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-¿No vienes para ir por un café? – pregunta Ángelo y niego –
- Debo hacer algo, te quiero nos vemos – chillo y asiente para abrazarme –
- Cuídate y llámame para cualquier cosa – me rio mientras nos alejamos y asiento para lanzarle un beso –

De verdad no puedo quejarme, Ángelo desde que volví a la universidad incluso desde que le conté todo lo de mi abuela, no se despega de mí. Al igual que mis amigos y aunque no veía a Cecilia, siempre me escribe y es algo que agradezco tanto, jamás podré decir que me sentí sola o me siento sola en este proceso porque sería mentir.

Camino hasta el coche y me subo, dejo el morral en el copiloto y saco el celular de mi chamarra, le escribo a Cecilia para luego dejar el celular en el porta vaso, me pongo el cinturón de seguridad y prendo el coche para salir de la universidad e ir al departamento donde veo a Cecilia.


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Me estaciono en el puesto de siempre y apago el coche, me quito el cinturón de seguridad y agarro el celular para ver si Cecilia me respondió, efectivamente sí, avisando que viene en camino, sonrío encantada y agarro mis cosas para bajarme del coche, camino hasta entrar al edificio y saludo al portero, sigo hasta el ascensor y toco el botón para esperar a que se abran las puertas.

-Disculpa la tardanza – dice Cecilia asomándose en la cocina y me giro para verla –
- Tranquila sólo fueron cuarenta minutos – respondo y sonríe para entrar a la cocina, se acerca a mí y me apoyo del fregador mientras Cecilia apoya ambas manos también en el fregador –
- ¿Qué tal tu día? – pregunta a centímetros, nuestras narices se rozan y yo no puedo pensar mucho teniéndola tan cerca –
- Bien, algo así – susurro y ella asiente pero no aguanto más, la beso –

Me agarra de las caderas y me guía hasta la barra donde me sube, enredo mis piernas en sus caderas mientras el beso se vuelve más intenso, me quita la chamarra y yo le quito el abrigo. Es un beso tan necesitado y anhelado, nuestras respiraciones se vuelven errática, minutos después nos alejamos para respirar.

-Te amo – susurra y sé que estoy sonrojada porque mis mejillas arden –
- Te amo más – susurro y vuelve a poner sus manos en mis mejillas para atraerme a ella en otro beso –

En medio del beso, baja sus manos por todo mi torso hasta llegar a la entrada de mi blusa, me alejo y me la quita para volver a besarnos, mientras que yo voy desabrochando su camisa y un par de jadeos salen de nuestros labios, luego de quitarle la camisa, me agarra por el trasero para pegarme más a ella y así tomar camino hasta la habitación, baja con besos por mi cuello y empiezo a gemir un poco más, hace un camino de besos desde mis labios hasta el cuello un par de veces hasta que llega a la habitación y me acuesta en la cama.




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-¡No! – grito y se ríe – No me hagas spoiler Cecilia – chillo molesta y me intenta dar un beso pero me alejo –
- Esta bien, perdón – dice y niego –
- Eso no se hace – digo mirando la serie y se ríe, volteo a verla y la fulmino con la mirada –
- ¿Tienes hambre? – pregunta y la miro de reojo –
- Capaz – susurro y la oigo reír, sonrío discretamente –
- Voy a pedir algo de comer ¿pizza? – volteo a verla finalmente y sonrío como niña pequeña –
- Hawaiana y vas a comer conmigo – digo angelical y ella hace una mueca pero termina aceptando –

Chillo feliz, después de ponerse una de sus camisas más una braga sale de la habitación y suspiro de sólo ver esa imagen, imagen que se quedará en mi memoria para siempre. Sigo viendo la serie un rato más hasta que después de una hora o quizá más, escucho mi nombre. Me levanto y me pongo una braga más una de sus camisas, camino hasta salir de la habitación, voy hasta la cocina donde veo a Cecilia arreglando un par de platos y vasos, abro la caja de pizza y suspiro de sólo ver aquella preciosidad.

Nací para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora