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Los meses han ido pasando y todo se ha ido estableciendo de la mejor manera. En abril fue el primer año de la boda doble, aunque también del accidente de Cecilia y ese día ella no salió de casa para nada, así que le avisé a Eduardo que no iríamos a trabajar, ese día nos quedamos en casa viendo películas con Chío. Chío ya esta súper grande y es nuestro guardián, es un lobo precioso que se porta muy bien.

Recordando abril, Brenda cumplió su primer año y fue precioso, Teresa y Tom le hicieron una fiesta de ensueño, realmente es afortunada y bueno sus padrinos le dimos regalos hasta más no poder y eso que a penas fue su primer año. Y en cuanto a Blue ya tiene siete años, esta en segundo grado y es una niña súper inteligente, definitivamente tengo unos sobrinos muy inteligentes y bellos.

-¿Lista amor? – pregunta Cecilia asomándose y niego –
- Te dije que hacer el amor en el baño no era buena opción – vira los ojos y se va con Chío –

Hoy es el cumpleaños número uno también de mi ahijado Thiago, un moreno ojos claros precioso y que todos lo amamos, de verdad que Thiago lo menos que le falta es amor y bueno ahora me arreglo tardía por culpa de mi prometida, así que como siempre vamos a llegar tarde. Diez minutos después estoy lista, me veo al espejo y sonrío, voy con una falta negra dos dedos antes de las rodillas con corte uve en la pierna izquierda, blusa de tirante azul, abrigo a juego y botas largas con tacón color negro como la falda, mi cabello suelto y un maquillaje suave, labial carmín y esto lista, me echo perfume y me giro para agarrar la cartera.

-Vamos Chío – digo y nos sigue hasta la entrada –
- ¿En serio tenemos que llevar al niño? – pregunta Cecilia y suspiro –
- Fue el primer invitado o sino no íbamos, dijo Lía – Cecilia vira los ojos y se pone el abrigo –
- Vamos Chío – dice suavemente al abrir la puerta y nuestro pequeño sale de casa primero –

Salgo de casa y Cecilia cierra, agarra mi mano y bajamos las escaleras para acercarnos al coche, le baja el seguro y le abre la puerta a Chío, nuestro hijo se sube atrás mientras yo rodeo el coche para subirme al copiloto, Cecilia se sube al piloto y nos ponemos los cinturones de seguridad, me da su cartera y prende el coche para manejar hasta casa de Lía, por cierto hace unos meses vendió el departamento y se compraron una casa cerca de la de mis padres cabe acotar.

Voy cantando con Cecilia mientras Chío saca la cara por la ventana y sonrío, agarro la mano de mi prometida y la entrelazo mientras Cecilia maneja hasta casa de mi cuñada, hace un año habría despertado Cecilia de aquel coma medio largo, volteo a verla y la admiro agradeciéndole a la vida que esta aquí a mi lado, que es mi prometida y que tenemos una vida por delante para vivir felices junto a nuestro perro y los hijos que queremos.

-Me sonrojas cuando me miras tanto – susurra y le doy un beso en la mejilla, sonríe –
- Te admiro porque le agradezco a la vida que estas aquí a mi lado – digo suavemente y Cecilia besa mis nudillos –
- Te amo – susurra y sonrío –
- La amo señora bonita – digo y niega riendo –

Un rato después llegamos a casa de Lía, Cecilia se estaciona y Chío se emociona, mientras Cecilia sube las ventanas y apaga el coche, me quito el cinturón de seguridad y me miró por el retrovisor, perfecta. Me bajo y le abro la puerta a mi perro quien corre hasta la puerta de la casa, rodeo el coche y Cecilia se baja, admiro como le queda el enterizo de bello y toma mi mandíbula para darme un beso. 

-Vamos señora Abbey – dice y volteo a verla frunciendo el ceño –
- Yo no me he casado contigo – digo quejosa y se ríe –
- Igual ya eres mi señora – dice y me gira para que camine, me da una nalgadas y me detengo a verla –
- ¡Cecilia! La confianza da asco – digo como ofendida y acerca sus labios a los míos –
- Eso no me decías anoche – susurra y me deja un beso para caminar adelante –

Nací para amarte Where stories live. Discover now