37.

429 30 1
                                    

Layla Losada

-¿Qué? – chillamos Alaia y yo al unísono, Maia se ríe negando –
- ¿Se van de viaje cuando? – pregunta Alaia tan conmocionada como yo –
- El viernes después de clase – responde Maia y asentimos, tomo de fondo blanco lo que me queda de cerveza –
- ¡Maravilloso! – exclama Alaia y yo abrazo a Maia –
- Disfruta Maia Rebecca, hazlo como si no hubiera un mañana – digo alejándome y agarrando sus mejillas –
- Sé feliz Maia, no te preocupes por nada más que no sean ustedes dos – dice Alaia y asiento dándole la razón mientras frunzo los labios, Maia hace un puchero –
- Son las mejores, gracias por tanto – dice y negamos para abrazarnos las tres –

Maia sigue contándonos sobre el viaje, cuando a Cecilia se le ocurrió y nosotras estamos maravilladas, pero la verdad es que tengo rato con un mal presentimiento. No soy capaz de decirle a Maia, ni a nadie, mucho menos a Mauricio, quién no lo entendería. Resoplo y me levanto para ir por unos tragos, Maia se queda hablando con Alaia, camino lentamente hasta la barra.

-Una ronda de cerveza, por favor – le grito al barman quien asiente para servir la ronda –
- Su ronda señorita – dice con una voz que me sorprende, es tan grave y sonrío asintiendo –
- Gracias – digo y me guiña un ojo para irse a seguir trabajando –

Agarro la bandeja de la ronda para irme hasta la mesa, las chicas se emocionan y me rio mientras me siento. Unas dos horas más tarde llega Darío, quién comienza a llamar a Antonio para que también venga con nosotros, y en lo personal me hace muy feliz que estemos todos aquí. Busco mi celular y veo que tengo varias llamadas pérdidas de Mauricio.

-Ya vengo – grito y los chicos voltean a verme –
- Cuídate el dulce – grita Darío y me rio para lanzarle un beso –

Dejo la cartera pero agarro mi celular, como puedo salgo del bar y camino hasta sentarme en la acera frente a mi coche, miro la pantalla mientras pienso en marcarle, respiro profundo y finalmente me decido en llamar a mi novio, miro el capó del coche mientras espero que atienda.

Llamada
-Hola mi amor – saluda Mau y sonrío de lado –
- Vi que tengo varias llamadas tuyas amor ¿ocurre algo? – pregunto y Mau se queda en silencio –
- Quería hablar contigo, que salgamos pero me imagino que estás ocupada – responde y su voz suena triste, algo que me alerta –
- Estoy con los chicos, pero si quieres voy a tu casa y vamos al parque – respondo fingiendo tranquilidad –
- ¿Harías eso por mí? – pregunta curioso y sonrío –
- Voy saliendo para allá mi amor – digo burlona y lo oigo reír –
- Te quiero tanto Layla – susurra y mi corazón se acelera –
- Yo también a ti Mau – susurro para luego colgar –
Finalizada llamada

Me quedo unos minutos mirando a la nada, pensando en ¿Qué puede haber pasado cómo para que Mauricio necesite salir a estas horas de la noche a caminar?. Un rato después me levanto y camino de nuevo hacia el bar, me acerco a los chicos quienes notan mi presencia y todos se quedan a la expectativa, cuando voy a despedirme llega Antonio y todos lo saludamos muy eufóricos haciéndolo reír.

-Chicos ahora sí, debo irme – digo y los chicos se ven confundidos –
- ¿Qué? ¿Por qué? – pregunta Maia y resoplo –
- Mauricio tiene algo y quiero saber que es – respondo y la castaña se alerta al igual que lo hice yo –
- ¿Algo malo? – pregunta Maia y niego, pero más lo hago para despreocuparla –
- No, seguro es de la universidad – respondo y ella asiente no muy segura –

Me despido de cada uno, agarro mi cartera, me pongo el abrigo y finalmente salgo del bar. Camino hasta mi coche donde me subo y dejo la cartera en el copiloto, me pongo el cinturón de seguridad y prendo el coche, para retroceder y comenzar a manejar hasta casa de Mau. Un rato más tarde me estaciono frente a la casa de los Losano, desde que la conozco me siento maravillada, le escribo a mi novio y unos minutos después sale de casa, baja las escaleras y yo me bajo del coche para esperarlo.

Nací para amarte Where stories live. Discover now