Capítulo 21.

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3 semanas después, Julio 2016. Boston - USA.

La suave lluvia y Hotel California en la radio acompañaban los pocos kilómetros que faltaban para llegar a Boston. Su cuerpo agradecía que la temperatura en la ciudad fuera mucho mayor a lo que había vivido en el lago. Estaba por atardecer y en su mente quiso negarse lo ansiosa que estaba por volver a casa, se quería hacer creer a sí misma que aquel nerviosismo era por volver a ver a su hijo y no a su esposa.

Dejó escapar un suspiro al sentirse culpable de haber dejado a su pequeño durante aquellas tres semanas, pero estaba segura que tanto Camila como sus padres y sus suegros habrían cuidado bien del ojiverde.

Al entrar a la ciudad bajó la velocidad de la camioneta mientras el osado atardecer se colaba entre los edificios, el sonido de la guitarra retumbó agradablemente contra sus tímpanos. Era una dulce contradicción, no quería ver a Camila pero se moría por besarla, se moría por escuchar su voz, por ver aquella sonrisa, por atrapar a la morena entre sus brazos y no dejarla ir, qué locura.

Cuando aparcó a la entrada de la casa otra vez volvió a sentir que había llegado a su hogar, las luces encendidas le daban una cálida bienvenida y luego de sacar el bolso, las cañas de pescar y cerrar la camioneta, sus piernas comenzaron a temblar. Quería correr al encuentro con su hijo, pero quería escapar en dirección contraria para no comenzar más peleas con Camila.

Entró en la casa intentando hacer poco ruido al suponer que quizás por la hora su pequeño hijo estaba durmiendo, pero grande fue su sorpresa cuando al entrar se encontró con Camila sujetando al pequeño ojiverde por ambos brazos. Cameron estaba caminando un poco más seguro que la última vez que lo había visto.

- Ey, mi campeón.... Ven aquí. – Estiró los brazos de los cuales Cameron se sujetó rápidamente.

Abrazó al pequeño apretándolo contra su cuerpo para luego tomarlo en brazos y dejarle cariñosos besos en el rostro.

- Hay comida, por si deseas cenar. – Dijo Camila un poco tímida.

- No tengo hambre... Estaré jugando con Cameron hasta que le de sueño, yo lo acuesto. – Respondió Lauren sin hacer mucho contacto visual.

...

Camila subió hacia la habitación donde apartó una de las maletas que estaba sobre la cama, aquella tarde había estado guardando la ropa de verano mientras con nostalgia intentaba recordar la última vez que sus pies habían sentido la arena cálida acompañada de un abrazo por parte de Lauren.

¿Hacía cuánto que no se abrazaban así? Con cariño, con simplicidad e intimidad. Se mordió los labios mientras miraba con culpabilidad las cajas de embalaje que se encontraban en la que había sido la habitación que compartió tantos días y noches junto a la ojiverde. Otra vez se sintió insegura de haber comenzado hacer aquellos ajustes sin decirle nada a la que próximamente sería su ex esposa, temía la reacción de Lauren, por supuesto, la conocía tanto que sabía que la ex soldado se sentiría traicionada.

¿Por qué parecía que siempre hacía las cosas adrede? Cuando nunca había sido así, pese a que Lauren le hubiera dicho que ella la había dañado queriendo aquella no era la verdad.

Se sentía tan frustrada, nunca hubiera imaginado que llegaría un día en que le haría daño a una de las personas que más amaba en su vida, nunca hubiera querido dañar al amor de su vida.

- Ya he dejado durmiendo a Cameron. – Anunció casi murmurando Lauren mientras entraba a la habitación.

Se giró sobre sus pies para poder observar directamente el rostro de la ojiverde. Lauren tenía el ceño fruncido sin entender la cantidad de cajas y maletas que habían en la habitación.

Amor inmarcesible. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora