Capítulo 29.

33.9K 2.1K 544
                                    

Maratón -> 2/4

***

Sus pies golpeaban de forma nerviosa el piso del vagón del metro aquella mañana, quizás dos tazas de café para desayunar habían sido un error. Pasaron unos segundos hasta que sus ojos marrones detallaron que el vagón bajaba de velocidad y llegaba al destino donde ella tendría que bajarse.

Mientras salía por la boca del metro y el frío le golpeaba en la cara se preguntó si aquel día llovería. Sus pies se detuvieron abruptamente cuando se encontró frente al edificio donde quedaba la consulta de la psicóloga con la cual se había contactado para comenzar sus terapias. Su temblorosa mano apretó el botón del doceavo piso en el elevador y luego se miró detenidamente en los espejos del pequeño cubículo que iba subiendo.

Detalló el enmarcado de la puerta, Sara Mayer – Psicóloga clínica. Respiró hondamente y golpeó dos veces con los nudillos. Tuvo que esperar unos segundos antes de que una mujer de su misma estatura con cabellos rizados color negro, pecas sobre las mejillas y unos ojos color almendra le abriera la puerta.

- Tú debes ser Camila. – Saludó la psicóloga.

- Hola... Sí, soy Camila, y usted debe ser Sara Mayer. – Respondió tímidamente la arquitecta.

- Venga, adelante...

El ambiente de la consulta era agradable, las paredes estaban pintadas con un leve color celeste, un par de cuadros de Picasso y dos grandes sofás que se encaraban separados por una mesita baja que tenía un par de tazas de color blanco.

- ¿Café? – Preguntó Sara.

- No, gracias. – Respondió rápidamente.

La psicóloga le hizo un gesto con la mano para que la arquitecta se sentara en uno de los sofás el cual era más cómodo de lo que parecía. Pestañeó nerviosamente cuando la mujer de rizos se sentó en el que estaba del otro lado con una pequeña sonrisa.

- Bueno, ¿Cómo te sientes hoy, Camila?

Sintió cómo el estómago le daba un vuelco dentro de ella, la pregunta parecía tan sencilla que le daba miedo... ¿Cómo se sentía?...

Abrió los parpados un poco mientras intentaba que su cerebro diera finalmente la orden a sus labios y lengua para dejar escapar algún par de palabras.

- Bien... - Susurró casi imperceptiblemente.

- Camila, ¿Sabes que todo lo que digas aquí quedará entre nosotras, no? – Dijo Sara elevando las cejas.

- Claro, claro... - Murmuró torpemente.

- Bueno... Quizás deba intentarlo de otra forma... ¿Por qué estás aquí, Camila?

Jugó con el dobladillo de su camisa de forma nerviosa mientras Sara le miraba con especial atención.

- Me he divorciado hace unas semanas y dentro de otras tendré un juico con mi ex esposa para la custodia de nuestro hijo... - Dijo con un tono neutro.

- ¿Cuánto años habéis estado juntas?

- Siete, pero de matrimonio sólo dos... Cameron tiene un año y un mes.

La mujer le regaló una diminuta sonrisa. Camila respiró aliviada por haber respondido la primera pregunta, le agradaba además que la psicóloga no estuviera haciendo notas o algo por el estilo, realmente parecía una conversación cotidiana.

Amor inmarcesible. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora