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Cecilia Abbey

Llamada
-¿Si? – pregunto mientras espero a Maia en sala de espera –
- Cecilia ha ocurrido algo – dice Anna y frunzo el ceño –
- ¿Qué ocurre? – pregunto y la oigo suspirar –
- ¿Antonio no ha llegado a emergencia? – pregunta y me giro para ir a emergencia –
- Voy a ver – digo y cuelgo –
Finalizada llamada 

Camino rápidamente hasta las escaleras y bajo, en minutos llego a emergencia y veo a los paramédicos entrar rápidamente, me acerco y veo a Antonio ensangrentado mientras lo meten a la sala, cierran las puertas y me detengo a pensar como le digo esto a mi esposa, suspiro pesadamente y veo salir a uno de los paramédicos.

-Disculpa ¿el chico iba solo? – pregunto y el moreno se detiene –
- ¿Lo conoce? Él pedía que llamáramos a Anna de Montero y sabemos que es enfermera de aquí, en el camino la llamamos – comenta el chico y sale el otro paramédico –
- Es mi sobrino político ¿Iba solo? – pregunto y el castaño a su lado niega –
- Iba con otro chico, su identificación decía Horacio Veitia – me paralizo y siento un nudo en la garganta –
- ¿Dónde esta él? – pregunto titubeante y ambos se miran –

                                    **********

P.O.V Maia

-Maia llama a Horacio, necesito que venga – grita Layla y asiento para salir a llamarlo –
- Contesta hermano – digo nerviosa –

Un par de llamadas más sin ser atendidas y entro de nuevo a la sala de parto con Layla, el doctor finalmente entra y aunque Layla le pide que le dé tiempo, las contracciones son cada vez más frecuente y eso podría ser contradictorio para la niña.

-Hazlo – digo y aprieto su mano –
- Mi marido – susurra entre lágrimas mi castaña y hago que me mire –
- Estoy aquí y le contaremos todo ¿Vale? – digo y asiente –
- Okey, ahora comencemos para sacar a esa niña preciosa – dice el médico y Layla me mira, asiento y toma fuerzas para comenzar –

El proceso de parto se vuelve largo y mi amiga está muy cansada, sin embargo, cuando el médico grita que salió la cabeza todo se volvió más cómodo para Layla, tres pujes más y nuestra bebé ya había salido de su vientre, volteo para ver a la niña y llora como si le arrancaron una chupeta, sonrío y le doy un beso en la frente a Layla.

-Lo logramos – susurro y asiente agotada –
- Horacio – susurra y le ponen a la bebé en el pecho –
- Es preciosa – susurro y sonreímos, mientras que su manito se aferra al dedo de Layla – ¿Cómo se va a llamar? – pregunto y Layla sonríe –
- Jade como la abuela de Horacio – le da un beso a su bebé en la frente y sonrío –
- Ya puede avisar – dice el médico y asiento – a Layla la llevaremos a piso – finaliza y asiento –

Le doy un beso a Jade y uno a Layla, le pido que esté tranquila que todo va a estar bien, asiente y salgo de la sala de parto, me quito el gorro de la cabeza y camino hasta salir de la sala, camino hasta el pasillo y sonrío cuando me encuentro a Darío y Dasha, a Lía, a Teresa con Brenda, a Juliana con Blue, a Alaia y Felipe, Emiliana y Eithan, y los padres de Layla, busco a Cecilia pero no se encuentra frunzo el ceño.

-Jade ya nació – aviso y todos sonríen aliviados – ¿Y Cecilia? – pregunto y todos se voltean a mirar y Lía se acerca a mí –
- Maia debes saber algo – susurra y frunzo el ceño –
- Déjame a mí – susurra Cecilia y volteo a verla – ven – me ofrece su mano y nos alejamos unos pasos –

Su seriedad me aterra y mi corazón se acelera, Cecilia me pide que la acerque a ver a Jade y la acompaño hasta donde la tienen, que es la sala de neonatos, nos quedamos viendo a Jade quien duerme plácidamente y volteo a ver a mi esposa, lágrimas corren por sus mejillas y siento un nudo en la garganta, voltea a verme y sus ojos están hinchados de llorar, agarro sus manos y me abraza con fuerza.

Nací para amarte Where stories live. Discover now