~• Capítulo 50 •~

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Amelia

Salimos de aquella sala pasando por los gritos de Giovanni, conozco su voz el instante. Me paré mirando la puerta de donde venían los gritos.

Damon hizo lo mismo — ¿Quieres entrar? — me preguntó algo dudoso.

Negué con la cabeza — Solo me estaba preguntado cómo es que sigue vivo con todo lo que le estáis haciendo.

Maze y Poe son grades profesionales de la tortura, saben cómo mantener una víctima viva el tiempo que es necesario — impresionante — Me dije a mí mismo que jamás le volverías a ver la cara, pero si algún día decides querer enfrentarte a él no voy a pararte.

Le miré directamente a los ojos — Puede que algún día — desvíe la mirada hacia el frente — Vámonos a casa — tiré de él levemente.

Durante el camino a casa miraba por la ventana sin parar de darle vueltas al asunto — Sabes que puedes estar tranquila — la voz de Damon me sacó del trance.

— Ya, se entiende que soy una persona con ansiedad. Es muy difícil para mí quedarme tranquila después de esa información — le miré — Las miles de pregunta no paran de formularse en mi cabeza. Cómo, ¿por qué mi hermana quiere arruinarme la vida si fue ella ya me la arruinó con once años? — esa era una de las preguntas que pasaban por mi cabeza

— Todavía no sabemos si es ella. Y si lo es contactaré con alguien que esté dentro de la cárcel para que se encargue de matarla — me aseguró Damon con palabras fieles y decididas.

— No quita la opción de que no sea ella — y si lo es estoy totalmente dispuesta a viajar a Suiza y hacerle una visita.

Noté como puso los ojos en blanco soportando mis dudas. Quedamos el resto del camino en silencio.

Llegamos a casa de él saliendo un suspiro, me solté el cabello dejando mis rizos libres — Me ha sorprendido tu actitud de hoy.

No entendí lo que acababa de decir, levanté una ceja — ¿A qué te refieres?

— Me refiero a lo cruel y despiadada que te has vuelto. Es como si viera a una Amy totalmente diferente frente a mí — se cruzó de brazos apoyando su espalda en el sofá.

No me esperaba para nada eso. — No sé qué decirte, Damon. Creo que desde ese día no he vuelto a ser la misma. Supongo — le miré a los ojos, ese azul tan bonito que tiene que me cautiva cada día — Lo siento si no te gusta.

— ¿Qué? — salió de sus labios una pequeña risa — Al contrario, me encanta — es respuesta me sorprendió, ¿por qué pensé que no le iba a gustar? — Me gusta tu nueva tu, valiente, fuerza, segura de sí misma, cruel y despiadada, verte de esa manera...— dio unos pasos hacia delante agarrando mi rostro pasando su dedo pulgar por mis labios — Me ha puesto muy cachondo.

Casi me quedo sin respiración al ver su mirada y sonrisa llena de lujuria — Si te dejo que me hagas lo que quieras, ¿me perdonarás?

— ¿Realmente lo que yo quiera? — metió su dedo en mi boca hasta el fondo. Asentí con la cabeza sin poder hablar. Se acercó a mi oído — Entonces arrodíllate y calma lo que has causado en mí.

Baje mi mirada debajo de su cadera viendo su notable erección. Sacó su dedo de mi boca con una sonrisa diabólica, noté como mi vagina se estaba mojando, este hombre me excita demasiado.

Me arrodillé. Mi mano presionó sobre su paquete haciendo un pequeño masaje notando lo excitado que estaba. Él ahogó un pequeño gemido con solo rozarlo, notaba por encima de la tela la magnitud de su pene. Nuca deja de impresionarme lo grande que es.

Mi Reina ✓ Completa  [#I Saga emperadores de la mafia]Where stories live. Discover now