Mi Reina ✓ Completa [#I Saga emperadores de la mafia]

~• Capítulo 40 •~

Damon

Nunca pensé que me pondría de rodillas suplicando, solo me he arrodillado para comer coños. Necesitaba que me perdonará, no soportaba su inferencia hacía mí.
Me sentí tan feliz al escuchar que si me perdonaba, realmente nunca quise decir aquellas palabras, las solté sin más. En seguida me arrepentí de ello. No pienso dejar jamás que esto pase por mi maldita boca.

Cuando la vi con ese vestido de nuevo, mostrando todo de ella quería arrancarle el vestido y follarla antes de ir. Me contuve. Cuando lleguemos al hotel pienso hacer que grité de placer, al día siguiente no va a poder ni andar.

Al llegar y ver a Elena tan asustada pude imaginar porque era, vi su miedo reflejado, conocía ese miedo. El mismo que tenía Amy hacía mí cuando me conoció.

Pensé que se sentiría más cómoda estando con mi mujer. Me quedé a hablar con Alessandro.

— Tu futura esposa es muy guapa. ¿De dónde la has sacado? — entrecerré los ojos.

— La secuestré — sentí su sarcasmo por toda la sala.

— Je, que gracioso — hice una mueca de desagrado.

— Su padre tiene una gran deuda conmigo, me la dio como pago — no sé si es peor mi pensamiento de que la secuestre o que su padre la vendiera como si fuera un trozo de carne.

— Mejor no te digo lo que pienso — si le digo lo que estoy pensando vamos a discutir y no es plan.

Él suspiró — La conocí mucho antes de esto. Ella trabajaba como stripper en mi bar intentando pagar las deudas de su padre. Su padre acabó dándomela como pago.

— Y tú encantado — dije con una sonrisa llena de ironía — Cómo te has obsesionado con ella, ¿verdad?

— Algo así — puso los ojos en blanco, no quería admitirlo, su expresión era fría, pero yo sabía que estaba obsesionado.

También me obsesioné con Amy la quería hacer mía, pero pensé en ella más que en mí y no la llevé conmigo a la fuerza, por no crearle más traumas de los que ya tenía.

Quedamos en silencio por un momento, mi boca se abrió un poco para hablar y decirle lo que estaba pensado porque si no iba a explotar, pero una gran explosión sonó muy cerca de nosotros.

La mayoría caímos al suelo, acto seguido hubo disparos, muchos disparos. Llevé a Alessandro a un lugar seguro, para él no era tan fácil moverse.

Saqué mi pistola que escondía dentro de mi pantalón — ¿Esto que mierda es Alessandro? — digo en alto para que me escuché bien.

Él también sacó su pistola — Las únicas personas que no he invitado, los Galli, están resentidos porque no les invité.

— ¡Me dijiste que tendríamos seguridad! — grité cabreado.

— ¡No lo controlo todo, Damon! — me gritó nervioso.

Escuché que los disparos se estaban acercando y comencé a disparar sin parar. Entonces me vino a la mente Amy.

— Tengo que encontrarla — digo en un susurro.

— Tenemos que encontrar a las chicas — habla en alto para que lo escuchará.

— ¿Crees que no lo he pensado? — necesitaba salir y buscarlas, solo espero que mi mujer no tenga ni un solo rasguño, como tenga alguno mataré a Alessandro — Voy a buscarlas, encárgate de matarlos.

Él asintió. Me agaché odiando un poco mi altura, soy un blanco fácil para las balas. Llegué a una zona donde no había mucha gente.

Empecé a buscar con mi pistola apuntando donde fuera. Uno de los enemigos me reconoció.