Capítulo 9.

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27 de Junio 2015, Boston – USA.

- Cariño... Feliz cumpleaños mi amor. – Susurró la morena acariciando la mano izquierda de su esposa.

Camila cerró los ojos volviendo a pedir a todo lo que podía existir que Lauren abriera los ojos, cada día perdía más la esperanza, y cada noche se recriminaba el ser tan débil para aguantar la situación. Lloraba al saber que su esposa dependía de todas las máquinas, medicamentos y del personal médico que intentaba mantenerle con vida y sacarla de su estado.

- Podríamos comprar ésa tarta de zanahoria que tanto te gusta. – Rió a lo bajo.

Una sonrisa torpe se dibujó en su rostro al recordar todos los cumpleaños de la ojiverde que habían celebrado juntas, en la casa de los Jauregui, en la casa de los Cabello, luego en el pequeño piso en que habían vivido hasta antes de casarse y el último que había sido el año pasado ya en la casa que tenían juntas.

- Por favor, déjame ver tus hermosos ojos.

Se llevó la mano izquierda de su esposa hacia sus labios y dejó tiernos besos ahí mientras el sonido del respirador y el monitor hacían que se sintiera mareada. Detalló cómo la piel de su esposa estaba fría y deshidratada, tenía unas ojeras impresionantes y había perdido peso rápidamente.

Una enfermera entró a la sala para avisarle que su horario de visita había terminado.

- Es su cumpleaños... Podría darme sólo 5 minutos más, ¿Por favor? – Dijo tímidamente.

La mujer asintió en silencio y volvió a salir rápidamente.

- Tus padres y hermanos te envían muchos cariños y felicidades por tu cumpleaños... Estaré con ellos lo que queda del día, Taylor está en la ciudad, y Chris ayer consiguió llamar a tu madre. Estamos todos ansiosos de que despiertes.

Se acercó a la cama con cuidado y dejó un leve beso en los labios de su esposa, pero no hubo respuesta.

- Por favor, despierta, te extrañamos, todos... Incluyendo el pequeño Cameron que está ansioso de escuchar la voz de su mamá Lauren... Nos vemos mañana mi amor. Te amo.

...

30 de Junio 2015, Boston – USA.

Aquella mañana se había sentido extraña. Se sentía agotada y mareada, pero lo adjudicó a que llevaba días sin poder dormir, y por lo mismo decidió que se quedaría en la casa de sus padres hasta que Lauren despertara o al menos saliera del estado grave.

Entre sus manos tenía una de las sudaderas que su esposa usaba para entrenar de la U.S Army con las letras negras impresas, ya no tenía el perfume de la ojiverde, pero sentir la tela familiar entre sus dedos le calmaba de una forma extraordinaria que la morena nunca imaginó.

Su madre estaba en el otro lado del salón tejiendo pequeños patucos de lana en todos los colores posibles para el pequeño Cameron.

- Sofi me ha llamado, me ha preguntado si te gustaría que viniera de visita ahora que tendrá unas semanas de vacaciones en la universidad. – Mencionó su madre rompiendo el silencio.

Sus párpados se abrieron sorpresivamente. Su hermana menor, de 18 años, estaba en su primer año en la facultad de diseño en Nueva York, Camila solía hablar bastante con ella hasta que Lauren se había ido a Irak, desde aquel día algo había cambiado dentro de la arquitecta.

- No quiero que tenga problemas en la universidad mamá, de verdad. – Dijo desanimada la morena.

Observó cómo su madre mantenía la calma para luego soltar un fuerte suspiro y volver a trabajar con la lana.

Amor inmarcesible. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora