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Lía Abbey

-¿Has hablado con Cecilia? – pregunta Teresa y asiento –
- En fin de año – respondo suavemente –
- ¿Le dirás a Maia? – pregunta Teresa y me tenso –
- No tengo porqué – respondo seria y Teresa suspira –
- Maia cuando sepa la verdad le va a doler – dice Teresa y me giro a verla –
- Maldición Teresa, nada gano haciéndola sufrir más, cuando tiene problemas de alcohol gracias a Cecilia – digo y Teresa me mira asombrada – su mamá me llamo esta mañana para decirme – comento molesta con Cecilia –
- ¿Ella te gusta? – pregunta Teresa y me quedo en silencio – Maldición lo sabía por eso todo esto – grita y niego –
- No entiendes, ella es una mujer preciosa que no merece sufrir así, mientras que mi hermana esta en no sé donde y no sé con quien – susurro molesta y Teresa se levanta para acercarse a mí –
- Entonces lucha por ella, hazla feliz – dice y sonrío pero niego –
- Maia siempre la va a amar y yo no soy la sombra de Cecilia – respondo triste y Teresa me abraza –
- Yo creo que tú también le gustas – dice y me rio negando –
- Me vio con Juliana y no le importó – digo y Teresa se aleja para verme –
- Acaba con eso de una buena vez Lía – dice molesta y asiento –
- Tienes razón, es hora – susurro y me giro para ver el ventanal –

Me quedo en silencio y un rato después Teresa se despide para irse, Dasha me avisa que tenemos una reunión y aunque intento prestarle atención a la reunión, la verdad no paro de pensar en las palabras de Teresa ¿Me gusta Maia? No sé, todo es tan confuso, sí, admito que tenerla cerca me hace bien, que me aterra perderla, que mi corazón se acelera con ella a mi lado, incluso con cualquier pequeño acto pero no sé si es gusto, si es amor, si es amistad, no sé lo que realmente siento y no quiero perderla.



                                    **********

La reunión termina y le escribo a Juliana para hablar, así que la cito en la oficina porque sé que es el lugar correcto para acabar con todo esto. Teresa tiene razón y debo hacer las cosas bien, por Manuel, porque es el único que no merece este sufrimiento, si Juliana le hará daño que no siga siendo conmigo, me cansé. Las horas fueron pasando y con ellos las firmas de algunos papeles. Hasta que Dasha me avisa que llegó Juliana, le hago pasar y le agradezco.

-Hola mi amor – saluda Juliana y se acerca para darme un beso pero giro la cara y se aleja para verme mal –
- Necesitamos hablar – digo suavemente y Juliana camina hasta sentarse frente a mí –
- ¿Qué ocurre? – pregunta preocupada y suspiro suavemente –
- Esto tiene que acabar – suavemente y la castaña se ríe pero al notar mi seriedad se le esfuma la risa –
- ¿No hablas en serio? – pregunta triste y asiento –
- Por Manuel, son años Juliana, ya basta – respondo y me levanto para ir hasta el ventanal –
- ¿Manuel o por Maia? – pregunta sarcástica y sonrío al pensar en Maia –

Alzo los hombros y Juliana comienza a justificarse, me giro para verla llorando, me tenso y busco la fuerza para no arrepentirme, me acerco a ella y agarro sus mejillas para delinear su hermoso rostro, se queda en silencio y le doy un beso en la frente.

-Si tienes respeto por tu marido, entiende que es hora de acabar – digo y ella niega –
- Te amo Lía – susurra y sonrío para alejarme – si me lo pides lo dejo – cierro los ojos y niego para volver a abrirlos –
- ¿Sabes cuantos años llevo queriendo oír eso? – pregunto y Juliana me mira triste, tocan la puerta y dejo entrar –
- Jefa es el presidente, ya llegó – avisa Dasha y asiento –
- Anda y sírvele, ya voy para allá – digo y ella asiente para irse –
- No te vayas, hablemos – susurra Juliana –
- No hay más que hablar – digo y agarro mi celular –
- Si cruzas la puerta recuerda que no te voy a buscar y que si te hacen sufrir no estaré para consolarte – dice molesta y me detengo frente a la puerta –
- El mayor sufrimiento lo mantuve por años, cuando estuve contigo sabiendo que eras casada Juliana Berlín, gracias por todo y también te amé – me giro a verla y la castaña llora – sé feliz con Manuel – digo y ella niega, sonrío y me giro para abrir la puerta –

