~• Capítulo 38 •~

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Amelia

Me tumbé en el salón en aquel amplio sofá más grande que mi existencia.

Al final decidimos no ir a ver a Irina, él quería ir por mí. No lo permití, estaba cojeando aún más.

Él estaba sentado en las escaleras que estaban cerca del ascensor hablando por teléfono, por su tono y el ceño fruncido que poco más y se le sale de su rostro.

Por todos sus gestos algo no iba bien, cada vez lo veía más enfadado. Mucho más que antes y espero que no tenga nada que ver con Giovanni.

Observaba cada movimiento, cada vez me preocupaba más cada uno de sus gestos.

Dejó de hablar por el móvil, miré hacia delante sentándome con las piernas cruzadas acomodando mi espalda en el cabecero.

Sus pasos eran pesados saliendo de su garganta bufidos constantes, por alguna extraña razón le llamo gatito en los cuatro idiomas. Se sentó muy alejado de mí tapando su cara con sus grandes manos.

No dije nada. Quería que primero se calmará, me acerqué a él arrastrando mi trasero hasta él.

Acaricié su brazo con suavidad apoyando mi mejilla en su hombro, poco a poco sus temblores del cabreo que tenía encima cesaban. Mi toque lo calmaba.

Entonces me atreví a preguntar — ¿Mejor? — dije en un susurro.

Él asintió con la cabeza a la vez que me miraba con una sonrisa.

Le di un dulce beso en los labios — Me alegra saber eso.

Juntamos nuestras frentes con los ojos cerrados. No separé mi mano de la suya haciendo círculos en su dorso.

Abrí mis ojos separándome de él un poco — ¿Qué pasa que te tiene tan enfadado? — ahora sí que me he atrevido a preguntar.

Fijó su mirada al suelo — Han incendiado uno de los depósitos donde tenía valiosos cargamentos — escuchaba atentamente a lo que decía — Por órdenes de mi tío. Esto se ha convertido en una guerra.

Mis ojos se abrieron como platos — ¿Te tienes que ir?

Él asintió con la cabeza — Esto ha llamado la atención del FBI por la cantidad de muertos que ha habido, una de las agentes me tiene en el punto de mira.

— ¿Quién? — Pregunté con curiosidad

— Se llama Natalia, Natalia Roux. La llamamos el cuervo.

Contuve la risa, me hizo demasiada gracia el apodo, prefiero no preguntar por qué la llaman así.

— Por eso toda la seguridad cuando hemos salido. Mi hermano se ha intentado encargar de ello, pero quieren verme a mí — hizo el amago de levantarse, pero se lo impedí

— Si te quieren ver a ti que vengan aquí, tú no te vas a ningún lado estando en este estado — dije con el ceño fruncido

Suspiró con pesadez — Cariño, esta vez no puedo obedecerte.

— Si puedes, porque como no me hagas caso hago que Artem me traiga un sedante — no pienso dejar que se vaya estando tan mal.

Artem estaba siendo últimamente mi nuevo guardaespaldas después del ataque, Oliver e Irina están indispuestos. De Neva no sé nada.

Artem y yo nos llevamos bien, él obedece mis órdenes por encima de las de Damon. Si yo le doy una orden en contra de la Damon el obedecería la mía.

Si quieren su presencia que vengan ellos mismos y si no, iré yo misma sin que Damon se entere, se cómo lidiar con la policía.

Salió de sus labios una sonrisa picará — ¿En serio?

Mi Reina ✓ Completa  [#I Saga emperadores de la mafia]Where stories live. Discover now