Aphrodite [JenLisa]

Capítulo 6

La puerta de la habitación del hotel se cerró con fuerza, despavilando a Jennie quien, como en un auto reflejo, tomó su celular, las llaves y salió detrás de Lisa.

-¡Lisa! -gritó, pero las puertas del elevador ya se habían cerrado.

La surcoreana maldijo entre dientes y comenzó a descender por las escaleras con rapidez. Eran solo tres pisos, si no se detenía en ninguno, el elevador podía ganarle con facilidad.

-¡Lisa! -volvió a llamarla, al ver como salía del elevador dirigiendose hacia la salida del hotel.

La pelinaranja se dió la vuelta, secandose con las manos unas lágrimas que habían caído de sus grandes ojos.

-¿Jennie? -su tono reflejaba sorpresa.

-Déjame acompañarte -se ofreció, pero ella rápidamente negó con la cabeza.

-No, no. No es necesario.

-Insisto. ¿Tienes auto?

Lisa volvió a negar, frotándose las manos en un gesto de nerviosismo.

-No, pero...

-Nada de 'peros'. Siento culpa, déjame llevarte en mi auto hacia el hospital...

-

Una vez en su auto, el ambiente se tornó un poco tenso.

-Bonito auto -murmuró Lisa, observando cada detalle del interior de éste.

Claro que el BMW M3 CS de Jennie era un auto bonito, y muy caro también. Era uno de sus "bebés" favoritos.

-Gracias -respondió, sin quitar la vista del frente-. ¿Te dijeron qué es lo que tiene tu amiga?

-No -respondió Lisa, cabizbaja-. Pero desde hace un tiempo que tiene pulmonía, y últimamente no ha mejorado nada...

Jennie absorbió la información y se limitó a asentir con su cabeza, en silencio, pues realmente no sabía qué correspondía responder.

Tras varios minutos de silencio, la morena desvió su mirada de la carretera un momento y la enfocó en Lisa, solo para encontrarla llorando en silencio.

Las lágrimas caían por sus mejillas mientras su mirada de encontraba perdida, mirando hacia la calle por la ventanilla del auto.

Jennie casi entra en pánico al verla así de indefensa y nerviosa. ¿Qué se suponde que debía hacer en una situación así?

Quería abrazarla y de alguna manera recomfortarla, pero estaba manejando y...y prácticamente eran un par de desconocidas.

-¿Lisa? -preguntó con voz temblorosa.

La tailandesa se secó las lágrimas que rodaban por sus mejillas, pero muchas mas continuaron cayendo sin cesar. Su llanto pasó de ser silencioso a algo mas escandaloso e imposible de controlar para ella.

Sus sollozos fuertes y desconsolados hacían trizas el corazón de Jennie, obligando a la castaña a detener el coche en un costado de la acera, para luego desabrochar su cinturón de seguridad y asi poder abrazar a la hermosa chica entre sus brazos.

La abrazó con fuerza y Lisa se aferró a ella, escondiendo su rostro en el hueco de su cuello y liberando su alma mediante el llanto.

-Puedes llorar todo lo que quieras -susurró Jennie en su oído, cerrando los ojos y acariciando su espalda con sus manos.

-Gracias -sollozó-. Muchas gracias, Jennie.

Negó y simplemente la abrazó.

Se mantuvieron así por varios minutos, en los brazos de la otra, abrazándose, hasta que Lisa se soltó, cubriendose el rostro con las manos, avergonzada.