~• Capítulo 66 •~

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Amelia

No podía creer quien estaba viendo. El hombre que me abandonó, ahora lo tengo en frente después de catorce años, por su culpa fui condenada a un infierno durante años.

Tengo miedo, tengo demasiado miedo. Es mi tercer secuestro y en este mi trauma aumenta.

No podía hablar, gritar o mandarlo a la mierda, nada salía de mi garganta.

Se acercó sentándose a mi lado, no podía ni siquiera mirarle — Muchos años sin vernos, hija — tocó uno de mis mechones — No esperaba para nada que fueras idéntica a mí.

Estoy muy asustada, por favor Damon, ven. Te necesito.

No podía dejar de pensar en él. Es mi refugio, mi esperanza para no derrumbarme y llorar en este mismo instante.

Ahora me llama hija, cuando me abandonó a mi suerte junto a la zorra de su otra hija que es igual que él en personalidad. El único que merece la pena en esta familia es Alessandro.

Ahora que me ha venido mi hermano a la cabeza. Cuando sepa que me han secuestrado y quien es el secuestrador va a arder Troya si se unen ambos va a ver una verdadera masacre.

Sentí un gran dolor en la pierna, bajar las escaleras rodando duele y más de lo que pensaba. Mostré una pequeña mueca de dolor que hice que desapareciera al instante, no quiero enseñar ni un ápice de debilidad, aun así, él lo vio.

— ¿Te duele? — me pregunta al parecer preocupado, ¿no sabe que su infiltrado o infiltrada me tiró por las escaleras?

No abrí la boca, no pienso decir ni una palabra. Tampoco es que me salga la voz.

— No voy a hacerte daño, Amelia, hija — Se agacha frente a mí con una mirada llena de, ¿preocupación? Lo noté por el brillo en sus ojos.

Le mostré una mirada de confusión por sus acciones. Por desgracia mi cara tiene subtítulos y en mayúsculas.

— Eres muy expresiva para no hablar — agarró una silla, se sienta sobre ella muy cerca de mí — Estas confundida, lo sé — intentó tócame la cara, se lo impedí retirándome estampando mi espalda contra la pared.

Ante mi acto de no querer ser tocada bajó la mano — Seguro que tendrás muchas preguntas — dice. No sabes cuantas preguntas tengo, pero no voy a pronunciar palabra — Sé que fuiste secuestrada una vez en Italia cuando fuiste a la presentación de tu hermano — ¿Sabe algo así? ¿Cómo? Él no puede pisar Italia, está en busca y captura según me dijo Aless — Lo sé porque hice un negocio con los secuestradores, enemigos de tu hermano. No esperaba a qué te secuestran a ti y que estuviera el rey de la mafia, mucho menos que estuvieras prometida con él en ese momento, menos mal que Alessandro los mató, si no lo hubiera hecho yo mismo.

¿Él fue quien intentó matar a Elena para hace daño a su propio hijo?

— Eres un hijo de puta — digo con rabia, no me esperaba que lo primero que dijera fuera tan palabrota. Por lo menos puedo hablar.

Sus ojos se abrieron sorprendido porque por fin hablé — Que boquita más afilada, ¿así le vas a hablar a tu padre?

Levante una ceja — ¿Qué padre? Yo no tengo padre. Murió cuando me abandonó a mi suerte, Ángelo Rossi — mi mirada le demostraba total indiferencia.

— Que rencorosa — sí, lo soy. ¿Quién iba a perdonar a una persona que la abandonó y le hicieron lo que a mí? Nadie.

— Y a mucha honra — le muestro una sonrisa sarcástica.

— Me arrepiento desde el primer día que te abandoné a ti y a tu hermana. No os podía traer conmigo por varias razones.

— ¿Por qué? ¿Por qué estás en busca y captura por dejar a tu propio hijo en silla de ruedas y sin bazo? ¿Por qué tienes tantos enemigos que te quieren muerto porque eres un traidor cabron? O mejor dicho, porque mataste a mi madre. Ahora entiendo porque May me apuñaló por la espalda, porque es igualita a ti — digo de forma amenazante acercándome a su rostro — Podrías decirme él porque me has secuestrado y nos dejamos de rollos paternalistas y dejas de ir de padre del año.

Mi Reina ✓ Completa  [#I Saga emperadores de la mafia]Where stories live. Discover now