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Lía Abbey

Llamada
-¿En serio que no vas a venir Ximena? Nuestro hijo cumple cuatro meses – digo molesta y la pelirroja sólo suspira –
- Lo siento amor, luego salimos – dice y cuelgo –
Finalizada llamada 

Resoplo y entra Dasha para preguntarme si haré algo para Thiago, asiento y sonrío de lado, asiente y le voy diciendo que haremos mientras anota, le agradezco y sonríe para irse, sólo un mes más que nos visitan de servicio social y ya estaremos más tranquilos, pienso en Ximena y las últimas semanas ha sido todo tan caótico, si antes era puro trabajo últimamente es más.

Agarro mi cartera y mi celular, salgo de la oficina y le aviso a Dasha que me voy hasta las 3:00 de la tarde que regreso para la última reunión del día, asiente y le pido por favor que me avise cuando esté todo listo para hoy, asiente y camino hasta el ascensor, toco el botón y espero a que abra sus puertas.

Unos minutos después se abren las puertas y salgo para caminar hasta salir del edificio, hoy no entré al estacionamiento privado, así que me despido de recepción y del señor Vicente, camino hasta mi coche y me pongo los lentes de sol, le bajo el seguro y me subo para dejar la cartera a un lado, me pongo el cinturón de seguridad y activo el Bluetooth para marcar el número de Maia.

Llamada
-Duende – dice Maia y sonrío –
- Te espero fuera del hospital – digo suavemente – pero no le digas a Cecilia, quiero sólo hablar contigo – susurro y Maia suspira –
- Vale, ya salgo – dice y asiento para colgar –
Finalizada llamada

Manejo hasta el hospital y un rato después me estaciono frente a este, veo a Maia salir y camina hasta subirse a la camioneta, le saludo y prendo el coche de nuevo para salir del hospital, manejo hasta nuestra pizzería a las afuera de la ciudad y mientras vamos en el camino hablamos de ¿Cómo van las citas con Cecilia? Me rio pero también me siento feliz por ellas.

-¿Cómo te sientes? – pregunto y volteo a verla un segundo, suspira enamorada y sonrío –
- Feliz, ahora todo es diferente a cuando era la profesora y me hace más feliz aún – responde suavemente y aprieto su mano –
- Ahora me cambias por ella – digo triste y se ríe para darme un beso en la mejilla, nos reímos –
- Te quiero idiota – dice y asiento para entrelazar nuestros dedos –
- Te quiero pulga – susurro y me deja un beso en la sien –
- ¿Y cómo va todo con Ximena? – pregunta y resoplo –
- Ya ni sé, no la veo casi y eso que apenas han pasado dos semanas desde la boda de Layla – digo y Maia murmura –
- ¿Mucho trabajo? – pregunta y me quedo en silencio unos segundos –
- Si – digo seca y la conversación muere ahí –

Llegamos a la pizzería y me estaciono para apagar el coche, nos quitamos los cinturones de seguridad y agarro mi cartera para bajarnos, saco mi celular de la cartera y tengo varias llamadas de Ximena, pongo el celular en silencio y paso mi brazo por los hombros de Maia y entramos al local, buscamos una mesa y caminamos hasta sentarnos a una mesa para dos.

Pedimos dos Hawaiana y agradecemos para seguir hablando, Maia me aconseja con Ximena mientras yo la felicito con Cecilia aunque todavía no son novias, así que tengo que hacer algo con las chicas para que por fin sean novias pero esperaré a Layla al menos que lo hagan antes, pero conociéndolas realmente lo dudo. Al rato llega la mesera con nuestras pizzas y refrescos, así que seguimos hablando pero esta vez de mi enano que ya tiene cuatro meses, así que le haré una pequeña reunión y un par de fotos.




                                 *********

-Pago yo – dice Maia y asiento sin queja –
- Luego pago yo – digo señalándola y se ríe para asentir –
- Gracias – decimos y vemos a la chica irse –
- ¿Vamos? – pregunta y miro mi reloj de muñeca - 
- Sí, es tarde – digo por la reunión y nos levantamos para irnos –

Nací para amarte Où les histoires vivent. Découvrez maintenant