Salgo de la oficina y me apoyo de la puerta, cierro los ojos y lloro en silencio, borro las lágrimas y minutos después camino hasta el ascensor, le escribo a Teresa y toco el botón para esperar a que abra sus puertas. Unos minutos después estoy camino a la sala de reuniones, donde entro y el presidente se levanta para saludarme.

-Un gusto verlo – digo y estrechamos nuestras manos –
- Siempre es bueno ver tan bella dama – dice y asiento sonriendo –
- Comencemos la reunión – pido sentándome en la cabecera de la mesa –
- Claro que si jefa – dice el director general de la empresa y asiento –


                                  *********

Las horas fueron pasando y con ella termino finalmente la reunión, salgo de la sala con el presidente y al final del pasillo nos despedimos, él sube al ascensor y me quedo hablando con Dasha del futuro de la empresa, algo que nos emociona demasiado. Camino hasta mi oficina un rato después y me despido de Dasha, entro y ya no sé encuentra Juliana algo que agradezco, comienza a sonar mi celular y contesto sin ver remitente.

Llamada
-Juliana esta echa un desastre – dice Teresa y suspiro –
- Lo lamento – digo y escucho a Juliana al fondo –
- Tranquila, hiciste bien, te quiero – susurra Teresa y colgamos –
Finalizada llamada

-Hice lo mejor – me repito para no recaer –

Al ver la hora agarro mi abrigo y también mi cartera, salgo de la oficina y me despido de Dasha, camino hasta el ascensor y toco el botón para esperar a que suba y que abra sus puertas.

-Hasta luego – me despido del personal de seguridad al salir –
- Hasta luego jefa – se despide Martin y asiento –

Camino hasta mi coche donde me subo y busco alguna señal de vida de Maia, pero la verdad es que nada. Respiro profundo y dejo la cartera a un lado junto al abrigo, me pongo el cinturón de seguridad y prendo el coche, salgo del estacionamiento y minutos después manejo hasta casa de Maia.

Me estaciono frente a la casa de los Montero, me quito el cinturón de seguridad, apago el coche y me bajo para ponerme el abrigo, cierro la puerta del piloto y le paso seguro al coche para caminar hasta la entrada de la casa, toco el timbre y sale Eithan quien me saluda muy animado y me deja entrar, saludo al resto incluso mi sobrina y pregunto por Maia.

-La verdad no hemos sabido nada de ella – dice Anna y frunzo el ceño –
- Yo tampoco – susurro suavemente –
- Deja llamo a Layla para que me diga algo – avisa Eithan y asiento –
- Gracias – susurro y él asiente para irse con el celular –

Al rato llega avisando que están en el bar de siempre, miro a Anna y sus ojos están tristes, me despido y en vez de ir por Maia, decido ir a casa. Un rato más tarde llego a mi departamento y me estaciono, apago el coche y me quito el cinturón de seguridad, agarro mi cartera y me bajo, paso seguro y camino hasta entrar al edificio saludo al portero, que rara vez lo veo a esta hora y sigo hasta el ascensor, toco el botón y espero a que baje.

Maia cuando sepa la verdad le va a doler, viene a mi mente como ráfaga de disparo esa frase que no ha parado de torturarme desde esta tarde cuando Teresa fue a mi oficina y la verdad creo que si no le digo nada es más por miedo a perderla que por amistad, camino hasta la cocina y saco una cerveza para destaparla y acercarme a la sala, me siento en el sofá y pienso en todo lo ocurrido. Suena mi celular y lo busco en mi abrigo hasta contestar sin ver remitente.

Llamada
-Hermanita – chilla Cecilia y resoplo –
- Hermana – digo seca y se queda en silencio –
- ¿Todo bien Lía? – pregunta y miro hacía el ventanal… -

Nací para amarte Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang