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Antonio Lizcano

Llamada
-Sí flaca, esta bien, allí estaré – digo aburrido –
- Antonio Lizcano no faltes – dice mi hermana y suspiro para colgar –
Finalizada llamada

-¿Dios Rossane para qué volviste? – pregunto agotado –

Hace dos días que regresó mi hermana a Baltimore según “Mi graduación” en parte si le creo porque jamás ha creído en mí y quiere ver que si lo logré, hermana mayor al fin, viro los ojos y me pongo el cinturón de seguridad, prendo el coche y salgo del estacionamiento de la universidad.

Agarro mi celular y le escribo a Darío para cancelar la reunión de esta noche, ya que llegó la señorita perfecta como la suelo llamar siempre, dejo el celular y sigo manejando, prendo la radio y reconozco esa canción es de Enrique Iglesia y Juan Luis Guerra.

“Si pudiera bajarte una estrella del cielo, lo haría sin pensarlo dos veces porque te quiero”

Voy cantando cuando suena mi celular y miro a un lado para agarrarlo. Todo pasa tan rápido que me quedo paralizado al frenar de golpe, miro hacia al frente y un coche amarillo esta frente a mí, tenía que ser mujer para ser una loca, reacciono y me quito el cinturón de seguridad, me bajo del coche y me acerco al otro coche.

Le toco la ventana y es como ella sale de aquel trance, me alejo unos pasos y ella abre la puerta del piloto para bajarse, me quedo pasmado, es preciosa, su cabello dorado cayendo como cascada, sus ojos verdes, sus labios rosados, se me parece a alguien y no sé a quién.

-Perdón – susurra y niego saliendo del trance –
- ¿Qué? – pregunto y sonrío de lado mientras sus mejillas se tornan rosadas –
- Que me perdone por casi chocar, me llamó mamá y todo fue muy rápido – explica y asiento lentamente –
- Tranquila, también me pasó – digo y asiente sonriendo amablemente – mucho gusto, Antonio Lizcano – me presento ofreciendo mi mano y ella la mirada –
- Amanda – dice suavemente y estrechamos nuestras manos – bueno ya que todo esta bien ¿Me aceptas un café? Como disculpas – pregunta haciendo una mueca de sonrisa y odio internamente a mi hermana en estos momentos –
- Me encantaría, pero mi hermana acaba de llegar al país y debo ir a verla – respondo y ella asiente – pero, ¿Otro día? – pregunto esperanzado y asiente –
- Va, si quieres anota mi número – dice y asiento para correr hasta mi coche –

Regreso con mi celular mientras le quito el patrón y se lo doy para que agregue su número, unos minutos después me lo regresa y me quedo embobado, es tan hermosa, se disculpa nuevamente y niego sonriendo para luego verla subirse a su coche, retrocede y finalmente se va, salgo del trance cuando otros carros hacen sonar el claxon de sus coches.

-Ya entendí – digo irritado y camino hasta subirme a mi coche y me quedo mirando al frente mientras sonrío embobado recordándola – Amanda – susurro y niego para ponerme el cinturón de seguridad, prendo el coche y sigo mi camino –

Un rato después llego a casa y veo el coche de mis padres pero también el coche de Rossane o eso pienso ya que me dijo que ya llegó, respiro profundo y me echo hacia atrás para cerrar los ojos, en un intento de estar en calma, ella pasa por mi mente, sus ojos verdes, sus cabellos rubios y sonrío sin querer, es que Amanda es realmente preciosa, abro los ojos y es hora de salir del coche.

Agarro mis cosas, me quito el cinturón de seguridad y me bajo del coche, resoplo y le paso seguro al coche para caminar hasta la entrada de la casa, saco las llaves de mi pantalón y abro la puerta, oigo voces en la sala y me detengo para reconocerlas, lo hago y ahora quiero salir corriendo, aparece mi nana y sonrío de lado.

Nací para amarte Where stories live. Discover now