Capítulo 23

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Las horas pasaron y así también los días. Nueve, para ser más exacta. Nueve días desde la última vez que Jennie y Lisa se habían visto o habían tenido contacto alguno.

Aunque la mayor de ambas lo había intentado. Y vaya que lo había hecho.

Tragándose su orgullo, y normal mal-genio, la noche siguiente a la del...desastre, llamémosle, intentó contactarse con la tailandesa.

"Hola, Lisa. Soy Jennie" había escrito, como si nunca antes se hubiesen mensajeado.

"Cómo estás? Quería disculparme por haberme comportado como una idiota contigo. Lo siento. Ojalá podamos hablar"

Dos tildes azules. Esa había sido la única reacción que recibió Jennie.

"Cambiaste de número?" había vuelto a intentar un día después.

"Roseanne me dijo que no. Enserio, Lisa, lo siento"  otro día después.

Y Lisa no tenía la más mínima intención de contestar aquellos mensajes, no le interesaba, tenía cosas más importantes por las cuales preocuparse, aparte de Jennie pidiéndole perdón, como por ejemplo; Jisoo, que cada noche llegaba media-muerta a su apartamento.

—Tierra llamando a Lalisa —Yeri le picó la nariz, bajando a Lisa de esa nube de pensamientos a la cual se había subido —¿En qué piensas tanto, naranjita?

La chica de pelo naranja rió sin ganas y suspiró, descansando su barbilla sobre su mano, apoyada en la mesa del McDonald's en el que estaban teniendo un almuerzo tardío.

—En que tengo sueño —respondió, evadiendo la respuesta real: Jennie.

—Qué noticia, querida Liz —Irene dio una mordida a su cuarto de libra y le sonrió.

—¡Rosie! —Jisoo casi se ahoga con la Triple Mc que estaba tragando, en cuanto vió entrar a la pelirroja—. ¡Hola!

La que no se salvó y sí se ahogó fue Lisa, nuestra pobre Lisa, quien comenzó a toser al atragantarse con su Coca-cola.

¿La causa?

—Hola, Jennie —murmuró Jisoo.

¡Correcto! Esa fue la causa.

La morena no era ninguna tonta, sabía desde el primer día que Lisa estaba enojada con ella. No la culpaba, sabía que se había equivocado feo. O mejor dicho, le hicieron saber.

"Pedazo de mierda" eso le había dicho Rosé, "Lisa se preocupa por ti, cosa que novio no puede ni sabe NI QUIERE hacer, y te cuida, Jennifer, pero no, tú tienes que cagarla y tratarla como se te antoje el culo".

Toda una poeta nuestra Rosie.

"Sólo digo..." había agregado con más calma, "tu puedes hacer lo que quieras".

Tal vez había sido un poco ruda, pero ellas solían tratarse de esa manera. Y funcionó, porque al parecer, Jennie recapacitó.

¡G'day, babies! —saludó de vuelta Rosé, sonriéndo cálidamente.

Entre tantos abrazos, besos y sobrenombres tontos, la buena energía se sentía en el aire.

Excepto por parte de Jennie y Lisa, quienes ni siquiera se habían mirado. O en realidad, Lisa había evitado todo tipo de contacto.

Las recién llegadas se sentaron alrededor de la mesa, y no hizo falta más que una simple mirada para que Rosé supiera qué hacer: dejarle el lugar al lado de Lisa a su mejor amiga.

Aphrodite [JenLisa]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