105.

368 38 5
                                    

Tres meses después…

Hace tres meses que mi vida cambió radicalmente, estamos en Julio y Cecilia aún no despierta, aún no la desconectan porque Lía no lo permite y se lo agradezco, me da terror que no reaccione. Hace tres meses que vivo del consultorio a ver a Cecilia, y a duras penas voy a la casa, sólo a cambiarme porque la verdad es más lo que vivo aquí en el hospital.

Muchas veces los chicos han tratado de sacarme para tomar aire e ir a algún lugar pero es definitivo hasta que Cecilia no se levante yo no salgo de aquí, en cuanto a sus hijos están destruidos, ninguno sale de aquí al menos que sea para trabajar y en la tarde los ves de regreso acá porque temen no estar por si despierta y ellos también son parte del porqué no han desconectado aún a Cecilia.

En cuanto a sus padres, están aquí por las mañanas, me voy a cambiar y trabajar, luego nos vemos de nuevo acá en la tarde y así vamos todos los días, desde aquel terrible día, a Marta y César se les nota el cansancio y aunque hemos tratado de hacer que no vengan, son más testarudos que Cecilia y Lía juntas así que eso es imposible, aquí estamos todos.

Las chicas por las niñas deben venir cada ciertos días y es entendible, los tres primeros meses de Brenda ha sido estar en un hospital y no es justo, Teresa debe disfrutar de su maternidad y Brenda de sus padres, resoplo y salgo al pasillo para ver a Miguel llegar y sonrío, se acerca y nos saludamos para caminar hasta las sillas donde nos sentamos a hablar como todos los días.

Y de sus hermanos, Miguel y Lía ¿Qué puedo decir? Son unos hermanos increíbles, están aquí todos los días sin ninguna falta, a veces no puede venir la esposa de Miguel pero casi siempre están los mellizos aquí acompañando a su papá, y de Lía agradecida que Ximena este al cañón con la rubia a su lado. Miguel me va contando como fue su día mientras César y Marta están adentro con Cecilia y unos veinte minutos después llegan los mellizos, nos saludamos y los cuatro nos sentamos a hablar.

-Hola – saluda Antonio llegando y Amanda se levanta a abrazarlo –
- ¿No están muy juntos? – pregunta Miguel y me rio, para levantarme y acercarme –
- Hola chiquito – saludo y Amanda se aleja, abrazo a mi amigo – Miguel se está dando cuenta de todo – le susurro y se aleja de golpe, me mira aterrado y niego –

Acerco a Antonio para que se siente al lado de mí pero entre Miguel y yo, algo que lo puso nervioso mientras César se reía por lo bajito y Amanda lo fulminaba con la mirada, a los minutos de la llegada de Antonio salieron César y Marta no muy bien de ánimos, así que decidieron irse a casa y Miguel le pidió a César que llevará a sus abuelos, el rubio aceptó rápidamente para levantarse y agarrar las llaves del coche de Amanda, nos despedimos y se van.

Miguel se disculpa y va con su hermana, Amanda lo sigue y me quedo con Antonio quien suspira enamorado y me rio, porque estas son horas que todavía no tienen nada serio y no sé que espera este niño para hacer lo que debe hacer. A eso de las 4 de la tarde llegan Mauricio con Lucía y una hora después llegan Emiliana y Eithan, mientras que Lía me llamó para avisar que viene en camino, alzo la mirada y veo a Mau y Emi entrar para ver a su madre y vuelvo la vista al celular para responderle a Lía.





                                    *********

P.O.V Lía

Todavía no puedo creer que ya han pasado tres meses y que Cecilia aún no despierta, resoplo y salgo de la oficina, me despido de Dasha y camino hasta el ascensor, toco el botón y espero a que suba para que abra sus puertas, mientras tanto reviso el celular y veo un mensaje de Ximena avisando que se va en taxi hasta el hospital, sonrío y agradezco tanto tener a mi loca, porque es mi muro para no derrumbarme en estos momentos tan duros, suena el ascensor y alzo la mirada para ver abrir sus puertas, entro y toco el botón del estacionamiento privado, se cierran las puertas y espero.

Nací para amarte Where stories live. Discover now