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Maia Montero

Los días han ido pasando y con ellos el segundo período lo cual me aterra, porque cada vez es más ajetreado y no sólo eso, más complicado. En cuanto a mis amigos, Alaia esta cada vez mejor con Miguel, siempre nos cuenta que es maravilloso y me hace feliz verla así. En cuanto a Layla ¿Qué digo? Ella es feliz con Mauricio y aunque me duele por Horacio, es mi mejor amiga y estoy feliz por ella. En cuanto a Darío hace dos días me contó que conoció a alguien y eso en lo personal es de sorprender, vamos a ver que pasa. De Antonio sólo puedo decir que por más fiestero, es un gran estudiante y me enorgullece decirlo. De Horacio lo veo raro, como que algo pasa pero no me quiere decir.

Y en cuanto a mí, algo muy complicado de contar, desde aquella noche que le hablé seria a Cecilia ahora me escribe todos los días, hablamos un rato y cuando me ve está más calmada, algo que agradezco, vuelve a ser la Cecilia que estuvo a mi lado cuando supe lo de Lorena. En cuanto a Cecilia es gran amiga de mi madre pero me aterra porque ahora mismo entiendo que jamás dejé de amarla, que la necesito y que nunca podré decirle que no puedo dejar de amar, pase los años que pasen.

-Hey - dicen y alzo la cara para ver a Horacio -
- Siéntate tonto - digo y se ríe para sentarse a mi lado y me apoyo de su brazo -
- ¿Todo bien? - pregunta y miro por el ventanal -
- No he dejado de amarla - susurro y siento su brazo rodearme en un abrazo -
- Eso lo sabemos chiquita - dice y me rio negando -
- Ella no - susurro y me deja un beso en la coronilla -
- Algún día lo sabrá - susurra y en cierta parte entiendo a mi amigo que no le dice nada a Layla - tengo algo que decirte - dice y me apoyo más de él -
- Dime - digo mirando hacia la calle -
- Opté por un intercambio y me aceptaron, me voy en dos días a Italia, será por un año - dice y me alejo para ver a mi amigo y siento un nudo en la garganta -
- ¿Por ella? - pregunto suavemente y Horacio sonríe de lado -
- Necesito olvidaría Maia, es todo - susurra y me lanzó a sus brazos asombrada -
- Horacio - susurro y mi amigo me abraza más fuerte -
- Sólo prométeme algo Maia - pide y me alejo para verlo - si sabes que tienes al menos una mínima oportunidad con ella, aprovéchala y sé feliz ¿si? - dice y lo miro en silencio, asimilando todo esto -
- Sí - respondo y asiente sonriendo - ¿Te vas a despedir? - pregunto y niega -
- Sabes que no soy partidario de las despedidas - responde y nos reímos -
- Lo confirmo - digo y vuelvo a abrazarlo - Te quiero enano - susurro y cierro los ojos - me harás tanta falta - finalizo y suspiro pesadamente -
- Te quiero chiquita - susurra y me aferro más a él - también me harás falta - susurra y asiento -

Un rato después de hablar volvemos a nuestra última clase de la semana, entre risas y chistes llegamos al salón, pedimos permiso y allí estaba ella como reina sentada leyendo un libro, voltea a vernos y asiente para que entremos, caminamos hasta nuestros puestos, minutos después comenzaron a entrar el resto de los compañeros hasta que estamos todos y Cecilia comienza la clase.



Después de dos horas termina la clase y salimos del salón despidiéndonos de Cecilia quien asiente sonriendo, camino al lado de Horacio y me explica como será todo y en parte me alegro por él, mi celular comienza a sonar, cuando lo saco veo en la pantalla el nombre de mi abuela y le pido permiso a mi amigo para contestar.

Llamada
-¡Abuelita! - chillo y la oigo reír -
- ¿Estás ocupada? - pregunta y sonrío -
- Acabo de salir de clase abuelita - respondo y me apoyo de la pared cerca de la puerta -
- Voy a tu casa por ti, vamos a mi trabajo ¿quieres? - pregunta y me pongo firme -
- Claro abuelita, te espero en casa - digo y nos despedimos para colgar -
Finalizada llamada

Camino hasta donde esta Horacio y retomamos la conversación, caminamos hasta el estacionamiento del campus y lo abrazo fuerte, era nuestra despedida porque me rogó que no fuera al aeropuerto y se lo respeto, lloro de sólo saber que se va y limpia mis mejillas pero aún así me duele que se vaya, se aleja después de dejarme un beso en la frente y susurra a un "Cuídate y sé feliz".

