~• Capítulo 33 •~

16.6K 1.1K 201
                                    

Damon

Llegué a la empresa de lo más feliz aunque mi expresión no lo mostrará. Me alegra tanto que mi querida fierecilla se sienta cómoda conmigo.

Entrando al lugar me encontré de frente a mi hermano con el ceño fruncido. Levanté una ceja — ¿Pasa algo hermanito?

— Llegas tarde. Cómo siempre me tengo que encargar de tu mierda, no sé cómo padre fue tan inconsciente de dejarte a ti como heredero de todo cuando estoy yo al cargo más que tú — pobre bebé que está haciendo berrinche porque su hermanito mayor hace lo que le plazca.

— A llorar a la lloreria, hermanito — pasé por su lado — Tenía que encargarme de otras cosas — le decía en un susurro — Como follarme a mi mujer.

Nadie lo escuchó solo él, su cara de asco era un monumento — No quería saber eso — su nariz se arrugó de furia.

De mis labios salió una sonrisa malvada y entré en mi oficina viendo a mi hermana dejar unos papeles — Buenos días, hermanita — Le di un beso en la cabeza.

Ella me miró con un intento de ser dulce — Buenos días, Damon — no es muy cariñosa, aunque con Daniels ese día la vi muy acaramelada.

Me senté frente a ella — ¿Qué tal todo este tiempo? — quería saber lo que ha estado pasando en el entorno familiar después de lo que pasó con mi tía.

Ella suspiró con un poco de tristeza — Todos hemos estado bien, yo he estado bien, pero padre está peor de los que pensábamos.

Mi sonrisa se borró, eché mi torso hacía delante — Entiendo. Ha perdido a sus hermanos que quería tanto. Uno desterrado y la otra acabó siendo una traidora — se lo que siente mi padre ahora mismo.

— Si, está mucho más frío que antes. Está todo el día en su despacho sin tener contacto con nadie, ni siquiera con madre y ella la escucho llorar todas las noches cuando voy de visita. Esto es un desastre, Damon — vi sus lágrimas caer por sus mejillas, ella también estaba sufriendo por madre y padre.

— En realidad ninguno estáis bien. Habéis querido decir que estáis bien, pero ahora me estás diciendo lo contrario. Tú tampoco estás bien viendo el sufrimiento de madre y padre — si ella está así, no me puedo imaginar a mi hermano Luka que está en plena adolescencia — Cuando pueda iré a casa y hablaré con ellos —Se que la herida que tiene mi padre no va a cicatrizar nunca, pero quiero que sepa que yo voy a estar ahí a su lado.

— Gracias, Damon. Cómo siempre con un corazón de oro con tu familia y tu futura esposa — decía con una pequeña sonrisa.

Con esto quedó por terminado el tema. Estuvimos hablando de los negocios legales. Después de eso hablamos de los ilegales.

— El cargamento del alemán ya ha salido de puerto, en unos días habrá llegado a Alemania — dice mi hermana enseñándome las coordenadas.

— Bien, una vez el cargamento fuera de Rusia ya no será más nuestra responsabilidad — miré por encima el papel y lo eché a la trituradora. Ya no sirve, esto es por si se pierde, como no ha habido ningún problema ya no sirve.

— El italiano quiere hablar contigo, ya sabes lo que tienes que hacer — ¿y ahora que quiere el otro?

— Vale, luego lo llamaré — ella se alejó saliendo de mi oficina.

Saqué mi teléfono marcando el número del rey de Italia, escuché un par de veces el pitido. Entonces me lo cogió — Buenas, ruso — habla él

— Buenas, italiano — él, Alessandro, el rey de la mafia italiana. Frío, despiadado y cruel.

Mi Reina ✓ Completa  [#I Saga emperadores de la mafia]Where stories live. Discover now