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Horacio Veitia

Flashback
-¡Horacio! ¡Horacio! – chilla Maia y volteo a verla –
- ¿Qué ocurre? – pregunto entre risas –
- ¡Ven! – dice y me arrastra hasta el otro lado del kínder – Te presento a Layla – dice y me detengo a mirarla –

¡Es hermosa! Es lo primero que dice mi subconsciente al ver aquella castaña ojos café, esa sonrisa tan hermosa y aquellos pequeños hoyuelos que comienzan a asomarse, ofrezco mi mano y la estrechamos.

-Horacio Veitia – susurro mirando fijamente sus ojos oscuros –
- Layla – dice suavemente – Layla Losada – su voz, que hermosa voz –

Nos alejamos y Maia habla de todo, pero yo sólo puedo ver a Layla quien ríe con Maia, me he enamorado y ni grande somos, suspiro y sigo escuchándolas, hasta que llega una amiguita de Maia y también Maia la presenta con Layla, por lo que nos dice Layla es nueva y va a estar en nuestro salón y sonrío encantado de saber que estudiará aquí con nosotros.
Final flashback

-Cuando la conocí me enamoré de ella enseguida – susurro mirando a la nada –
- Lo recuerdo, tus ojos brillaban – dice Maia y nos reímos mientras una lágrima rueda por mi mejilla derecha –
- Enserio me gustó y esos ojos oscuros, esa sonrisa – susurro y la voz se me quiebra –
- Siempre te dije que le dijeras Horacio – susurro y suspiré suavemente –
- ¿Y qué me dejará de hablar? – pregunto y finalmente volteo a verla –
- ¿Y si no? – contrataca y me rio negando –
- Por favor Maia – digo alejándome y me limpio la cara –
- Mírate Horacio Veitia, eres un castaño tan hermoso, con unos ojazos y de persona eres increíble – chilla Maia a mis espaldas y me giro a verla para bajar los hombros derrotado –
- Y aún así ella lo eligió a él – susurro y mi amiga niega –
- Porque eres testarudo y no quieres decirle lo que sientes – dice y se me acerca para abrazarme –
- La perdí – susurro y me acerco a la acera donde me siento –
- Que el tiempo lo diga – susurra Maia y se siento a mi lado –

Un rato después de calmarme y gracias a Maia que esta a mi lado, volvimos a entrar al bar, paso mi brazo por sus hombros y entre risas volvemos con los chicos pero me detengo a mitad de camino cuando Mauricio besa a Layla, trago saliva y aprieto la mandíbula, siento la mano de Maia en mi costado y volteo a verla.

-¿Nos vamos? – pregunta y niego –
- ¡Chicos! – chilla Alaia y volteo a verla para sonreír –
- Hasta que vuelven – dice Layla separándose de Mauricio y levantándose – vamos a bailar Horacio – agarra mi mano y me lleva hasta la pista de baile –

Mi vida no puede ser así de desastrosa, todos se unen a nosotros y cada quien tiene una pareja creo. Un par de canciones y volvemos a la mesa, me siento y comienzo a beber como un desgraciado, como si no hubiese mañana, Maia me mira con tristeza y más brindaba.

-Brindemos por los nuevos novios – chilla Alaia y todos alzan las copas –
- ¡Salud! – gritan y tomo de un trago el chupito –
-Esta noche es especial mi gente – dice un chico con pinta de animador – esta noche viene un cantante desde México, y viene a cantarnos con el alma – todo el mundo aplaude y me sirvo otro chupito - ¡Con ustedes Kalimba! – la gente se vuelve loca incluyendo las chicas y me cruzo de brazo luego de tomarme el chupito –
-Un fuerte aplauso para la orquesta, por favor – la gente aplaude y silba – señores esta noche es especial y quiero decirles que estoy agradecido por estar aquí, vamos con ¡Déjenme si estoy llorando! – pide aquel cantante –

“Déjenme si estoy llorando, ni un consuelo estoy buscando, quiero estar solo con mi dolor, si me ves que a solas voy llorando es que estoy de pronto recordando a un amor que no consigo olvidar, déjenmeeeeee si estoy llorando”

Siento un nudo en la garganta y siento la mano de mi amiga entrelazar la mía, le guiño un ojo y asiente triste, mientras que Mauricio se lleva a Layla a bailar, igual que Miguel a Alaia. Unos minutos después termina la canción y aplaudo con muchas fuerzas, no sé quien es este hombre pero hoy mismo lo amo.

