

Aún no he visto quien fue la persona que atacó nuestro hogar, a Ivanna. Necesito ejercitar todo mi cuerpo antes de enfrentarme a ese desgraciado que me quitó a una de las personas más importantes de mi vida.

Escuché el pequeño chirrido de la puerta abrirse, con solo escuchar esos tacones sabía que era Violeta — Señorita Amelia — me llamó, pero no contesté seguía dándole golpes al saco — Ya está hecho el desayuno.

— Guárdalo para cuando se levante Damon no tengo hambre — digo sin ni siquiera mirarla seguía concentrada en hacerme más fuerte físicamente.

— Señorita Amelia, eso mismo me dijo anoche y días anteriores. Debe comer — me mordí la lengua parado con mis ejercicios.

Me di la vuelta — Eso no es de su incumbencia, Violeta. Solo limitase a hacer su trabajo — le di la espalda volviendo a lo que hacía.

— No puedo hacer eso, señorita — arrugué mi entre cejo, está mujer me está enfadando — El señor me pidió que la cuidará como la anterior ama de llaves — la última frase hizo que parará en seco.