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Cecilia Abbey

Los días han ido pasando y he buscado de todas las maneras que Maia me perdone pero ella sólo es profesional cuando me tiene cerca para asistirla, del resto me ignora tanto que hasta dudo de mi existencia. Tocan la puerta y digo un suave adelante, alzo la mirada y veo al guapo de mi colega y amigo entrar, sonrío de lado y frunce el ceño para terminar de entrar, cierra la puerta y se acerca para sentarse frente a mí.

-¿Todo bien? – pregunta y niego para pegar la cara a la mesa como niña pequeña – recuerdo cuando ibas mal en la universidad y hacías eso – dice y alzo la mirada para reírnos – ¿Qué sucede? – pregunta y suspiro suavemente –
- Es Maia, no he logrado nada con ella, sí, aceptó que la asistiera pero por profesional, no porque me quiera a su lado – susurro y hago un puchero –
- Cecilia te fuiste y la dejaste, no me sé toda la historia pero debes entender que será difícil – dice suavemente y agarra mi mano – ten paciencia – susurra y suspiro para asentir –
- Mañana finalmente conoceré a mi nuera – digo emocionada y Eduardo se ríe –
- ¿Cuándo comienzan los preparativos de la boda? – pregunta y frunzo los labios para subir los hombros –
- Los chicos hicieron una reunión familiar para avisar que será una boda doble – comento y Eduardo me mira enternecido –
- Te brillan los ojos – susurra y me sonrojo –
- ¿Doctora? – preguntan y veo a la secretaria de Maia asomada –
- Entra Lauren – digo y la castaña asiente para entrar –

Me avisa que llegó un paciente y que será operado, que la doctora Maia necesita asistencia y miro a Eduardo quien se levanta y se despide para irse. Suspiro y asiento para seguir a Lauren, camino hasta el consultorio de Maia, toco y escucho un adelante, así que entro y veo a uno de mis exs pacientes, le sonrío y lo saludo, Maia me explica de que será la operación.

-Cordales, me encanta – digo sonriendo y por primera vez desde que nos volvimos a ver, la veo sonreír con algo que digo –
- ¿Comenzamos doctora? – pregunta Maia lista y asiento para seguirla –

No tengo palabras, Maia nació para esta carrera. Ella lo hace con tanta delicadeza, con tanta pulcritud y unos treinta y cinco minutos después esta listo todo, llamamos a la esposa del paciente y ella agradece por él para irse, volteo para ver a Maia y me muerdo el labio pensando en mi próximo paso.

-Eres increíble – digo suavemente y se gira a verme –
- Gracias, es un honor viniendo de ti – responde y vuelve a lo suyo –
- Bueno, cualquier cosa estoy al lado – aviso y alza la mirada, asiente y luego sigue en lo suyo, suspiro suavemente y me giro para salir del consultorio –

Me acerco a mi secretaria y le digo que haga pasar a mi próximo paciente, asiente y camino hasta mi consultorio donde entro y camino hasta sentarme en mi sillón detrás del escritorio, tocan la puerta unos minutos después y permito que entren, alzo la mirada y me levanto para saludar a mi nueva paciente.



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-Y ya sabes nada de chatarra, ni dulces por ahora ¿vale? – digo y la morena asiente – dile a mi secretaria que te saque cita si lo deseas para la próxima semana – finalizo y la chica sonríe coqueta, veo por el hombro de la morena a Maia que se apoya del umbral de la puerta y vuelvo la vista a mi paciente –
- ¿Doctora y no acepta un café? – pregunta y veo a Maia hacer mufas –
- Nos vemos Nina – me despido y ella se ríe para irse –
- Hasta luego doctora bonita – se despide antes de ir con mi secretaria y asiento –

Me apoyo detrás de Maia y la veo haciendo muecas, me rio en silencio y espero a que se vaya Nina, nos despedimos con la mano y vuelvo a prestarle atención a Maia quien se tensa y le toco el hombro, se sobresalta y sale para ir con Lauren.

Nací para amarte Where stories live. Discover now