Tercera Parte: Nuevos Reyes III

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KAFELE

Hondo y sus hombres se hallaban en la guarida una vez más. Las armas robadas no eran muchas, aunque era mejor así, para que no naciera la sospecha y los hicsos no descubrieran su objetivo.

En total, habían conseguido siete espadas, doce flechas y cinco puñales, todos más desarrollados que los egipcios, ya que el metal no era un accesorio, sino un elemento cortante y letal. Además, uno de los jóvenes trajo consigo una de esas cosas redondas que giraban. Era de madera, pero creyó que podía servir para algo. Quizás, su mayor función sería comprenderlo mejor, nada más.

Como la tarea de transformar las armas en unas que se pudieran manipular sólo podía ser llevada a cabo por Kafele, pidió que lo dejaran sólo en una habitación de tamaño mediano.

Y puso sus manos a la obra...

Las horas transcurrieron sin previo aviso y Khepri se asomó joven por el horizonte y se ocultó por este mismo como una bola de fuego anaranjada llamada Atum.

Había realizado varios intentos. No todos fueron un fracaso, pero sí la mayoría. Los "exitosos" aún necesitaban retoques, serios retoques.

El problema estaba en que todas las suposiciones que había formulado, ahora se veían frustradas por la cruda realidad. Antes, había estado forzado a depender de su imaginación relacionada con lo poco que había podido observar, pero tener esos objetos frente a sus ojos era algo totalmente diferente. Había tantos detalles, tantos ángulos... tanto que no había previsto. Los tamaños no eran los mismos, la dureza era mayor y el brillo que reflejaban era cegador. Si iban a reemplazarlas, debían lucir idénticas, o no las usarían.

Tuvo que cambiar las palabras del hechizo que había pensado y ajustar el espejismo a los cambios de luz. Observó los materiales por los medios convencionales, pues sus poderes no servían de mucho. También debía asegurarse de que los cortes efectuados y los daños provocados fueran lo más similares posibles para que, como máximo, creyeran que necesitaban afilar las cuchillas.

Tras demasiados esfuerzos para su gusto, logró adaptar su creación a la de los hicsos. No era perfecto, pero no era nada que no pudiera arreglarse luego de una buena noche de sueño.

Eclipse Rojo (Luna Negra II)Where stories live. Discover now