-Ahora les traigo una canción que para mí es muy importante, vamos con Duele – le dice a la orquesta y todos aplauden –

“Es delirante, tan demente no buscarte entre la gente, olvidar que no estas, no me quieres más que nunca volverás. Te metiste en cada capa es eterna la semana, sin estar junto a ti me pesa vivir, regresa voy a morir”

Darío se lleva a Maia a bailar y allí estaba yo bebiendo mientras que aquel hombre canta una de las canciones más tristes que quizás haya escuchado en mi vida, ahora que estoy derrotado luego de perder al amor de mi vida, volteo a verla bailando con Mauricio y riendo feliz, tomo otro chupito y ya ni fuerte se siente el tequila.

Unos minutos después termina la canción y todos vuelven luego de aplaudirle a aquel cantante, canta un par de canciones más para irse siendo aplaudido por todo el bar, miro el reloj de mi muñeca y van a ser las 3 de la madrugada, termino el chupito y me levanto tambaleante.

-¿Te vas Horacio? – pregunta Darío y asiento –
- Vámonos – dice Maia y niego agarrando mi chamarra –
- No te vamos a dejar ir así – dice Antonio y sonrío –
- Mejor vamos todos caminando y mañana pasamos por nuestros coches – dice Miguel y todos aceptan –



                                      ********

“Porque duele, duele tanto amarte así, la ilusión se me escapa, me deshace despertar y no tenerte aquí, siento que me mata, duele tanto amarte así”

Cantamos a todo pulmón por todo el camino Darío, quién me abraza y Antonio mi otro compañero de borracheras, escuchamos al resto reír pero entre nuestra ebriedad vamos los tres cantando como si estuviéramos en un concierto.

-¿Cómo decía la otra canción? – pregunto y Darío se detiene para pensar –
- ¿La primera? – pregunta Antonio y asiento –

“Déjenmeee si estoy llorando es que sigo procurando en cada lágrima darme paz, pues el llanto le hace bien al alma si ha sufriendo perdiendo la calma y yo quiero olvidar que tu amor, ya se fue”

Maia se nos une y nos reímos de lo horrible que cantamos ebrios, pero aquí en este momento junto a mis amigos es donde me siento en paz, pero también muriéndome por recordar que perdí a Layla, un rato después llegamos a mi casa.

-Llámame cualquier cosa Horacio – dice Maia y asiento lentamente –
- Los quiero compañeros – grito, Darío y Antonio alzan las manos y me rio – te quiero chiquita – digo y le dejo un beso en la frente –

Me doy la vuelta y camino hasta la puerta donde hago marioneta para abrir la puerta, luego de lograrlo entro y me quito la chamarra, camino hasta el sofá donde me lanzo y nombrándola en susurros me quedo dormido.

                             



                                 *********

-Muchas gracias – digo y sonreímos –
- A usted por aceptar – dice el rector y estrechamos las manos – la secretaria te dará todos los papeles para que llene el formulario señor Veitia – finaliza y asiento –
- Gracias rector, así será – digo y arreglo mi morral en mi hombro para salir de la oficina, me acerco a la secretaria y ella sonríe encantada – ¡Hola! Vengo por el formulario, me envió el rector – digo y ella asiente –
- Claro que si guapo, ya te lo doy – dice y busca un par de papeles –



Una hora después salgo de rectoría y voy a la cafetería donde veo a Maia pensativa y seria, frunzo el ceño y voy a caja para pedir dos cafés y dos media lunas, pago y espero hasta que me dan lo pedido.

-Gracias – digo y la chica sonríe asintiendo – Hey – digo mientras me acerco a la mesa para sentarme a su lado – ¿Todo bien? – pregunto y Maia me mira, asiente –
- Me imagino ¿y tú? – pregunta y asiento, no tengo la valentía de decirle aún nada –

Nací para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora