Capítulo 8 -

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Rosé necesitaba unos momentos a solas, lo sabía y lo entendía, pero aún así, se me hacía inevitable no sentirme un poco ansiosa e intranquila cada vez que la rubia se quedaba a solas en nuestro departamento.

-Madre...

La señora Park, quien escuchaba cual vieja chusma la conversación que se estaba llevando a cabo en la sala principal, se dió vuelta y recuperó su compostura en un cuarto de segundo.

-Linda -respondió sonriéndome dulcemente-, ¿qué sucede?

-Rosé estaba un poco descompuesta y por eso decidió volver a nuestro apartamento -hice una pausa, esperando alguna reacción de preocupación de su parte, pero obviamente nunca llegó.

-¿Y...?

Suspiré.

-Y quería saber si les falta mucho a mi padre y a Youngsoo.

La señora de unos 45 años negó con la cabeza.

-Creo que ya terminaron y ahora están bebiendo algo.

Estabamos a mediados de enero, y como en cada año, tanto mi padre como el padre de Rosé se reunían para hablar y planear acerca de su trabajo.

Mi padre, Daniel Kim, era un director de programas o lo que se conoce como 'PD', y trabajaba desde su juventud para la SBS, mientras que el padre de Rosé, Park Youngsoo, era un poderoso accionista de dicha compañía.

Se puede decir que las amistades entre las familias Park-Kim comenzaron décadas atrás, pues nuestros abuelos son -actualmente, mejores amigos.

Las puertas de la sala se abrieron y mi padre salió caminando, tomado del brazo de Youngsoo, ambos riendo.

-Youngsoo, papá, buenas tardes.

Agaché mi cabeza y ellos me devolvieron el saludo.

-Hija -murmuraron.

Bethany, la madre de Rosé, nos invitó a beber un café en la sala y todos fuímos detrás de ella.

-¿A qué se debe tu presencia en mi hogar, Jen?

En la gran familia que éramos, todos estabamos al tanto de la no muy buena relación que teníamos Rosé y yo con ellos.

Le sonreí al señor Park y bebí un sorbo de café.

-Seré directa. Quería saber si nos pueden dar un poco de dinero a Rosé y a mí. Aunque sea prestarnoslo...por un tiempo.

Mi padre sonrió de manera arrogante, y Youngsoo frunció el ceño.

-Hablando de Rosé, ¿dónde está? ¿acaso ahora eres su paloma mensajera?

Conteniendo las ganas que sentí de tirarle mis zapatos Chanel por la cara, procedí a responderle como la jóven educada y de clase que era.

-Vinimos juntas, pero comenzó a sentirse un poco descompuesta y pensé que lo mejor sería que volviese a casa.

Como de costumbre, nadie hizo ningún comentario al respecto, y un silencio incómodo comenzó a formarse.

Me aclaré la gargante y continué.

-Tenemos pensado invertir el dinero en algo...

-¿En qué?

-Beth, está hablando con nosotros, no te metas, por favor -Youngsoo calló amablemente a su esposa, quien frunció el entrecejo, enojada, pero de todos obedeció.

-Todos los meses les damos dinero, Jennifer, les pagamos sus estudios y-

-Con respecto a los estudios -reí nerviosamente-...hemos abandonado.

Aphrodite [JenLisa]Where stories live. Discover now