Aphrodite [JenLisa]

Capítulo 20

Jennie rodeó el cuello de Lisa con sus brazos y sus labios salieron al encuentro rápidamente, respondiendo el beso.

Lisa separó sus bocas, respirando agitadamente, para tomar uno de los vasos que tenía en sus manos y beberse el contenido de una sola vez.

Jennie la miró frunciendo el entrecejo y le pegó con suavidad en el cuello.

—¡Oye! ¡Te bebiste mi trago!

Lisa rió y le cedió a Jennie el otro vaso que tenía en su otra mano; su trago, el Crown Mojito.

Sin despegar los ojos de la tailandesa, Jennie la imitó y se bebió todo, vaciando el recipiente de plástico.

—¡¿Estaba rico?!

—¡No tanto como ésto!

Jennie atacó los labios de Lisa por tercera vez en la noche, besándola con fervor y ganas, enredando sus dedos en su pelo color naranja y jugando con éste, mientras las manos de la bailarina recorrían toda su espalda.

—¡Consíganse una habitación!

—¡Debería darles vergüenza, atrevidas!

Los gritos de sus amigas quienes bailaban entre la multitud las hicieron sonreír y separar sus rostros.

—¡Ven conmigo!

Lisa tomó la mano de la morena y juntas cruzaron una puerta, saliendo al estacionamiento privado del club.

—Al fin un poco de calma...

Sonriéndo cálidamente, Lisa arrinconó a Jennie contra una pared y allí, comenzaron a besarse otra vez.

Jennie suspiró sobre sus labios y volvió a enredar sus dedos en su cabello. La lengua de Lisa se introdujo entre sus labios casi tomándola por sorpresa, pero de todas maneras los entreabrió un poco, dejándola pasar.

Ambas lenguas se tocaron tímidamente, conociéndose, sintiéndose por primera vez.

Siguieron besándose y las manos de Lisa fueron al trasero de Jennie, apretando sus nalgas con ganas y deseo.

El beso se tornó un poco más lujurioso y hasta salvaje, sus lenguas ya no se tocaban, más bien se chupaban y sus dientes mordían los labios de la otra con fuerza, dejándolos rojos e hinchados.

No pudiendo aguantar más, Jennie pegó un saltito y enredó sus piernas alrededor de la cintura de Lisa, logrando que ambas gimieran al sentir el roce de sus sexos solo separados por ligeras capas de ropa.

Mientras Jennie le besaba, lamía y mordía el cuello a Lisa, la menor aprovechó para meter sus manos debajo del pequeño vestido de la morena, causando que ésta gimiera y se retorciera sobre ella.

Las manos de Lisa encontraron la delgada y pequeña tanga de Jennie. Antes de hacer cualquier cosa, Lisa la miró a los ojos.

—Tócame. Tócame, por favor.

Lisa sonrió. No hacía falta nada más, no si se lo pedía de esa manera, con la voz agitada por la excitación, los ojos oscuros; cargados de deseo, los labios mojados e hinchados y sus piernas abrazándose a ella cada vez con más fuerza y necesidad.

—Está bien, pero no aquí.

—

Diez minutos más tarde y a pedido de Jennie, las dos mujeres bajaban de un taxi, quedando frente a un alto y muy sofisticado edificio que Lisa reconoció como el de Jennie.

Las puertas del edificio se cerraron y Lisa no pudo resistirse, tuvo que tomar los labios de Jennie entre los suyos...nuevamente.