~• Capítulo 26 •~

14.8K 907 119
                                    

Amelia

No podía creer que fuera una de mis guardaespaldas. Ella solo me llevó los zapatos, no está demostrado que ella lo puso ahí.

Damon se puso a hablar por teléfono. Creo que la salida se cancela, espero que no me deje en estas cuatro paredes.

Me sentí en un agujero cuando me contó que solo nosotros cuatro sabíamos del plan. Pensé que moriría en sus manos por algo que no hice. Menos mal que tiene un gran corazón y desde el principio sabía que yo no había sido.

Miraba al pasillo donde él, no paraba de dar vueltas.

Me levanté, metí la mano donde estaba el micrófono sacando este. Escuché como Damon dejo de dar vueltas y venir hacía mí.

— Tengo que llevar eso a que lo analicen — se lo di.

— ¿Tienes? ¿Me vas a dejar aquí? — le puse ojos de cachorro, me besó la frente.

— No sé cuánto tardaré, no quiero arriesgarme a que te encuentres mal si estamos fuera — mis ojos eran aún más tiernos, sé que él no se puede resistir a mis ojos — Está bien, te llevaré conmigo. Si te encuentras mal en algún momento vienes a casa de cabeza.

Asentí a la vez que decía — sí, mami — con un tono de voz de cría, cuando quise darme cuenta estaba en sus brazos — ¡Damon! — levanté un poco la voz con la mía habitual — ¡Se andar no tengo dificultad para eso!

— Y eso a mí no me importa, te cuesta mantenerte en pie sin esa horrible muleta — no si cualquier excusa es válida para tenerme en sus brazos.

Entrecerré los ojos todo el camino hasta el coche donde nos esperaban mis tres guardaespaldas. Si, venía Irina. Damon quería dejarlo en secreto para confirmar si fue ella o no.

Para mí había un ambiente muy pesado. Ojalá y no sea Irina la traidora. Le tengo bastante cariño a mis guardaespaldas, sobre todo a Oliver.

Fuimos a uno de los depósitos donde nos esperaban Iván y el gilipollas de Daniels.

Salimos, yo salí del lado contrario a Damon, no quería que levantará de nuevo, me daba mucha vergüenza.

Llegué a la posición donde estaban los tres hombres.

— Vaya, Ricitos. Te veo mejor — decía con una sonrisa de oreja a oreja.

Le giré la cara con desprecio, estoy de su apodo hasta el mismísimo coño.

— Deja a mi mujer en paz, si no quieres que cumpla con mi propósito y te parta las piernas — dijo Damon con el ceño fruncido.

Daniels sonrió de forma burlona, pero se le cambió cuando hablé — Yo no sé qué haces que no se los has partido ya — miraba a Damon con una ceja levantada.

— Dejemos está conversación de mierda y entremos ya — interrumpió Iván, no había escuchado ni una sola palabrota salir de él, se ve tan educado. Es normal estar hasta los huevos de nosotros.

Me agarré del brazo de Damon, me costaba mantenerme en pie por el dolor muscular leve que tengo.

— ¿Que haces aquí Ricitos? — se acercó a mí Daniels con una sonrisa de oreja a oreja.

Fruncí el ceño mientras le miraba de reojo — Lo que a ti no te importa — le giré la cara otra vez con desprecio. Me molesta su puta presencia.

Escuché que se reía y se alejó de mí. Por favor toda la vida a cincuenta metros de distancia.

Mi Reina ✓ Completa  [#I Saga emperadores de la mafia]Onde histórias criam vida. Descubra agora