Mi Reina ✓ Completa [#I Saga emperadores de la mafia]

~• Capítulo 60 •~

Damon

Desperté con un gran dolor de cabeza viendo oscuridad a mi alrededor y una luz que daba a mi cabeza.

Estaba colgando un poco, tenía los brazos encadenados al techo. Levanté la cabeza, pero la luz me cegó y no pude.

Miré al frente viendo a dos hombres grandes, anchos como si les fuera a petar los músculos.

— El bebé ha despertado de su siesta — dice uno de ellos en forma de burla.

Gruñí — Dijo el gorila — escupí.

— No empecéis a discutir — al parecer mi tío entre toda la oscuridad con las manos de los bolsillos del pantalón negro — Hola, sobrino — dice con una amplia sonrisa.

— Hola, violador de mierda — digo con desprecio.

— ¿Así le hablas a tus mayores? ¿Cómo te ha criado mi hermano? Qué mal — los dos gorilas caminaron hacia mí.

— ¡¿Cómo cojones quieres que te hablé si violaste a una niña y a mi hermano?! — grité con todas mis fuerzas echando mi cuerpo hacia delante. Las cadenas impedían que diera un paso.

— No solo eso — los hombres esperaron a ambos lados de mi cuerpo — También pegaba a tu primo — como diga que también lo violó más razones para matarle — Si piensas que, si alguna vez le violé, nunca lo hice.

Acababa de reconocerlo, es un maltratador, un violador y pederasta.

— Te voy a matar — digo con rabia.

— No estás en posición de decir eso — dice — Estoy muy cabreado, me enviaste a mi hermana muerta — se alejó.

Uno de ellos me pegó un puñetazo en el estómago, de mí salió un quejido de dolor — No iba a torturarte si firmabas pasarme todos los negocios como el rey de la mafia — me dio la espalda — Pero después de lo que le has hecho tú y mi hijo a mi hermana cambié de opinión.

— ¿Tanto odio le tienes a tu propio hijo? ¡¿Tanta envidia le tienes que sea mejor que tú en todo?! — grito, pero un puño chocó con mi mejilla.

Escupí sangre y noté como me sangraba la nariz — No le hables así a nuestro jefe, su majestad — seguía burlándose de mí el gorila.

— Chicos, ya sabéis lo que tenéis que hacer — termina por decir Antón antes de salir.

No sentía ni una pizca de miedo. Observé por un momento a los dos hombres preparándome para la paliza que venía.

Los dos a la vez me pegaron puñetazos por todo el cuerpo. De mi boca salió sangre, los quejidos salían de entre mis labios.

Sentía mucho calor por todas las zonas en las que me golpeaban, sobre todo en la cara.

En mi cabeza entró Amy, ¿cómo debe de estar ahora? Se tiene que estar volviendo loca al ver que no estoy. No me arrepiento de haberla dejado tirada. Ella también habría sido secuestrada y tiene un trauma que no ha superado, prefiero que hagan esto conmigo que con ella.

Pararon en seco. Tosí mucha sangre dejando un pequeño charco de sangre debajo de mí.

— ¿Estás bien princesita? — dice uno de ellos.

Los miro y sonrió — Estoy en completa desventaja, estoy atado. Desátame y te enseño a pelear — digo burlón.

— No estás en posición de burlarte de nosotros — uno de ellos le da a una palanca que me elevó separándome del suelo.

Sentí un crujido en mi hombro, creo que me lo han sacado. Gruñí de dolor, no voy a chillar. No lo haré.

— ¿Y si le damos con el bate? — se miran ambos — A ver si se le baja el ego de rey — ya lo bajé. Amy me dio una patada tirándome del trono, ella está sentada sobre él y yo estoy arrodillado a sus pies.