Lo veo subirse a su coche e irse unos segundos después, camino hasta mi coche y me apoyo para esconder mi rostro en mis brazos, mi amigo se va y me duele tanto que sea así. Un rato después me subo a mi coche y dejo mis cosas en el asiento de atrás, me pongo el cinturón de seguridad y prendo el coche para irme a casa.





                                 *********

-¡Abuelita! - chillo al verla en la sala y se levanta riendo -
- No grites muchacha - dice y hago muecas para abrazarla luego - ¿Nos vamos? - pregunta y asiento dejando mi morral en el sofá -
- ¡Vamos! - exclamo y sigo a mi abuela -
- Mamá te hemos dicho que no tienes que seguir trabajando, todos tus hijos estamos grandes para mantenerte - dice mamá llegando y mi abuela vira los ojos -
- Ustedes no los tuve para mantenerme, así que nos vemos ahora hija - dice mi abuela abrazándola y sale de casa -
- Te quiero - le susurro a mamá y niega para entrar a casa, yo sigo a mi abuela -

Me subo al copiloto y mi abuela me explica que volvió a casa de los Losano, pero ahora los viernes y eso significa una sola cosa vamos a casa de Cecilia, así que opto por decirle la verdad y que Cecilia fue mi profesora y ahora vuelve a serlo, mi abuela se mantiene en silencio y siento miedo.

-¿Estás enamorada de ella? - pregunta y mis manos tiemblan -
- No - respondo titubeante y mi abuela asiente no muy convencida -
- Harían linda pareja pero ella es casada Maia - dice mi abuela y bajo la mirada -
- Lo sé desde hace tres años abuelita - digo y el coche se queda en silencio en el resto del camino -

Mi abuela se estaciona en aquella casa y resoplo, miro a mi abuela y ella asiente, me quito el cinturón de seguridad y ella hace el mismo acto, nos bajamos del coche y ayudo a mi abuela a bajar sus cosas, hablando caminamos hasta subir las escaleras de entrada, toca el timbre mi abuela y esperamos un momento.

-¡Amelia! - chilla Mauricio y la abraza - enana - me saluda y me abraza -
- Hola Mau - saludo suavemente y al alejarnos entramos a casa -
- Son bienvenidas siempre - dice Mau y mi abuela sonríe encantada -
- Nos vemos hijo - dice mi abuela yendo a la cocina -
- ¿Y tus padres? - pregunto y Mau sonríe -
- Papá en la empresa, voy para allá y mamá supongo que sigue en la universidad - asiento y nos despedimos -

Mau sale de casa y yo voy hasta la cocina para ayudar a mi abuela. Ponemos manos a la obra, así las horas fueron pasando, mi abuela tenía una parte de la casa y yo otra, cuando alzo la cara y veo el reloj de la sala son las 4 de la tarde y en ese momento escucho la puerta principal, giro a ver hacía la entrada de la sala y después de escuchar la puerta cerrarse, oigo unos pasos y esta ella entrando a la sala, sus ojos sorprendidos de verme y sonrío de lado.

-Hola Maia - saluda dejando el maletín en el sofá y sonríe -
- Hola Cecilia - saludo apenada y sonrío de lado -
- Que bueno tenerte aquí ¿vienes con Amelia? - pregunta y antes de hablar escuchamos pasos -
- Señora Cecilia que bueno verla - dice mi abuela y la rubia la abraza -
- Dime Cecilia, ya somos de la familia y te dije que me ayudes con alguien no que tu limpies, Anna me va matar - dice la rubia y ambas ríen, yo sonrío de verlas así, a mis dos amores -
- Bueno hija traje a Maia para que me ayude - dice y niego para escuchar a Cecilia reír -

Después de esa pequeña conversación, mi abuela siguió en lo suyo, yo también y Cecilia subió al segundo piso, lo cual era excelente porque verla me hace irme a otro mundo y así no puedo trabajar. En un parpadeo terminamos y cuando nos dimos cuenta ya cayó la noche, Luciano iba llegando con Emiliana y Mauricio, nos saludan más nosotras vamos de despedida, Cecilia baja y también nos despedimos.

Salimos de casa y bajamos las escaleras para ir hasta el coche, dejo todo atrás y nos subimos, nos ponemos los cinturones de seguridad, mi abuela prende el coche y salimos de la casa de los Losano, prendo la radio y mi abuela maneja hasta casa.

Nací para amarte Where stories live. Discover now