Nací para amarte

91.

Cecilia Abbey

-Hey – dicen a mi lado y me giro para ver a mi hermana – ¿Cómo te sientes? – pregunta y tomo de mi copa de champán –
- Noche de mierda – susurro amargada al ver a Valeria con Maia –
- Entiende que el tiempo pasa – dice Lía y viro los ojos –
- Claro, eso es todo – susurro y Lía me abraza, sonrío y veo a Maia con Valeria hablando – permiso – digo y me levanto para caminar hasta salir del restaurante –

Me regaño mentalmente cuando el frio me golpea, pero unos segundos después se me pasa, camino lentamente hasta mi coche y me apoyo de éste. Miro la luna cuando escucho unos pasos pero no me molesto en voltear a ver quién es, hasta que un perfume de hombre que reconozco inunda mis fosas nasales, sonrío y pone una mano en mi hombro.

-Perdóname mamá – susurra y niego para voltear la cara y dejarle un beso en la mano –
- Tranquilo mi bebé, ya pasó y cada quien siguió su vida – digo y alzo la mirada, él suspira –
- Ahora entiendo que el amor no se negocia y aunque no entiendo porque te fuiste, debiste quedarte – dice y suspiro para girar la mirada hasta el restaurante –
- Cosas que pasaron de un momento a otro – susurro y Mau me abraza –
- ¿Cómo te sentiste después del divorcio? – pregunta y me alejo para sonreír de lado –
- En paz hijo – respondo y Mau asiente –

Un rato después de hablar, volvimos al restaurante y nos sentamos a hablar con Tom y Manuel, la velada a pesar de todo, va siendo muy bonita y tranquila, a eso de la medianoche y siendo simplemente pura familia y amigos cercanos de los novios, Eithan pidió un momento para hablar y todos nos volteamos a verlo.

-Primero gracias a todos por estar aquí – comienza un Eithan muy galante y todos sonreímos – Emiliana ven, por favor – dice mirando a mi hija quien se acerca a él – Emiliana no sabes cuanto amo amarte, que sueño todos los días con una historia a tu lado y que le contemos chismes de nuestro pasado a nuestros hijos, proteger a nuestros nietos y vivir siempre a tu lado – siento la mirada nublada mientras me apoyo de Mau – y esta noche delante de toda esta gente tan bonita quiero hacer algo – dice Eithan y busca con la mirada a alguien –

Un chico se acerca y se abrazan, le dice algo y me levanto junto a Mauricio, el rubio se gira y Emiliana esta atenta ante todo lo que hace Eithan, suspiro y siento una emoción increíble, miro a mi hijo y sonríe para abrazarme, vuelvo la vista a los novios y todos estamos impacientes.

-Dilo ya – grita Augusto y nos reímos, Eithan saca la cajita que el chico anterior le entregó –
- ¿Emiliana Victoria te quieres casar conmigo? – pregunta mientras se arrodilla y todos nos quedamos boquiabiertos, mientras que Emiliana está paralizada –
- ¡Sí! – grita y todos aplaudimos –

Nos acercamos a felicitar a los nuevos prometidos, cuando me doy la vuelta quedo frente a Maia y me pasa por un lado para felicitar a los novios, resoplo y camino hasta la mesa, le agradezco al mesero cuando llega con una bandeja de champán, agarro una copa y me la tomo de un trago en fondo blanco, miro hacia los chicos y Maia abraza a Valeria quien le da un casto beso, trago saliva y creo que mi tiempo aquí ya acabó.

Así que agarro mi abrigo y mi cartera, me pongo el abrigo y aprovecho de que todos están con los novios para caminar hasta la salida, me despido de la recepcionista y camino hasta mi coche, me subo y resoplo mientras siento un nudo en la garganta, dejo la cartera a un lado y me pongo el cinturón de seguridad, prendo el coche y doy retroceso para salir del estacionamiento. Recordando toda la noche siento ganas de llorar pero me niego a hacerlo, vine a luchar por ella y debo afrontar que la vida siguió y que ella merecía estar con alguien.

Un rato más tarde me estaciono, apago el coche y me quito el cinturón de seguridad, me quedo pensando mientras miro el edificio y niego para agarrar mi cartera, me bajo del coche y camino hasta entrar al edificio, le hago una seña al portero y sigo hasta el ascensor, al llegar toco el botón y me relajo para esperar.