Mi Reina ✓ Completa [#I Saga emperadores de la mafia]

~• Capítulo 57 •~

Damon

Después de nuestra bella luna de miel habían pasado cinco meses de volver a la rutina. Ahora mi reina después de entrenar venía a la empresa a trabajar conmigo.

Tenía que ir a la cabaña donde estaba Maze y mi hermano escondidos con Oliver y Artem. Después venía a la empresa.

Hoy llegué más temprano porque Annika me llamó con urgencia. Algo había pasado.

Antes de entrar a mi oficina vi papeles por el suelo. Entré encontrando todo destrozado — ¿Qué cojones ha pasado aquí? — digo con la voz ronca con el ceño fruncido.

— Alguien entró — dice mi hermana mirando mi mesa revuelta de papeles desordenados - No sabemos aún quién lo hizo, pero mira esto.

Me acerqué viendo fotos de mi mujer y una carta con recortes de revista — Vamos a por ella — ahora mi mujer estaba más en peligro que nunca.

— Joder — apreté con fuerza la carta — Haz que Daniels descubra quién fue — ahora debía pensar en la seguridad de mi mujer.

— Eso mismo he hecho. Alguien infiltrado manipuló las cámaras y a partir de las una de la mañana hasta las dos no se graba nada — di un golpe en la mesa con rabia asustando a mi hermana.

Mi teléfono comenzó a sonar. El momento más oportuno para tocarme las pelotas.

Saqué el teléfono viendo que era el alemán, descolgué — Alemán — digo lo más tranquilo posible.

— Ruso — dio un pequeño gruñido, estaba cabreado — He vuelto a Alemania, quería que lo supieras.

— Muy bien. ¿Algo más? Estoy bastante ocupado ahora mismo — que no haya descubierto que su prometida a la fuga está aquí.

— No, no la he encontrado. Es más lista de lo que pensaba — menos mal, pero no me fío de él. Necesito confiar que de verdad está allí y que ella salga del país cagando leches.

— ¿Y qué esperabas? Es sobrina de Evans está muy bien entrenada.

— Su padre me contó todo lo contrario de ella, aunque sabía que estaba muy ciego. Sabía perfectamente como es realmente, pero no que fuera tan inteligente y escurridiza.

— Pues deberías de haber pensado antes, Mikhail — digo saliendo de la oficina.

— Lo sé. Si llego a saber esto me hubiera presentado mucho antes y así no hubiera escapado.

— Alemán, déjala tranquila. No te quiere, ni te conoce. No sabe cómo eres, solo déjala en paz.

— Ella es mía y punto — dice sentenciando el tema. Puse los ojos en blanco, este tío está muy loco — Necesito más mercancía, mándame más pólvora y armas.

— Como digas, ya me dirás la cantidad que quieres. Ahora estoy muy ocupado — quería pasar de él por un tiempo.

— Ya hablaremos, Damon — me colgó.

Volví a entrar — Necesito que encuentres la ubicación de Mikhail. Ya me encargo de esto — empecé a recoger todos los papeles del suelo — Y rápido, por favor.

Ella asintió y salió corriendo de mi oficina. Trabaje en volver a ordenar esta mierda, ahora estaba muy estresado, demasiado.

Mi hermana entró de repente asustándome — ¡Pero quieres llamar antes de entrar! — digo en alto, quiero evitar estos sustos.

— Perdón Damon. No tenía ninguna intención de asustarte — dice cerrando la puerta detrás de ella — Venía a decirte lo del alemán.

— Suéltalo — digo sin separar mi vista de los papeles.