Primera Parte: Dolor y lamentos XIV

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BADRU

El viento arrastraba polvo, por lo que se vio forzado a cerrar los ojos.

Caminó durante varias horas hasta llegar a Menfis y alquiló un asno. Como este era pequeño, sólo lo montaba Amunet o, bueno, nadie realmente.

Perdió la cuenta del tiempo que transcurrió hasta que entraron en la casa que debería haber sido de los dos. Ya deberían estar casados...

Al parecer, los dioses querían que prepara su funeral y no su boda. Sólo en ese instante se dio cuenta de que nadie más que él la despediría. Nadie más la quería, al menos, no entre los vivos.

Despejó la mesa de madera más grande en su posesión. Colocó a Amunet sobre ella, le corrió algunos cortos mechones de su frente y salió de su morada. Devolvería el asno y contrataría una humilde balsa, la que sus ahorros pudieran permitirle.


Eclipse Rojo (Luna Negra II)Where stories live. Discover now